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MCFadden encara una jugada durante el partido contra el Obradoiro, este domingo. javier carrión / AGM
UCAM - Obradoiro

El UCAM sigue sin hacer del Palacio un fortín en la Liga Endesa

Los murcianos llegaron a empatar un partido que se les había puesto muy cuesta arriba, pero el Obradoiro fue mejor también cuando más quemaba el balón

Domingo, 27 de noviembre 2022, 16:01

Lo que mal empieza, mal suele acabar, y así le ocurrió al UCAM contra el Obradoiro, que empezó mucho más fuerte que los hombres de ... Sito Alonso para marcar territorio de inicio y seguir dominando el partido hasta un final en el que el aumento de la intensidad, una que se echó antes mucho de menos antes, permitió empatar el partido.

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Pero un final de encuentro en que hubo mucho más que corazón que cabeza, dando lugar a errores por precipitación en un lado, y a agujeros defensivos en el rebote (siete segundas oportunidades para el Obradoiro en el último cuarto), con los jugadores queriendo salir al contraataque antes casi de haber atrapado el balón, dio unas concesiones a los hombres de Moncho Fernández, más merecedores del triunfo.

UCAM CB Murcia

Bellas (5), McFadden (17), Rojas (3), Anderson (14) y Pustovyi (8) -quinteto titular- Trice (4), Klavzar (0), Radovic (17), García, Sakho (6), Diop (6) y Jelínek (0).

80

-

84

Monbús Obradoiro

Scrubb (16), Scrubb (17), Muñoz (9), Vicedo (5) y Bender (15) -quinteto titular- Paige (2), Zurbriggen (9), Blazevic (2), Walker (3), Paz, Guerrero (0) y Suárez (6).

  • Parciales. 16-21, 19-27 (35-48), 18-15 (53-63) y 27-21 (80-84).

  • Árbitros. Emilio Pérez-Pizarro, Joaquín García y Alfonso Olivares.

  • Incidencias. Palacio de los Deportes de Murcia, 4.930 espectadores. 9ª jornada de la Liga Endesa.

Y es que el Obradoiro trazó un plan de partido más riguroso para acabar llevándose la victoria, su tercera de la temporada, ante un UCAM que empezó el partido con una actitud defensiva que dejaba mucho que desear. Esperando demasiado cerrados a los jugadores gallegos, eran cinco los triples del Obradoiro en el primer cuarto, uno que rozó los dobles dígitos en la diferencia y que solo necesitó de un minuto y dos triples más (siete en once minutos) para poner más puntos de ventaja para el equipo rival que minutos habían transcurrido (16-29, minuto 12).

Sube el nivel, no baja la distancia

Llegando a tener una máxima de quince puntos (18-33, minuto 14), el UCAM comenzó a recuperarse cuando Sito dio con la combinación de jugadores adecuada. Una que tuvo la pólvora anotadora de McFadden y Anderson (13 de los 19 puntos del segundo cuarto fueron suyos) y la brega de Sakho en defensa sus mejores bazas. El congoleño, el menos talentoso de los tres pívots, pero el más 'irrespetuoso' con las figuras rivales, tuvo un impacto muy positivo con su defensa para un UCAM que necesitaba poder correr la pista para salir de la obligatoriedad de atacar en estático, tanto que se le resistía, y provocar grietas en la defensa del Obradoiro que beneficiaran a McFadden y Andrerson (31-36, minuto 17).

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Sin embargo, los hermanos Scrubb, de dulce este domingo en Murcia, siempre encontraban la manera de responder. Un 3+1 de Rojas sobre Thomas, el más valorado del choque junto a Bender, era un jarro de agua fría para un Palacio que se estaba creciendo (31-40, minuto 17) y, a partir de ahí, el UCAM solo supo anotar una canasta en juego más antes del descanso, al que se llegaba con un parcial de 2-9 (35-48, descanso) que parecía dejar en nada el mejor momento de los de Sito Alonso, pues marchaban a vestuarios con casi la misma desventaja que la máxima registrada hasta el momento.

Eran el doble los balones perdidos del UCAM (diez) y la tendencia no bajaría en el tercer cuarto (quince) para un equipo que echaba de menos una mejor versión de Trice y Bellas o, al menos, de uno de los dos, para que la dirección no languideciera tanto, y es que fueron varios los tramos del partido en que al UCAM le costó y mucho generar ventajas. Y, con el Obradoiro oliendo la sangre, Thomas Scrubb ponía una nueva máxima diferencia de 16 puntos a favor de los suyos (39-55, minuto 24).

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El Palacio, algo decepcionado con su equipo, cantaba pidiendo al UCAM coraje, si bien era otra la palabra elegida, y los murcianos trataban de bajar el partido al barro. Aumentando los contactos ante un Obradoiro que ya jugaba más para gestionar su ventaja, que para hacerla crecer con ninguna prisa, el positivo impacto de Radovic, poco utilizado en la primera parte y uno de los jugadores que más sienten el escudo, cambiaba algo la cara al equipo, pero una concatenación de doble falta (una de ellas antideportiva) y una técnica a Sito por retener el balón en un saque favorecedor a los gallegos (el UCAM ya había sido advertido), impedían, de nuevo, acercarse con verdadero peligro (53-63, final del tercer cuarto).

Guardia baja en el rebote

Sin haber entrado bien al partido, el UCAM trataba de crecer en el mismo como podía, y eso a veces era torpemente. Parecía que, si lograba evitar el tiro exterior del Obradoiro, algún error defensivo terminaría emergiendo. O que, si aumentaba la intensidad, se perdía la completa noción del juego.

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Habiendo tenido que remar tanto para verse con opciones, el UCAM llegó al final con el corazón que se le salía por la boca. Por el cansancio acumulado en una semana de contratiempos, pero también porque hubo mucho más de esto que de otra cosa una vez los jugadores de Sito se vieron con opciones. Y es que la forma de arrancar el último cuarto no pudo ser más positiva, con un 'alley-oop' de Pustovyi y un triple de Bellas que ponían al UCAM a cinco (58-63, minuto 31).

Pero, con margen de error escaso, el UCAM no podía permitirse despistes. Y se dieron debajo de su aro, donde el Obradoiro se hizo en el último cuarto con más de la mitad de los rebotes ofensivos que capturó en el partido (siete de trece). El nombre propio, un Dragan Bender que sumó 8 puntos y 6 rebotes en este último periodo. Seis puntos seguidos suyos volvieron a poner al Obradoiro en una diferencia que parecía sentenciar el partido (61-72, minuto 34).

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Yendo al todo o nada, Sito apostó por un quinteto de pequeños que pusiera a Radovic como '5' y a Rojas como '4', también con los dos bases juntos en pista y McFadden como ese asesino siempre dispuesto a apretar el gatillo. Su quinteto más rápido posible para presionar y tratar de correr hacia la victoria. Durante varios minutos funcionó y de qué manera. Con el montenegrino como gran líder, protagonizando grandes jugadas y apretando a rivales y árbitros, el UCAM dejaba el marcador en un punto de diferencia con nueve tantos sin respuesta (72-73, minuto 36). Y, segundos después de dos tiros libres de Álvaro Muñoz, un triple de McFadden en las barbas de Bender ponía las tablas (75-75, 3:15 para el final).

Fueron varias las posesiones que tuvo el UCAM para ponerse por delante, algo que no logró en los 40 minutos, y otra vez serían los rebotes en ataque los que darían al Obradorio las canastas con que llevarse el partido a Galicia. Así fue la de Thomas Scrubb para deshacer el empate, como la siguiente de Bender y el 2+1 de Suárez a 30 segundos del final que, ya sí, dejó visto para sentencia el partido. Era el riesgo de jugar con tantos pequeños y así se asumió.

Noticia Patrocinada

Con 4 victorias y 5 derrotas en 9 partidos, el UCAM visitará el Buesa Arena de Vitoria el próximo domingo para medirse al Baskonia en la décima jornada.

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