La exportación de material de construcción sube un 11,3% por falta de pulso en el sector

Al menos 403 firmas de la Región facilitan suministros para obras de edificación que se están acometiendo en otros países: 167.259 toneladas durante los siete primeros meses de este año. Los mayores compradores son ahora, y por este orden, Ghana, Francia, Marruecos, China, Portugal, Noruega, Israel, India, Honduras, Italia, Egipto y Ucrania.

Los materiales más demandados son artículos de carpintería metálica –puertas, ventanas, marcos, bastidores, perfiles, etc.–, con 19,3 millones (+8,6%), seguidos por mármoles, granitos y demás rocas ornamentales, con 18,8 millones (+4,5%). En tercer lugar figuran invernaderos prefabricados, con 10,8 millones (+53,3%). Y en cuarto puesto destacan los pavimentos y revestimientos cerámicos, con 7,2 millones (es la industria de la construcción que más crece en el exterior, con un 62%).

A continuación (pero en retroceso) se encuentran productos de ferretería –cerrajería, herramientas y herrajes–, con 6,9 millones (–5%), más equipamientos para baños y cocinas –aparatos sanitarios, fregaderos y grifería–, con 6,2 millones (–8%).

La venta de cementos y yesos, en cambio, crece hasta los 4,6 millones (+7), si bien este subsector todavía no revela en el exterior el fuerte peso que tiene dentro de la Región. Igualmente, el Icex no incluye en sus cifras las ventas de vigas y tubos de acero procedentes del sector metalúrgico.

El mercado internacional sirve de válvula de escape a una industria auxiliar bajo riesgo de estancamiento. Entre enero y julio, el número de nuevos inmuebles en obras alcanzaba los 770 (+7,6%), de los que tan solo 88 eran bloques de pisos, que son lo que más materiales requieren. Todo por un valor de 158 millones de euros, menos del doble de lo facturado en el exterior en el mismo lapso de tiempo. Son cantidades muy insuficientes para despertar al sector. En comparación, solo en marzo de 2007 –en el momento cumbre del ladrillo– se acometieron 1.235 edificaciones.

Más allá de la Región la situación es peor. En el conjunto de España la construcción cayó un 12%, tanto en obras como en presupuesto en el primer semestre, informa DoubleTrade. Además, el consumo de cemento cerró los ocho primeros meses del año con crecimiento casi nulo (–0,8%), según el Ministerio de Industria.

La patronal CEPCO indica que la mitad de las pymes asociadas declaran problemas de producción, mientras las grandes prevén caídas en los próximos meses.

Aunque las compraventas de viviendas han entrado en una espiral de descensos, acosadas por las subidas de intereses en las hipotecas y la pérdida de poder adquisitivo, los precios siguen resistiéndose a caer. En el caso de la nueva construcción, hay un motivo: el coste de sus materiales, que se ha disparado en tres años.

Según la consultora Sociedad de Tasación (ST), el coste de edificación de obra nueva se situó en una media de 1.251 euros/m2 al cierre del tercer trimestre de 2023, un 7,9% más que en el mismo periodo de 2022. Si se compara con el primer trimestre de 2020, cuando el coste fue de 948 euros, el aumento asciende al 32%.

Los precios de los materiales de construcción ya sufrieron un fuerte repunte por los cuellos de botella que se produjeron en la cadena de suministro al término de la pandemia y, más posteriormente, a raíz del constante encarecimiento de la energía.

Según el índice de precios de julio del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, los áridos subieron un 11,9% con respecto al mismo mes de 2022; el cemento, un 21,3%; la cal, un 19,9%; el hormigón, un 17,4%; el mortero, un 14,8%; la cerámica, un 11,7%; los prefabricados, un 11,6%, y el yeso, un 19,9%.

El Banco de España apunta a los materiales como freno para bajar el precio de la vivienda, pese a la atonía del sector. Y puede haber encarecimiento. La consultora ST indica que, si por un inmueble de 80 m2 se abona una media de 165.000 euros en el país, en obra nueva, se pagarán a corto plazo de 173.250 euros a 181.500 euros; entre 8.250 y 16.500 euros más.