El Cebé desata la locura a falta de un solo segundo

Los últimos cinco segundos del partido fueron memorables y desde ayer circulan como la pólvora por las redes sociales. El marcador era de 105-104 justo cuando el Castellón protagonizó el último ataque. El visitante Charles Minlend agarró la bola, se revolvió en la pintura y bajo un enjambre de brazos enmudeció al Palacio de los Deportes con el 105-106. Algunos jugadores del Cebé se llevaron las manos a la cabeza, algunos aficionados no daban crédito y, mientras tanto, Charles festejaba la victoria con el resto de sus compañeros. Quedaba un segundo y una décima para que sonara la bocina. El trabajo estaba hecho.

Sin embargo, y como guinda a un encuentro absolutamente loco de 213 puntos y una prórroga, el Cebé ganó. El Castellón solo debía tocar el balón, básicamente, para tomar el camino de los vestuarios. Pero los locales tiraron de pizarra, los visitantes se durmieron en los laureles y Cabrera, desde la banda, encontró completamente solo a Asier González debajo del aro. Álvaro Martínez perdió la marca del ala-pívot albinegro, quien se enganchó al aro a placer y descorchó la felicidad en el Palacio.

El entrenador Jordi Juste agitó los puños desde el banquillo. La directiva se puso en pie en el palco. Los 2.272 espectadores rugieron como 20.000 personas. Y los jugadores se lanzaron al parqué como si del ascenso en Zamora se tratara. Sin duda un final a la altura de un 2024 absolutamente especial para el baloncesto en Cartagena. Sobre todo porque en 2021 todo parecía perdido. Y el 2024 concluyó ayer con media salvación amarrada.

El Cebé puso punto y final al año regular de la mejor manera posible: tirando de épica, buen juego y tres victorias de forma consecutiva que dan mucho oxígeno en la clasificación. Ante el Morón (79-76) se cortó una racha de siete derrota seguidas; en San Sebastián, frente al Guipuzcoa, llegó la primera alegría de la temporada a domicilio con un triple de Hermanson a cuatro segundos del final (84-85). Y ayer contra el Castellón se rizó el rizo (107-106).

El partido parecía más que controlado desde el primer parpadeo con un parcial inicial de 10-3 para el Cebé. Más todavía en el tiempo de descanso, en una primera parte de mucha intensidad, trabajo coral y en líneas generales notable (49-36). Los trece puntos de diferencia, en cambio, pronto se esfumaron porque los albinegros fueron arrollados en los primeros cinco minutos del tercer cuarto. Ahí se acabaron las ventajas, el Castellón gritó «¡presente!» en el partido y se dio inicio a un intercambio de golpes prácticamente sin margen de error.

A nivel global, el equipo de Jordi Juste fue justo merecedor de la victoria. Pero es verdad que el Cebé se vio ciertamente contra las cuerdas en dos momentos claves: un triplazo esquinado de Dylan Van Eick a segundos del final permitió a los locales forzar la prórroga. En la misma, como en el tiempo de juego reglamentario, no ayudó un polémico arbitraje que puso al público de los nervios.

En esos cinco minutos extra también parecía complicarse la victoria. Cargados de faltas ambos equipos, Álex Jordá y Alberto Martín tomaron camino al banquillo antes de tiempo y poco después también se les unió Jamal Tate, en ese momento el máximo anotador del Castellón. Una pérdida fatal de Cabrera que corrigieron los árbitros; una arrancada de 4 puntos y con recuperación de Garuba; y un triple tras otro del ex del Castellón Hermanson, que se marchó hasta los 24 puntos, dieron vida a los de casa.

El Cebé se complicó en su penúltimo ataque con 105-104 a favor. Gerard Blat falló los dos tiros libres (solo anotó 2 de 8 en todo el partido, el 25%) y la última posesión quedó en manos del Castellón para disgusto de la parroquia albinegra. Fue entonces cuando llegó el 105-106. Y cuando Asier González, uno de los supervivientes del ascenso en Zamora, emergió libre de marca cuando todo estaba perdido. Orgullo y honra para los chicos de Jordi Juste por este 2024. Por ascender. Por ser agresivos. Por competir. Y por dejar media salvación sellada con uno de los presupuestos más modestos de toda la categoría.

«Al Cartagena no se le respeta arbitralmente. No sé si van a ver esto los de la liga o los árbitros. Pero que nos respeten. Y que nos traten no por nuestra limitación de recursos sino por la valentía con la que jugamos. Dicho queda. No me han pitado técnica pero hoy [ayer para el lector] sí iba a gritar porque hay un momento de juego en que las cosas cambian [...] Yo no quiero chillar a los árbitros, es muy aburrido. Pero hoy tocaba y creo que no nos están respetando. Llevamos 14 jornadas y creo que somos honestos. Ya está bien, no me ha gustado nada [...] Peor no pueden hacerlo», dijo Jordi Juste en la rueda de prensa postpartido sobre el arbitraje.