El UCAM Murcia es el gran favorito de un grupo con un incómodo viejo conocido

El equipo murciano es el gran favorito de este conocido como grupo L del 'Top 16' y sabe que con esa presión carga. Una que no le ha hecho mucho bien en esta primera mitad de temporada en la Liga Endesa, pero que en Europa sobrelleva con solvencia. Toca ahora continuarla, especialmente cuando se considera su grupo, probablemente, el más asequible de los cuatro. O por lo menos, mucho más que dos de los otros tres teniendo en cuenta que es el único español del mismo. En el J el Unicaja parte como equipo a batir y, en el K, el Tenerife y el Manresa se perjudicarán.

El Nanterre es el primer rival del UCAM Murcia en esta primera fase. Un club que ha vivido recientemente unos días de ajetreo, pues sus instalaciones han servido de centro de operaciones para los San Antonio Spurs en estos días en que París ha acogido partidos de la NBA.

El motivo no es otro que haber sido cuna de Victor Wembanyama, el gran fenómeno del baloncesto francés, estadounidense y mundial. El pívot de 21 años y 2,21 metros de estatura se formó en la cantera del Nanterre entre los 10 y los 17 años, llegando a debutar como sénior a los 15.

El parisino es un club familiar que vive época de cambio. Y es que esta es la primera temporada sin Pascal Donnadieu en su banquillo en 37 años. Eso sí, su sustituto, Da Silva, fue su asistente seis temporadas. El 'shock' aún está en procesamiento, y la irregular línea del equipo francés ha traído refuerzos. Este último mes llegaron William Howard, ex del Joventut y el Girona, y Justin Tillman, pívot contra el que el UCAM jugó el año pasado cuando formaba por el AEK.

Aunque se trate de jugadores que pisan la pintura, su gran peligro se encuentra ahí. El '4' Desi Rodríguez es el máximo anotador de los franceses con 15,2 puntos por partido y quien más se brega bajo tableros es el croata Roko Prkacin, también con pasado en Girona y Gran Canaria.

El Nymburk checo es el otro equipo que, como el UCAM, entró por vía directa al 'Top 16' gracias a haber sido líder de su grupo, el D, con cinco victorias en seis partidos y, como los murcianos, haber perdido solo el del estreno. Es el gran dominador del baloncesto de su país y un habitual de las competiciones europeas en todo el siglo XXI, habiendo llegado a arañar jugar la Euroliga a principios de la anterior década, cuando la máxima competición del baloncesto continental se jugaba en otro formato que incluía rondas previas de clasificación.

Vestido por la marca española Joma, el Nymburk checo es uno de los exequipos de Howard Sant-Roos, que jugó en esta ciudad próxima a Praga entre 2015 y 2017, con el que precisamente debutaría en la Champions League.

De sus tres rivales, el Falco húngaro es el único ya conocido por el UCAM Murcia. Y el más temido, pero no precisamente por el nivel de su plantilla, pues se trata de una más como tantas se encuentra en esta competición, sino por lo fatigante de viajar hasta Szombathely.

Allí jugó estas dos últimas temporadas, pero solo en una de ellas ante el local Falco. Fue en el primer partido a domicilio en la 2022-23 y allí se cosechó una derrota de las que sacan los colores, encajando más de cien puntos (104-94). Para llegar hasta allí, el UCAM superó una travesía que empezó con un traslado en autobús a Alicante, siguió con un primer avión hasta Barcelona, continuó con un segundo a Zagreb y, desde allí, un último trayecto en autobús a Szombathely. Al terminar el partido, los murcianos cogieron otro autobús para hacer noche en Viena (Austria), desde donde volaron a Zúrich, donde hacían trasbordo a Valencia y, de allí, un último autobús a Murcia.

Un viaje que provoca sudores fríos, que el año pasado se repitió para jugar ante el Hapoel Holon israelí, que jugó en Szombathely algunos de sus partidos como local, y que es lo primero que le ha venido al UCAM a la cabeza al pensar en un Falco que fue segundo del grupo F y ganó en el desempate al Maccabi Ramat-Gan forzando la prórroga con un triple sobre la bocina.