Alberto Iglesias: «Se están haciendo muchísimas cosas bien en el golf de la Comunidad Valenciana, pero no somos capaces de vender nuestros éxitos»
El primer encuentro de profesionales de la industria del golf promovido por la Dirección General de Comunicación y Promoción Institucional de la Generalitat se reúne en Font del Llop para hablar del estado de lo que es más que una disciplina deportiva
Mª J. Peñas
Sábado, 11 de mayo 2024, 10:34
«Se están haciendo muchísimas cosas bien en el golf de la región, pero no somos capaces de vender nuestros éxitos». Esta afirmación partía de Alberto Iglesias, director de Font del Llop (FdLl), y uno de los convocados a la primera mesa que desde la Dirección General de Comunicación y Promoción Institucional de la Generalitat Valenciana se llevó a cabo la semana pasada, para testar el pulso de la industria del golf de esta comunidad. Una mesa coordinada y moderada por Fernando Molina, el responsable del medio digital y especializado en golf, Open Golf. Iglesias lo tiene claro. «Seguimos arrastrando estigmas y clichés del pasado, pero lo cierto es que el golf es una industria que genera miles de empleos directos e indirectos, con un impacto muy positivo en la fauna y la flora de los lugares que albergan una instalación deportiva de estas características». El gerente de FdLl incluso ponía nombre a uno de sus inquilinos (la jornada se llevó a cabo en las instalaciones de su campo, en Monforte del Cid): «el fardacho», un lagarto en peligro de extinción que a día de hoy ha encontrado en su campo cobijo.
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Hablar de golf en la Comunidad Valenciana es hacerlo de uno de los sectores más desestacionalizadores dentro del turismo de esta parte del Levante español. Un deporte que genera, según los últimos datos, más de medio millón de pernoctaciones anuales y un impacto económico anual de 745 millones de euros. Unos números que reflejan la buena salud (económica) de la que goza esta industria, aunque no los únicos positivos. El golf concita también numerosos proyectos de sostenibilidad «convirtiendo eriales en pulmones verdes», como hacia constar en la mesa Juan Manuel Verdú, el gerente de la Federación de Golf de la Comunidad Valenciana y el director de la Escuela de Golf de Elche, quien puso en valor el trabajo desarrollado por esta entidad federativa en los últimos años, para dar a conocer entre jóvenes y mayores los múltiples beneficios de la práctica de este deporte. «Por nuestras instalaciones han pasado 11.000 niños, en los últimos 10 años», apuntaba, mientras señalaba lo proceloso que ha sido en ocasiones llegar a cerrar acuerdos; «hasta nueve años para firmar un convenio para la práctica del golf en nuestra comunidad». Un toque de atención a las instituciones públicas.
Aunque también se reflexionó mucho sobre como transmitir los mensajes que la industria del golf debe hacer llegar a la sociedad para que se conozca más y mejor su trabajo. Una circunstancia sobre la que insistió la responsable de contenidos de golf de La Verdad de Murcia (Grupo Vocento) María Jesús (Chusa) Peñas para quien es indispensable «que el sector haga un esfuerzo de comunicación y sus cifras y éxitos no se queden solo dentro de la propia industria«, y les animó a encontrar más cauces »tanto con los medios nacionales, locales y generalistas como con la televisión, un medio tan masivo«.
Para Samuel del Val, ex jugador profesional al más alto nivel, el golf «construye vida», y recalcó el necesario apoyo de instituciones y sociedad civil para tratar de que los grandes datos «de este deporte sigan impulsando una disciplina que -recordó y acentuó- es olímpica y que, además, genera un retorno a todos los niveles». Incluido el de la salud de quien lo practica. Según un último estudio al respecto, «su práctica es capaz de aumentar la esperanza de vida más allá de siete años», como se mencionó en la mesa. Del Val manifestó que »creo que se está trabajando bien, pero siguen faltando apoyos. Se nos sigue viendo como un juego y no como un deporte«, mencionaría el golfista.
Y que hay otras tantas ideas erróneas a desterrar. «Hay gente que sigue pensando que los recursos hídricos se están despilfarrando en los campos, pero es por desconocimiento», manifestó Roque Buendía, el actual presidente de la Asociación Española de Greenkeepers. «El agua que se utiliza, en muchas ocasiones, no se puede emplear para otras cosas. Eso por no hablar de que las variedades de hierba son seleccionadas para aguantar grandes dosis de salinidad y sequías y de las grandes inversiones en investigación, desarrollo e innovación en relación con los sistemas de riego», añadió. Buendía adelantó en esta mesa que se está trabajando en «una encuesta sobre los usos del agua» con un importante número de campos españoles. En este tipo de trabajos se pone de manifiesto cómo el golf, por ejemplo, es el «último fijador de nitrógeno -a través del césped- (…) lo que evita que llegue ese aporte de nitrógeno a los acuíferos».
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La jornada se desarrolló a lo largo de dos largas horas de trabajo, donde se pasó por muy diferentes cuestiones, aportando puntos de vista, reflexiones y apreciaciones. Y constatando lo interesante que es que mesas tan transversales como la que planteada ayuden a conocerse mejor.
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