Festín anotador del UCAM ante el Nanterre para arrancar el 'Top 16' de la Champions League

Apenas unos días después de esa derrota ante el Barça con una gran imagen y esa pretensión de que quede como un punto de inflexión en su temporada, el UCAM jugó el que puede ser el mejor partido del curso en cuestión de automatismo ofensivos. Sistemas de juego ejecutados en su coreografía con rigor, interpretación de situaciones, aplicación de conceptos y búsqueda satisfactoria de ventajas fueron desarrolladas como quien pulsa un botón, para regocijo de Sito Alonso.

Un plus de felicidad para el entrenador universitario es también la puesta en dinámica de sus jugadores con niveles de confianza más bajos. Dos de ellos son Caupain, que apenas estaba en cinco minutos en pista en los últimos tres partidos y quedó señalado con el fichaje de Gates como tercer extracomunitario, y Radovic, que no pisó la pista ante el Barça. Hoy el primer fue titular y el segundo superó los 20 minutos por segunda vez en toda la temporada entre las dos competiciones y sus 14 puntos, 8 rebotes y 18 de valoración son todas sus mejores marcas individuales en esta campaña.

Aunque el partido tuvo un desarrollo cómodo, quien empezó dando primero fue el Nanterre. El UCAM, algo timorato, costaba de arrancar cuando ese soplo continuo de energía que era Ennis perdía tres balones y fallaba dos tiros libres en este primer cuarto en que los franceses atacaban el aro con más decisión y, una vez Caver entraba en escena, se disparaba. Siete puntos seguidos del estadounidense hacían que el partido se separar por primera vez en más de una posesión (16-24, final del primer cuarto). El UCAM, que había superado el problema de las pérdidas, ahora tenía el de los tiros fallados, quedándose sin anotar en los dos minutos que separaron el tiempo muerto de Sito del final del cuarto.

Entre cuartos, Sito recordaba a su equipo que para ser feliz y correr, primero había que defender. Forzar malos tiros (unos que el circense Caver seguiría encestando, para asombro del Palacio), proteger el rebote y compartir el balón no solo más, también mejor. Siete asistencias y cinco de ocho en triples en el segundo cuarto no eran casualidad. Cuatro de ellos llegaban en el ecuador de este periodo, en el que todo lo que no entraba de tres procedía de las manos de Radovic, volando el UCAM hasta un parcial de 18-5 (34-29, minuto 16). Se había puesto por delante y ya no soltaría el mando, llevando al Nanterre hasta la asfixia antes del descanso, minutos en que se vivieron los minutos de más brillante juego con el cuchillo de Radebaugh, el 'short-roll' de Birgander e inversiones de balón que tanto hicieron moverse a la defensa francesa (50-43, descanso).

34 había sido la friolera de puntos anotados por el UCAM en el segundo cuarto. Y la primera canasta del tercero, un triple de Gates, ponían la primera diferencia de dos dígitos (53-43). El empeño de Desi Rodríguez, un jugador que a poco que mejore su forma firmará grandes contratos, pues de talento e intuición va sobrado, era la resistencia francesa.

Pero el juego de penetrar y doblar que practicaba el UCAM era muy difícil de contener por el equipo dirigido por Da Silva, que miraba a su banquillo sin encontrar soluciones entre las bajas (Lacombe) y los jugadores fuera de forma (Tillman). El tercer triple de Ennis en cuatro intentos en este cuarto, justo después de una técnica al francés Howard, volvían a poner tierra de por medio (63-51, minuto 25). Se sentó a descansar no sin antes pasarle el rifle a Hakanson, quien era ahora quien anotaba tres triples y romper un partido en el que en su transcurso le era comunicado el fallecimiento de su abuelo (77-63, final del tercer cuarto).

Con el objetivo de no volverse a Francia con un saco de puntos, Da Silva apostó por una zona 2-3 en el comienzo del último cuarto. Y, ciertamente, conseguía ralentizar el ritmo de un UCAM al que, cuando lanza los triples que el rival quiere y no los que quiere él, no le entran tanto. El trabajo en el rebote ofensivo de Radovic y canastas de Caupain de las que hacía tiempo que no se veían (como un triple al límite de la posesión con el defensor encima) mantenían a raya a un equipo visitante en que se ganaba los minutos el interesante alero Luca Fischer, protagonista del mate del partido (86-68, minuto 35).

Un rectificado de Ennis tras asistencia de Radovic puso la máxima ventaja (92-70, minuto 37), pero, cuando más optimista era el UCAM con alcanzar las tres cifras por primera vez esta temporada, se frenó. La búsqueda de sensaciones individuales y canastas rápidas del Nanterre redujeron esa diferencia a la mitad con un 0-9 final, parcial que evitó que el UCAM sea el primer líder del grupo L, pues el Nymburk venció por veinte en Szombathely al Falco (86-106).