El coraje del UCAM es insuficiente para doblegar a un acertadísimo Valencia Basket

Lo hizo pese a no contar con Howard Sant-Roos, Rodions Kurucs ni Simon Birgander, bajas a las que no se unió Dylan Ennis, pero que jugó muy mermado después de no haber podido entrenar en toda la semana. Con todo, Sito Alonso supo plantear un partido de resistencia y desacomplejado. Quizás con ganas de dar ejemplo en esta actitud, se atrevió a sacar de inicio al debutante Joao Neves, junior de primer año, titular en su primer partido y con tiempo para anotar una canasta en los seis minutos que pasó en cancha.

Ante él fueron los dos triples del Valencia, uno de Ojeleye y otro de Jovic, pero aún quedaba por activar el modo francotirador el equipo de Pedro Martínez, al que, después de amenazar con una prematura escapada (7-16, minuto 5), el UCAM contuvo con aquello que adoleció en su último partido en casa y que le debía a su afición. Un extra de coraje que partió en la defensa con Jonah Radebaugh, pegajosa marca de los Jones, Montero o Jovic durante todo el partido, y que registró cinco robos de balón, la mejor marca de su carrera.

Desde él, el Valencia salió de la comodidad en que había empezado, y con un Radovic muy peleón después de quedarse sin jugar en dos partidos seguidos, el UCAM se acercaba. Pero no mucho. Porque los triples llovían y llovían, rompiendo la defensa zonal que minutos antes había generado alguna duda. Terminado el primer cuarto, eran ya seis, más un séptimo camuflado de Sestina en tres tiros libres (25-31, final del primer cuarto).

En un día en que era difícil pensar en ganar, otros son los extractos positivos que podía sacar el UCAM del partido. Uno, el paso delante de Todorovic ante la baja de Birgander. El montenegrino alcanzó hoy su máxima anotación y valoración de esta temporada (15 y 10), teniendo un gran impacto en el segundo cuarto y logrando hacer daño en el juego interior, en su entendimiento con Radovic, a pívots de perfil más físico como Brimah. Cuando Jones ponía la máxima diferencia del partido hasta entonces con el décimo triple de su equipo (31-43, minuto 15), fueron ambos compatriotas quienes mostraron un camino a seguir en el que el UCAM cogió velocidad a poco que evitó sacar continuamente desde fondo. Un parcial de 8-0 con dos triples seguidos de Hakanson y Radebaugh lo puso a solo dos (43-45, minuto 27), pero la respuesta valenciana evitaba una remontada que no se dio (48-55, descanso).

Cumplidos veinte minutos, eran ya doce los triples del Valencia con un 71% de acierto en sus lanzamientos, siendo los que llegaron después de rebote ofensivo los que más hicieron enfadar a Sito Alonso, que ya contaba con que los 'taronja' fuesen a anotar desde fuera (líderes de la Liga Endesa y la EuroCup en puntos, triples y asistencias, amén de rebotes y valoración), pero exigía que les costara algo más.

El UCAM estaba logrando algo rara vez visto esta temporada. Y era esa sensación de que todos sus jugadores estaban dando algo más que en el partido anterior. Todos dentro de un plan en el que no existía el miedo a ganar, por no haberlo a perder. Y apenas en menos de un minuto de segunda parte, de nuevo se ponía a dos (53-55).

Pero el Valencia siempre tenía respuesta. Ya nunca volvió a martillear desde el triple como en la primera parte, pero un Pradilla que venía realizando un gris partido ante la defensa contemplativa de Todorovic, que tantas dudas genera al que se ve liberado para tirar, terminó por atreverse. Los ocho primeros puntos de su equipo en el tercer cuarto fueron suyos, incluido un triple festejado por todo el 'staff' visitante, que tanto le animaba al tiro.

De nuevo con el Valencia con cierta ventaja, otra vez Radebaugh mostró el camino a seguir. El montenegrino fue titular de nuevo, esta vez sin Ennis a su lado, y vaya si le dio la razón a Sito a lo largo y ancho del partido, igualando el nivel físico de un Valencia por momentos inabordable cuando juntaba varios de sus 'pequeños'. Y la pesadez del UCAM, que no dejaba irse nunca al Valencia, era ahora la del equipo de Pedro Martínez no permitiendo nunca a los murcianos igualar o remontar (68-74, final del tercer cuarto).

Aguantar el ritmo anotador del Valencia estaba siendo todo un desafío excelentemente llevado a cabo por el UCAM, al que le fue mucho mejor defendiendo en individual que en zona. Pero, en las circunstancias especiales en que afrontó el partido, ese momento terminó por llegar. Viva imagen fue Ennis, que terminó jugando la segunda parte al completo y fue falto de fuelle en algunas finalizaciones.

Con solo cinco puntos en los tres primeros minutos del último cuarto, un triple de Badio puso nueve puntos de ventaja, diferencia que llevaba mucho tiempo sin darse, y Sito pidió tiempo muero del que el UCAM volvió perdiendo el balón por Hakanson pisar fuera (73-82, minuto 33). Eran los pequeños detalles que iban haciendo cada vez más difícil sostener la fortaleza mental de otrora. Y, sin anotar hasta el siguiente tiempo muerto, un triple de Montero puso la máxima renta (74-89, minuto 36).

Aceptada la derrota, el UCAM volvió a jugar con algo más de verticalidad en el objetivo de reducir la brecha y no dañar su 'basket-average', pero el Valencia era inmisericordemente bueno. Un triple de Caupain después de un ataque en que los cinco jugadores tocaron el balón fue escupido por el aro. Jugada que podía haber bajado la diferencia a un solo dígito y, sin embargo, con el acertado por Puerto en la siguiente, volvía a esa máxima (79-94, minuto 38).

En un final no sin polémica porque Sito Alonso reclamó técnica para Montero por hacer el gesto de 'too small', recordando a los árbitros que así le fue señalizada a Kurucs en su día, la distancia finalmente se redujo a ocho puntos nada malos para lo que fue el final.