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Rodions Kurucs finaliza una acción de canasta a canasta sin darle tiempo a Jonathan Barreiro a detener su avance hasta los dos puntos. Javier Carrión/ AGM

El Unicaja sigue siendo el carcelero del Palacio con otra victoria ante un UCAM muy lejos de la Copa

El 11-27 del primer cuarto fue una losa demasiado pesada para el equipo de Sito Alonso que dio banquillazo a hombres de caché

Jueves, 2 de enero 2025

El UCAM empieza 2025 de la misma forma que terminó 2024. Como un equipo cambiante, que sufre para ser consistente a lo largo y anoche ... de los partidos y que, si quiere ser competitivo contra los grandes de la competición, comprobado tiene que no puede permitirse tener desactivados a un buen número de jugadores muy lejos del talento que atesoran y los galones con que llegaron o en su día renovaron por este equipo. Y es que este UCAM es el que levanta un partido con aire de sentenciado durante la mayor parte del partido para pasar de perder por 22 puntos a hacerlo por solo 7 con más de un cuarto por delante. Pero, lamentablemente, también es el que empieza el partido sin los ojos inyectados en sangre, como si lo hace un equipo, el de enfrente, en el que más de doce jugadores se juegan cada semana mantener un rigor y un nivel que dé confianza a su entrenador no solo para el ahora, también para cuando llegue el momento de jugarse los objetivos de la temporada.

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UCAM Murcia

Hakanson (2), Radebaugh (6), Ennis (14), R. Kurucs (15) y Todorovic (4) -quinteto titular- Sant-Roos (6), Caupain (6), Radovic (6), Brodziansky (0), Diagne (14), A. Kurucs y Stephens (4).

77

-

89

Unicaja

Perry (13), Kalinoski (0), Taylor (8), Tillie (13) y Kravish (6) -quinteto titular- Pérez (0), Osetkowski (15), Balcerowski (7), Ejim (4), Barreiro (0), Díaz (4) y Carter (19).

  • Parciales: 11-27, 23-20 (34-47), 21-22 (55-69) y 22-20 (77-89)

  • Árbitros: Rafael Serrano, Javier Torres y Raúl Zamorano.

  • Incidencias: Palacio de los Deportes de Murcia, 7.006 espectadores. 14ª jornada de la Liga Endesa.

El UCAM comparte con el Unicaja no solo una historia de rivalidad que hoy vivió su penúltimo capítulo con el incidente del tercer cuarto en el que Dylan Osetkowski quiso arrebatar de las manos de Sito Alonso un balón perdido por fuera con unas malas formas ante las que el técnico universitario no se mostró en absoluto intimidado. Como el actual campeón de una Supercopa conquistada sobre el parqué del Palacio, el UCAM ha dado continuidad a once jugadores de la plantilla de la temporada pasada. Pero no parece tener entre sus filas el mismo nivel de activación que existe en las malagueñas.

Y es que, en el partido de hoy, uno con el que el UCAM prácticamente se despide de la Copa del Rey (si el Barça gana su aplazado la semana que viene, estará a dos victorias más 'basket-average' a falta de tres jornadas), Sito Alonso envío a sus jugadores el mensaje de que, quien no esté preparado, no contará para él. No se le cayeron los anillos al entrenador para, después de tan nefasto inicio, no devolver a pista a Ludde Hakanson, base titular. Una oportunidad más tuvo Marko Todorovic, pero Radovic fue más tarde el elegido en el '5' en la rotación con Diagne. Y Brodziansky, después de unas broncas sin resultado por no acudir a la ayuda en la defensa del bloqueo central, renunciar a tiros y hasta no darse cuenta de que una posesión se agotaba, tampoco contó más para un Sito cada día más convencido de la utilidad de Kurucs al '4'.

Incapaz a ambos lados

De sus nueve últimas visitas al Palacio, el Unicaja ha ganado ocho partidos. Y el que perdió no fue contra el UCAM (final de la Supercopa de 2023 ante el Real Madrid, del que un año después se vengaría). Tiene las llaves del Palacio y el UCAM no mostró en e inicio de partido el orgullo de querer arrebatárselas. Las de su casa y en su casa. En menos de tres minutos el Unicaja ya ganaba 2-10, con el tercer triple seguido llegó la primera diferencia de dos dígitos (7-19, minuto 7) y el término del tercer cuarto era una colección de caras de circunstancia (11-27). Sito no se lo explicaba. Canastas en muy pocos segundos, una facilidad excesiva para romper la primera línea, dominio del rebote y 100% de efectividad después de capturar el rebote ofensivo.

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Hakanson, con -12 en el +/-, y Todorovic, con -19, fueron los grandes señalados por Sito Alonso con sus banquillazos en la segunda parte

La temperatura cambió en el segundo cuarto. La manera de llegar al partido no iba a ser al través del talento, sino del coraje. Algo debía de cambiar para provocar algún fallo en la maquinaria verde y morada. Empezaba a costar algo más para el Unicaja. Pero el aro era muy pequeño para el UCAM. Así lo demostraba cuando, con 27-40 en el marcador, una antideportiva a Ennis le llevaba al tiro libre. Pero fallaba los dos y, en la posesión extra, Diagne perdonaba uno. Tillie, en el otro lado, metía su tercer triple (28-43, minuto 18). La dureza mental que exigía el Unicaja tenía al UCAM atormentado (34-47, descanso).

Saltan chispas

El equipo de Ibon Navarro continuó con velocidad de crucero hacia la victoria en la reanudación. Un baloncesto practicado de memoria, del todo altruista y con precisión de laboratorio a ambos lados de la cancha. Algo de lo que está lejos de presumir el actual UCAM. Con 36-51 en el marcador, llegaba un punto de inflexión de lo más insólito en el partido.

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En un pase de banda a banda del UCAM, el balón se perdía justo por donde Sito Alonso contemplaba el partido. El entrenador retenía el balón, algo de lo que su equipo estaba advertido de no hacer, pero la frustración del mal juego de su equipo le llevaba a botarlo con fuerza. Para cuando se iba a dar cuenta, tenía encima a Osetkowski, que se lo arrebataba al tiempo que chocaba con él, reprendiendo Sito al californiano, con quien se encaraba y recuperaba el terreno perdido de un ligero empujón. Más fuerte era el que le daba Ennis, formándose una tangana en la que también se implicaba Sekulic. Técnicas a ambos banquillos y antideportiva para el canadiense. Máxima ventaja cajista. 40-62 y aroma a partido perdido.

Cuando perdía por 22 puntos de diferencia, un corajudo parcial de 15-0 fue la respuesta de un UCAM que juega mejor cuando no especula

El UCAM es al que se le van los partidos. Pero también el que los recupera. Un tremendo parcial, llevando a un relajado Unicaja a cometer errores sin aparente coste, transformó a un equipo con un quinteto de los que creen hasta que suena la bocina. Sant-Roos ofrecía confianza. Ennis lo luchaba todo. Nadie era tan rápido como Radebaugh. Y Diagne levantaba al Palacio. Estéril era el tiempo muerto de Navarro ante el cambio de bando de la energía, y un triple de Radebaugh lo ponía a solo siete (55-62, minuto 28).

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Demasiado tarde

Sin embargo, el UCAM iba sin margen de error. Y, buscando con prisas ahora la remontada, se encontró con un parcial adverso de 0-7 para cerrar el tercer cuarto de lo más dañino, con ese asesino con cara de niño que es Tyson Carter bailando a la defensa murciana (55-69).

Si se había vuelto una vez, se podía volver dos veces. O al menos no había nada que perder, salvo el orgullo. Eso sí, qué importante misión. Sito ya sabía a qué hombres no podía encomendarles tal misión, y con su guardia de confianza, a la que sumaba un Stephens que volvió a firmar el mate del partido, cinco puntos seguidos de Ennis lo ponían, de nuevo, a un dígito (68-77, minuto 34). Fue entonces cuando un bloqueo pasado por detrás regaló un triple muy barato a Carter, al que siguieron dos de Osetkowski con un UCAM con la derrota ya aceptaba, después de ver la cima de la victoria demasiado alta (72-86, minuto 37). Una pelea final que muestra el camino a seguir, pero que, claro, no obvia los ratos de mal juego que tanto se suceden.

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