La seguridad y la salud, derecho fundamental en el trabajo
OPINIÓN ·
Alcanzamos un nuevo 28 de abril teniendo que lamentar, en el último año, el incremento de más de un 15% del número de accidentes laborales y el fallecimiento, por esta causa, de 31 trabajadores en la Región de Murcia. Y lo hacemos con la impotencia de saber que, con la adecuada prevención, se habrían podido evitar muchos de esos accidentesTras dos años de pandemia, deberíamos haber aprendido que garantizar la seguridad y la salud en el trabajo ha de ser un presupuesto esencial para cualquier actividad empresarial y parte indisoluble de las políticas de salud pública.
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Sin embargo, nos encontramos con que las consecuencias laborales y de salud de la Covid siguen sin ser objeto del adecuado tratamiento en términos de seguridad social y prevención, y con que los riesgos habituales a los que estaban expuestos los trabajadores y trabajadoras no han desaparecido en ningún caso (algunos, como los psicosociales, incluso se han intensificado). A ello hay que sumar que las enfermedades profesionales siguen adoleciendo de un preocupante subregistro. En el caso de los cánceres de origen laboral la situación es especialmente flagrante: apenas se han comunicado 51 partes de enfermedad profesional por agentes cancerígenos en España, cuando se estima que podrían estar produciéndose cerca de 10.000 al año.
Las consecuencias laborales y de salud de la Covid siguen sin ser objeto del adecuado tratamiento en términos de seguridad social y prevención
El principal problema es que la gestión preventiva en las empresas se reduce, en demasiados casos, a un formalismo poco eficaz, incluso en aspectos tan determinantes como la formación, la vigilancia periódica de la salud o la evaluación de riesgos; además de estar desdeñándose perspectivas que urge incluir en la tarea preventiva, como los sesgos de género y edad, los ya mencionados riesgos psicosociales o los efectos del cambio climático en la salud de las personas trabajadoras.
La gestión preventiva en las empresas se reduce, en demasiados casos, a un formalismo poco eficaz
Asimismo, faltan recursos en instituciones clave como son la Inspección y la Fiscalía, para detectar, sancionar y perseguir los incumplimientos y, en el ámbito autonómico, inversiones para apoyar las políticas preventivas en las empresas, reforzar el papel del Instituto regional de Seguridad y Salud Laboral o incorporar la figura del Delegado Territorial para mejorar la prevención en las empresas sin representación.
De ahí que persista nuestro empeño por elevar el derecho a la seguridad y salud en el trabajo a la categoría de fundamental, y hacer de la prevención una política capital, dotada de los recursos legales y materiales que son necesarios.
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