Amaia Latorre, la profesional que no soñó con ser profesional
Los mejores recuerdos de su infancia compitiendo en el golf están vinculados a su paso por los campeonatos de La Manga Club
María Jesús Peñas
Viernes, 5 de diciembre 2025, 01:18
Sencillamente ocurrió. Es lo que tiene nacer en una familia de inquietos deportistas, como la de Amaia Latorre (Álava, 1998) quien con tan sólo tres ... añitos ya comenzó a patear. «Mi padre le quería regalar un curso de buceo a mi madre, pero como éste no estaba disponible, optó por unas clases de iniciación al golf». Nada del otro mundo. Un cesto de bolas, una esterilla y una modesta red. Y a pesar de lo espartano de la experiencia golfística, a los Latorre... les gustó. Amaia lo sabe de oídas porque por entonces ella y su hermana menor no habían nacido. Pero no tardarían mucho en interiorizar este deporte cuando comienzan a acompañar a sus progenitores en sus salidas al campo de golf. De aquellos primeros años le viene a la memoria retazos de bonitos momentos. «Algún palo, la bolsa de mi hermana, el carro en el que íbamos las dos...». Los recuerdos se vuelven más nítidos con siete años. «Cuando comienzo a competir en el campo de mi club –Club de Golf Larrabea– y también a jugar el campo de Izki Golf.
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Maravillosos son para ella todos los recuerdos vinculados a la Región de Murcia y más concretamente a La Manga Club (Los Belones- Cartagena) «donde disputé mi primer Campeonato de España Benjamín». Era 2008. «Luego jugué tres ediciones más en el complejo y más tarde con Natalia Escuriola estuve en una final de la Escuela de Clasificación del LET (Ladies European Tour), donde terminé haciéndola de 'caddie'. Fue el último año que se disputó la escuela en la Región... Una lástima», lamenta al contar ese periodo de su vida a LA VERDAD con quien hace memoria de su historia y de sus recuerdos vinculados al complejo murciano. Todos ellos hablan de «lo divertidísimo que era todo. Nos quedábamos siempre en los apartamentos de arriba (los conocidos por Las Lomas), lo que me parecía todo un planazo; ibas con tus padres, disfrutabas de la piscina y había un montón de niños. Todo lo que yo no tenía en mi club: ¡muchos niños! Muchos acentos diferentes. Una locura para mi. Allí hice incluso una amiga canaria !a la que no entendía nada!», nos cuenta divertida al recordar aquel ambiente a sus 10 años.
Pero empecemos su historia un poco antes. Cuando lo suyo siempre fue otro tipo de 'pelota'. La del fútbol, una disciplina que para los Latorre es más que un deporte. «Mi abuelo jugó en el Athletic y mi padre también fue futbolista (...). Así que ha sido una religión para todos nosotros». De hecho «esperé ansiosa a que en el colegio tuviera la edad pertinente para poder entrar en el equipo de fútbol». Lo suyo era meter goles. «Yo quería ser delantera», asegura; aunque el entrenador la prefería en la posición de defensa central, mientras ella insistía –siempre ha tenido claro con qué disfrutaba más– en su decisión. Y que no era otra que poner el balón en la escuadra. En aquella época ambos deportes convivieron con naturalidad en casa. El fallecimiento el pasado 31 de octubre de su abuelo José Antonio Latorre, el bilbaíno que anotó el golf número 2.000 con la camiseta rojiblanca, le han devuelto a la memoria a otros momentos. «Mi abuelo fue el primero que empezó a jugar a golf en la familia», nos matiza.
¿Por qué elegir?
Latorre hace memoria para LA VERDAD de nuevo. Y sí. las imágenes son nítidas. Ambas pasiones comenzaron a andar juntas en la vida de esta joven, mientras escuchaba a su alrededor aquello de: '¿qué deporte te gusta más?'. Toda una contrariedad porque para ella ambas disciplinas eran complementarias, siendo cada una tan diferente. Así que Latorre se negó a elegir. «Nunca quise hacerlo, porque cada una me aportaba algo muy distinto», nos relata durante su presencia en La Sella Open de este año.
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Latorre: «En La Manga Club disputé mi primer campeonato de España benjamín. Estar allí era un planazo»
De hecho, lo que ella hizo fue 'aclimatar' ambas disciplinas. «Yo jugaba al fútbol en invierno y al golf en verano». Así que se dijo, '¿por qué elegir?' «Son dos mundos tan distintos. Uno es en equipo, haciendo piña, remando en la misma dirección; si tú fallas yo te lo soluciono. Y en golf es todo lo contrario; tú entrenas, tú te lo ganas; tú lo fallas, tú te lo comes. Para mi eran dos mundos que se complementaban muchísimo y elegir uno me parecía dejar de lado muchas otras tantas cosas positivas del otro».
«Estos años me decía a mí misma que no me gustaba tanto este deporte como para dedicarme por completo a él»
Pero el calendario de competición comienza a no encajar. Partidos y campeonatos que se solapan o coinciden en un mismo fin de semana; en una misma jornada. Latorre comienza a pasarlo mal. Algo que la fastidia enormemente porque no quiere «renunciar» a lo que son dos maneras de disfrutar. A sus dos 'hobbies' deportivos por entonces. «Sí. Fue complicado». Su situación se enrarece. Tanto, que comienza a distanciarse del fútbol donde comienza a no estar cómoda. Incluso en el club donde da clase a un equipo de niños.
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De mayor quiero ser...
De pequeña sabía que quería hacer algo relacionado con el deporte. «Porque a mí me sacaban de eso... y no veía otras opciones», asegura la alavesa. Y es que Amaia no se veía enterrada en libros sino inmersa en espacios deportivos. Elige Bilbao para cursar la carrera de Ciencias del Deporte. Su nivel de competición en el fútbol se resiente al centrarse en los estudios. ¿Y el golf? «El golf seguía estando ahí a pesar de que no entrenaba nada», matiza. No se trataba de desinterés, sino de climatología. En invierno era imposible dar clases o practicar. «Daba clase cuando y donde se podía, con mi entrenador Jon Ander Sánchez (el gerente Izki Golf)». Una etapa en la que se movía por intuición. «Lo hacía por habilidad, con un 'swing' a mi manera. Y de una manera acomodada al tiempo del que disponía» (que no era mucho), confiesa recordando aquel tiempo con Sánchez. «Me cogió con 13 o 14 años y seguimos juntos», dice sonriendo.
Cuando acaba la carrera se plantea crecer en otra de sus pasiones: la psicología. Y es que la idea de ser psicóloga deportiva la seduce mucho. Se pone a ello. Pero el master que comienza a cursar en Barcelona lo debe concluir con unas prácticas que la suponen, hacia el final del mismo, un revés. «Me dicen que hay un inconveniente. Que no puedo hacerlas sin haber cursado primero los cuatro años de psicología. Que es intrusismo. Que yo vengo de Ciencias del Deporte... –y asegura–; ahí se me tambalea todo». En el envés, «que mientras preparo el trabajo de fin de curso del master, me invitan en Larrabea a una prueba del Santander Golf Tour. El circuito de golf femenino español, que incluye torneos que puntúan para el LETAS ( LET Access Series) –la plataforma de acceso al circuito principal del Ladies European Tour– y, una oportunidad para las golfistas de ganar experiencia internacional y ascender en el ranking.
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Alicia Garrido (directora ejecutiva deD&B): «A la gente con talento hay que proporcionarle oportunidades»
«No estaba entrenando nada. Era octubre y allí me presenté con mi bola rancia. No jugué muy allá, pero hice top10». Entonces recuerda que dos mujeres de golf, la periodista Susana Escolar-Noriega y Alicia Garrido, directora ejecutiva de Deportes & Business (la empresa organizadora de la competición) «¡me calientan la cabeza!». Ríe. Las dos han visto algo en ella. También en su propio club. Se lo hacen saber. Pero este alma libre se resiste a posicionarse. «Me decía a mí misma que no me gustaba tanto este deporte como para dedicarme por completo a él. Yo lo veía como una disciplina deportiva que completaba mi tiempo libre. Entonces no era mi horizonte». Será la figura de su entrenador quien la saca de ese pensamiento. Sánchez le recuerda que cuenta con el apoyo de sus padres. Que porqué no intentarlo. «Mis compañeras del equipo de fútbol me dijeron: '¿Cuántas personas pueden decir que son profesionales de un deporte?'». Latorre abre esa puerta.
Clases de realidad
Febrero de 2022 es un punto de inflexión en su vida. Acabado el master se hace 'pro'. Y comienza a aprender todo lo que no sabía de este deporte. ¡Y era mucho! Porque «yo no contaba con toda el bagaje de otras tantas profesionales que llevan años preparándose para este momento». En su salto al mundo profesional del golf conoce a la jugadora castellonense Natalia Escuriola. «Y nos hicimos muy buenas amigas». Ella fue uno de sus apoyos en esta nueva vida. Pero tendrá más. Los años siguientes, 2022 y 2023, son para Latorre de aprendizaje total. E insiste en ello. «Yo nunca había estado en equipos nacionales, ni en los Estados Unidos, ni en 'la Blume'. No tenía ni idea de este camino previo para alguien que se quiere dedicar al golf». Y va más allá en sus apreciaciones. «La gente tenía ya una rutina aplicada, una manera de entrenar y yo... tenía cero. Tuve la gran suerte de hacer muy buenas amigas que me fueron instruyendo. Me fueron mostrando la realidad. Entre ellas Escuriola y Piti Martínez. Sobre todo ellas». Y la última pincelada «la puso Nuria Iturrioz con la que jugué el dobles en 2023, que fue el primer torneo que gané». Es ahora cuando Latorre comienza a vivir el sueño de otras.
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«Mi familia fuera de mi familia»
«A Amaia la conocí en un torneo de 'El Santander', y hablando sobre sus tatuajes la primera noche comenzamos a conectar y sacamos nuestro lado más profundo», cuenta a este medio Piti Martínez al preguntarle por la alavesa. La gaditana la describe como una persona que «va de frente, de las de verdad (...) una persona entregada a la vida; que se ha hecho a sí misma y que como jugadora ha ido creciendo». Martínez concluye asegurando que Latorre «es pasión y fuego pero también madurez mental». Escuriola asiente. «Como deportista es muy trabajadora, disciplinada y ordenada. De hecho te diría que vive para el golf». Incluso come para el golf porque cuida y mide todo lo que cocina.
Suena divertido cuando cuenta «que mis padres me decían que de la gente que no entrena... tú serás la mejor, ¿no?». A Latorre nunca le ha faltado garra, nervio, adrenalina, empuje y mucha competitividad. «No es enfermizo eh, pero sí, me gusta competir muchísimo. Entrenando no juego ni la mitad de bien que puedo jugar competiendo». Es talento innato.
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Piti Martínez (golfista profesional): ««Amaia es pasión y fuego, pero también madurez mental»
Un talento que la hace destacar. Gana torneos y 'la española' le da dos invitaciones para Suecia. Parece que todo comienza a rodar a otro nivel. A jugar más competiciones y también a «darme el primer sopapo porque es la primera vez que salgo a Europa a competir y todo es para mi nuevo». Afortunadamente siente el calor de las compañeras. «Me ayudaron muchísimo a hacer grupo estando lejos de casa y a entender la vida del profesional», nos resume. En 2024 cuenta con estatus en el LETAS que le permite jugar todos los torneos. «Es cuando comienzo a entender cómo es esta vida, no me llevo tantas sorpresas y tengo expectativas más reales». E insiste. «Las jugadoras han sido mi escuela, mi familia fuera de mi familia». De hecho cuando Latorre se independiza del seno familiar, se va a vivir a Castellón con Escuriola.
«Aquí tengo una vida más independiente y un clima benigno que es un ¡factor fundamental! para trabajar mi golf». En 2025 fue su debut en el LET. Curiosamente «no era el sueño de mi vida, porque yo no pensé en ser profesional», y porque además «al principio tú piensas que eres la última caca porque eres la nueva frente a otras compañeras que llevan preparándose para esto toda su vida». Pero cuando Latorre prueba que es el LET se da cuenta de que «...esto es para mi. ¡Esto es la hostia! Me pregunté 'cómo quieres vivir tu vida? Y me respondí: 'Pues así'». Su juego ha dado un paso adelante en este último año aunque no consiguió el objetivo de conseguir la preciada tarjeta para el LET y tendrá que luchar este diciembre en Marruecos para conseguir en la Escuela de Clasificación un buen status que le permita jugar el mayor número de pruebas. Lo sabe. No la amedrenta. Ya no hay vuelta atrás. El sueño de otras ha comenzado a ser el suyo.
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Ciganda y Muñoz, las mejores españolas clasificadas en el abierto
Sólo tiene 21 años. Y recordará su pasó por Málaga como uno de los mejores momentos de su vida profesional; ganar el 'Open' español y hacerlo firmando la que es su primera victoria en el Ladies European Tour. Imborrable. La sonrisa de la francesa Nastasia Nadaud se hizo cada vez más evidente según fue tomando conciencia de su remontada en la clasificación provisional y de su triunfo.
Y es que la gala partió en la cuarta y última jornada del Andalucía Costa del Sol Open de España presented by Oysho (disputado del 27 al 30 de noviembre) con cinco golpes de desventaja respecto a la hasta entonces intratable tailandesa Trichat Cheenglab, que deleitó a espectadores y público de la competición desde el primer momento. Fue ella la que en la segunda jornada firmó una tarjeta de 63 golpes (-9), que pulverizó el récord del campo y la disparó al liderato con un -15. Pero como en golf todo es posible.. .Nadaus comenzó la cuarta ronda con 'birdie' en el 1, el 3 y el 5 y un 'eagle' en el 4. Los primeros 9 hoyos los cerró con un -15 que alimentó con tres 'birdies' consecutivos más en el 10, 11 y 12. Sólo erró en el 13 y 16 (dos 'bogeys'), que no empañaron su brillante actuación en el recorrido del Real Guadalhorce Club de Golf, cerrada con un -16.
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«A veces el golf es así»
La actuación de las españolas fue discreta. Carlota Ciganda y Azahara Muñoz, las dos bicampeonas del 'Open', se despidieron con un -7 que les colocó en la 16ª posición (empatadas). La navarra, muy sólida de 'tee' a 'green', no encontró su 'time' en el 'putt'. «He jugado muy bien, pero no he metido nada. A veces el golf es así».
Ambas lideraron un contingente nacional formado por otras 13 jugadoras españolas, entre las 64 mejores del ranking femenino que disputaron el abierto español y 11 invitadas. Entre ellas la alavesa Amaia Latorre (puesto 52) que, a pesar de la posición final, no perdió un ápice de «garra. Ella es así, tiene un espíritu de lucha; de sacrificio. Además jugó bien a pesar del resultado», asegura Andoni, su padre y el 'caddie' de Latorre, en ésta su segunda incursión llevando los palos de su hija. Se siente muy orgulloso. «Nadie daba un duro por ella en esta profesión, ¡incluido yo!, y ha demostrado que es una valiente. Aunque eso ya lo sabíamos en casa».
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Quien también lo sabía era Alicia Garrido (Deportes&Business). Una de las mujeres que se fijó hace un tiempo en la golfista de Vitoria. «Cuando la conocí nunca había oído hablar de ella. Fue en su club. La seguían los socios. (...) Y cuando la vi darle por primera vez a la bola me llamó la atención. Ella es de esas jugadoras con talento para quien está concebido el circuito Santander Golf Tour. (...) Hablé con la Nacional para que supieran de ella y que la tuvieran en cuenta. A la gente con talento hay que proporcionarle oportunidades», afima Garrido. Con talento y con corazón. En 2022 sus compañeras eligieron a Latorre 'player of the year'.
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