La compra de tierras en la Región logra su mayor ritmo en más de una década
Murcia registra una media de 560 transacciones de parcelas al mes en lo que va de año, algo que no se daba desde 2008
Mucho se mueve en el mercado de tierras de cultivo, con ritmos de transacciones que no se veían desde hace trece años, cuando reventó la ' ... burbuja' del ladrillo y comenzó la crisis financiera. Entre enero y agosto se compraron 4.465 parcelas, un 68% más que en el mismo periodo de 2020, según el INE. Tal cifra se acerca al promedio anual del último lustro, que es de 4.600 transacciones.
El acelerón se dio hace trece meses, en la antesala de la campaña agrícola 2020/2021. En septiembre del año pasado se registraron 518 operaciones de compraventa, algo que no se daba desde abril de 2008 (a partir de esa fecha el ritmo osciló entre 250 y 400 operaciones al mes). La elevada actividad del último cuatrimestre de 2020 permitió que el ejercicio se cerrara con 4.613 transacciones, solo un 3,8% menos que en 2019.
Ya al inicio del presente año quedó clara la rentabilidad de la agricultura murciana en momentos críticos como los impuestos bajo los estados de alarma. Las ventas de alimentos y bebidas batieron récord en 2020, con 4.851 millones de euros facturados, un 15% más que en 2019. La entrada de fondos inversores en la agroindustria regional –aportaron 112,7 millones el año pasado– y la formación de corporaciones hortofrutícolas han estimulado la acumulación de fincas para garantizar suministros a supermercados.
Los precios de las fincas de limoneros y parrales crecen bajo la pandemia a niveles nunca vistos en el campo murciano
Así, a partir de enero las cifras de compra ya no bajaban del medio millar de operaciones. En abril, un mes antes de que acabara el último estado de alarma, se alcanzó el pico de 673, la cifra más elevada desde junio de 2007 (fueron 757), cuando muchos constructores reinvertían beneficios en fincas para plantar olivos y cítricos.
Valle del Guadalentín
El promedio mensual de este año está en 560 transacciones. La comarca del Guadalentín concentra el 30% de las compras, seguida por las huertas del Segura, con el 22%. La franja comprendida entre Cartagena y Fuente Álamo representó el 15%; el Altiplano, el 11%, y el Noroeste, el 5%. Las zonas con menos transacciones son los ejes Torre Pacheco–San Javier y Águilas –Mazarrón. Ya son coto exclusivo de grandes empresas.
La demanda lo pone difícil a los agricultores profesionales. El regadío murciano se consolida como el más caro de la Península. En la pasada campaña agrícola –acabó el 30 de septiembre–, que transcurrió en plena pandemia, las parcelas para hortalizas tenían un valor promedio de 37.381 euros (+3,7%), con picos que rozaban los 50.000, según la Consejería de Agricultura. La cotización media a nivel nacional era de 36.609 euros (+0,1%). Los invernaderos son palabras mayores, con 66.836 euros la hectárea (+11%) y máximos de hasta 114.000 euros.
Dentro de las plantaciones de arbolado, la cifra es espectacular en cítricos: 65.344 euros por hectárea (+14%), frente a los 41.822 del promedio nacional (+4,1%). El trono lo ocupan los limoneros murcianos, con una media récord de 74.779 euros (se han llegado a pagar hasta 143.445), seguidos por mandarinos, con 52.886 euros, y naranjos, con 40.392.
Los parrales son también codiciados, con otro récord de 47.108 euros/hectárea (+9%) frente a los 13.152 de la media nacional, que ni siquiera ha experimentado cambios en cuanto a valor.
Melocotoneros, nectarinos, albaricoqueros y ciruelos de la Vega Alta costaban en la pasada campaña un promedio de 32.643 euros/hectárea (+2%), si bien las variedades mas novedosas se pagaban a 57.000 euros. Perales y manzanos del Altiplano se abonaban a 22.167 euros. En el conjunto del país el precio más frecuente de las plantaciones de fruta dulce es de 26.595 euros (–2%)
Las fincas de almendros también atraen interés. Su cotización media era antes de la presente campaña de 9.779 euros la hectárea (+5,2%) frente al promedio nacional de 8.921 (+1,8%).
Los menos valorados
No todos los cultivos brillan en el mercado de tierras. Las fincas destinadas a cebada, trigo y avena experimentaron una revalorización en la anterior campaña, pese a su flojo rendimiento. Pero su valor medio era de 5.172 euros la hectárea (+6,3%), muy por debajo del conjunto de España, que se situaba en 7.100 euros (+0,3%).
Los olivares mantienen el tipo con una cotización promedio de 6.963 euros la hectárea (+3%), pero ocupan un puesto marginal en el mercado aceitunero nacional, donde el valor medio de las plantaciones está en 20.262 euros (–3,5%).
Los precios de los viñedos del Noroeste y Altiplano ni se inmutaron en la pasada campaña, con un promedio de 5.489 euros/hectárea. Los arranques de cepas de años anteriores no animan. En el resto de España se cotizan a una media de 14.343 euros (–1%).
Y hay un ámbito donde el campo murciano está a la cola de España, que es el de pastos. Su valor era de solo 995 euros la hectárea (+4,4%), cuando la media nacional alcanza los 4.432 (–2,5%). Es lo que acarrea la escasez de lluvias y la desaparición de rebaños. Algo difícil de corregir.
Donaciones para impulsar a los nuevos agricultores
No es nada fácil ser un joven agricultor. Fuentes sindicales indican que una persona que desee dedicarse a ello desde cero necesitaría un gasto medio inicial de al menos 367.550 euros en tierras para obtener una rentabilidad sostenida (diez hectáreas de regadío, por ejemplo), sin contar la adquisición de un tractor de segunda mano, aperos, semillas, plántulas, fertilizantes y fitosanitarios para la primera cosecha. Y todo ello para generar un beneficio promedio de 18.600 euros netos anuales. Se necesitarían al menos dos décadas para amortizar la inversión inicial.
Tal panorama explica que las donaciones de tierras estén en auge en la Región; sobre todo desde que su tributación obtuviera una bonificación del 99% a partir de 2018. Entre enero y agosto se registraron 955 cesiones de parcelas a hijos y nietos, más que en todo el ejercicio de 2020, que contabilizó 932 donaciones, un 19% menos respecto a 2019. La paralización administrativa tuvo que ver en dicho retroceso, ya que demoró la gestión de los traspasos de propiedad. Por otro lado, los buenos resultados de la campaña 2019/2020 convencieron a muchos agricultores veteranos de que ya debían pasar el testigo a sus descendientes.
Respecto a los que llegaron tarde para ello, las herencias supusieron una transferencia de 2.709 fincas entre enero y agosto, un 51% más respecto al mismo periodo de 2020. El aumento de mortalidad relacionada directa o indirectamente con la pandemia también ha dejado su huella en el campo murciano. Muchas de esas tierras están en venta ante la falta de relevo generacional.
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