El entrenador del Odilo FC Cartagena Cebé, Jordi Juste, posa para LAVERDAD antes de la sesión de entrenamiento del pasado jueves en el Palacio de los Deportes. PABLO SÁNCHEZ / AGM
Entrenador del Odilo FC Cartagena CB

Jordi Juste: «Aquí todos estamos deseando subir a LEB Oro y vamos a intentarlo»

«Me gustaría llenar el Palacio desde el próximo partido. Por soñar, que no quede», afirma, ambicioso, el técnico catalán

Dani Sánchez

Sábado, 11 de noviembre 2023, 08:26

A sus 45 años, ya ha entrenado en Serbia, Irlanda, Suecia y Finlandia. Pasó más de una década fuera de España y regresó en ... 2020 a Basket Navarra. Este año se ha enrolado en el Cebé, con el objetivo de buscar ascender a LEB Oro.

Publicidad

El catalán es un tipo ambicioso y metódico, de rutinas muy marcadas. Va al Palacio de los Deportes andando todos los días desde el centro de la ciudad, donde reside y, antes de los partidos, se encierra dos horas en el vestuario para reflexionar.

Su estilo de juego, vertical y agresivo, le ha ido como anillo al dedo hasta ahora a su equipo, que suma cinco triunfos y solo una derrota. Jordi Juste atiende a LAVERDAD antes de desplazarse a Mataró, donde su equipo juega esta tarde (19.00 horas). La hora y cuarto de charla da para todo. Hablamos de baloncesto, pero también de una vida vivida como su estilo: con alta intensidad.

–Son 35 años ya jugando al baloncesto.

–Sí, empecé con 10 años y ya no paré. Dejé de jugar prontito, porque, cuando estaba acabando la carrera, me dediqué a entrenar.

–¿Cómo le picó el gusanillo?

–Fue un verano cualquiera. Un amigo me dijo si me podía hacer gracia y nos pusimos ese septiembre. Empezamos con una escuela y, a partir de ahí, empiezas a coger categorías más mayores y algunos clubes ya te contactan.

Publicidad

–Arranca muy joven, pero antes había probado también el fútbol sala, ¿verdad?

–Sí. Estuve un par de años, aunque no me acabó de enganchar. Empecé con Albert Luque. Éramos muy amigos y comencé por él. Aún si algún verano coincidimos nos acordamos y nos saludamos efusivamente.

–¿Qué nos puede comentar de su experiencia en Serbia?

–Quedé alucinado. Ya me gustaba el baloncesto yugoslavo y el americano cuando empecé a entrenar, pues había esas dos escuelas. Era algo que quería probar. Cogí las cosas y me fui, cansado de lo que estaba haciendo en Cataluña. Me fui a la aventura, no sin nada pero a nivel deportivo sin contrato. Tuve la suerte de encontrar un club pequeño que me dio opciones de poder entrenar, con cantera y equipos de distintas edades. Allí el baloncesto se vive con más que pasión. Es una religión.

Publicidad

–Supongo que fue para usted una experiencia vital.

–Sí, porque quieres romper un poco con todo lo que tienes establecido, pero tenía claro que quería ser entrenador. Antes de ello, hacía de todo un poco para ganarme la vida, pero ya quise cambiar la situación y el destino fue Belgrado. Aprendí muchas cosas y sufrí otras. A nivel personal, tuve una época dura porque la gente no es tan accesible y costó un poquito, pero luego muy bien. No me arrepiento de nada.

–¿Cómo acaba en Irlanda?

–Pensaba que la experiencia en Serbia podía ayudar en mi currículum, pero no me salió nada a nivel laboral en Cataluña. Había un jugador catalán allí y propuso que hiciera de entrenador y de ayudante. Me vino bien por el tema del inglés.

Publicidad

–¿Qué aprendió en su experiencia en Suecia?

–Allí aprendí a ser profesional, a sentir y vivir un equipo en su día a día, las 24 horas, y trabajar con staff profesional, ayudantes, preparadores físicos y fisioterapeutas. Te da una dimensión distinta de cómo compite un equipo. En Suecia son pocos clubes y, en mi época, jugábamos cuatro vueltas, con dos partidos semanales.

–¿Y en Finlandia? Sufrió una experiencia dura y fue destituido.

–Dicen que uno no es entrenador hasta que le destituyen y, en cierta forma, es verdad. Fui a parar a un club con pocos recursos. Cuando me propusieron esa oferta no parecía tan mala, pero luego te encuentras con la realidad.

Publicidad

Aprendí el estar bastante solo a nivel deportivo y personal. En cuanto a lo deportivo, no encontraba la ayuda que esperé y los resultados fueron nefastos. Las formas y el final fueron complicados. Aprendí muchísimo y me permitió pasar tres meses en casa, liberado al principio, pero bajo de ánimo después.

–Acaba entrenando en España (Basket Navarra) y, poco después, aparece el Coronavirus. Sería un varapalo.

–No te paras a pensar mucho, porque la situación es grave. Con el tiempo, piensas que el mes me vino bien para ganarme al personal y establecer una relación de confianza bidireccional. Ellos no dudan en ofrecerme una renovación y yo no había demostrado nada, con dos victorias y dos derrotas. Fue un gesto muy importante y muy bonito.

Noticia Patrocinada

–¿Qué recuerda de la eliminatoria contra el Cebé en 2021?

–Había mucho ruido. Enfrentarme con Gustavo Aranzana era todo un reto y un privilegio. Era un honor enfrentarme a un técnico de su grandeza.

Íbamos de tapados. El Cebé tenía el factor campo. Nos salió un buen partido en casa, a pesar del final. Cuando llegamos aquí y vemos el ambientazo que se había generado, te das cuenta de la magnitud de la tragedia que se puede avecinar. Pero creo que competimos bien y, con un pelín de fortuna, pasamos la eliminatoria.

–¿Qué supone para usted convertirse en el relevo de Gustavo Aranzana?

–Respeto por todo. Me habían contado que Gustavo empezó toda la estructura de club. Arrancar desde ahí mi proyecto ya es bueno. Ellos tuvieron muy buenos resultados deportivos. Con un pelín más de suerte, uno no sabe hasta donde podrían haber llegado.

Publicidad

–Llevaba dos años muy buenos en Navarra. ¿Qué le hace venir a Cartagena? ¿No recibe propuestas de LEB Oro?

–No recibo propuestas de LEB Oro. Allí la situación estaba muy mal, aunque cuando decido venir aquí aún no era crítica. Año a año, siempre me decían en el club que si me salía algo mejor, lo cogiera. Este último año, durante los últimos meses ya vimos cosas graves. El club, no obstante, miró siempre por nosotros y cumplió con todo, aunque no hubo margen para seguir.

–¿Qué le convenció del proyecto del Cebé?

–Su forma honesta y sincera de dirigirse a mí, que tenían conocimiento de lo que había hecho y que les gustaba cómo jugaba mi equipo. Que valore mi trabajo gente de fuera me llena más que uno o cinco euros más.

Publicidad

–Cambiaron la plantilla casi completamente y, a pesar de ello, ganaron por una gran distancia el primer partido.

–Tuvimos ese pelín de suerte en la segunda parte contra L'Hospitalet. Nos entraron los tiros y eso nos dio mucha confianza. Pero, a nivel global, destaco que son jugadores jóvenes, aunque con experiencia. Incluso quien viene de EBA se está adaptando a las mil maravillas. Que la mayoría sean españoles también ayuda mucho a nivel de comunicación.

–Ha cambiado radicalmente el estilo de juego a uno de un ritmo mucho más elevado.

–Sí. Creo en esto y el club me contrató para jugar con este estilo de juego. No sé si eran conscientes de lo extremo que puede llegar a ser. Fichamos a los jugadores pensando en este juego. Somos muy generosos en los esfuerzos. Uno tiene que sacrificar muchos minutos si quiere ser honesto consigo mismo y sus compañeros. No es fácil, pero los chicos están mostrando un compromiso excepcional.

Publicidad

–Firmó por dos años hasta 2025. El presidente afirmó que querían estar luchando por ascender. ¿Es un aliciente o una presión?

–Un aliciente total. Me traslado al año de Finlandia y no hay nada peor de lo que sentí allí. Tener trabajo y saber que te quieren por algo muy concreto y que, encima, te pongan muchos medios para lograr algo que has estado a punto de hacer con un equipo con menos es un lujo. A todo el mundo le gusta quitarse presión, pero no podemos engañar a la gente: aquí todo el mundo desea ir a LEB Oro. Vamos a intentarlo desde el primer año.

–Lleva más de 100 partidos en LEB Plata. ¿Qué ha aprendido?

–Primero, conocer el baloncesto FEB. He aprendido mucho de los entrenadores y de todas sus propuestas. También he conocido a los jugadores a los que te enfrentar. Por supuesto, cómo gestionar el día a día. Me ha permitido adaptarme. Aquí me ha costado un poquito más, pero cada día estoy mejor. Creo que el equipo está mostrando una buena química grupal y vamos por el buen camino.

–Han empezado muy bien la liga. ¿Sueña con repetir esa imagen que vivió como rival?

–Sí, pero no en el 'playoff', sino en el próximo partido como local. Se que es muy difícil, pero es lo que me gustaría, convencer a la gente. No solo es que metamos muchos puntos, sino que estos tíos se tiran al suelo a por un balón si hace falta. Ojala los 800 que vienen se lo digan a otros 200 y se vaya corriendo la voz. Por soñar, que no quede.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad