El zumbido único de 250 abejas en el Centro Párraga
La instalación sonora 'Enjambre (Essaim)' del francés Felix Blume, que se inaugura hoy en Murcia, invita a la escucha para perder el miedo a lo desconocido
Más de 250 pequeños altavoces están ya colocados en la Sala de Máquinas del Centro Párraga de Murcia, donde esta tarde, a las 20.30 ... horas, se inaugura la instalación sonora 'Enjambre (Essaim)' del artista francés Felix Blume.
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Cada uno de estos dispositivos reproducirán el sonido de una abeja volando: «Suspendidos en el espacio, estos dispositivos crean un paisaje vibratorio que invita a una experiencia de escucha que va del murmullo colectivo a la delicada voz individual. Al recorrerla, el visitante puede acercarse a estos pequeños seres, percibir la sutileza de sus movimientos sonoros y, por un instante, formar parte del enjambre», explica Belén Vera, comisaria de una instalación sonora que se podrá visitar hasta el 2 de octubre.
El proyecto del francés «nace de una inquietud que atraviesa muchas de sus obras: la fascinación por la multitud y el deseo de explorar cómo un grupo está hecho de múltiples individualidades», indica Vera, redactora 'freelance' especializada en arte contemporáneo.
«No hubo una selección estética, no era escoger el zumbido más bonito sino entender sus ánimos», explica el artista sonoro
'Enjambre (Essaim)' «prolonga un camino que el artista ya había iniciado con proyectos como 'Rumores del mar', donde instaló 150 flautas en el agua en Tailandia para que el visitante pudiera escuchar tanto cada instrumento como el coro total, o con 'Grillos de sueños en Chile', trabajando con niños que criaban grillos, uniendo la observación científica y la escucha sensible», explica sobre la trayectoria de Blume, que ha trabajado en diferentes países como Alemania, Francia y México, además de los mencionados. En España, su obra ha llegado al Museo Reina Sofía, en Madrid, y al CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona). Su película 'Luces del desierto' recibió el Primer Premio de Cortometrajes Internacionales en L'Alternativa CCCB (2021) y el Gran Premio de Videoarte del festival Côté Court (Francia, 2021).
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Un estudio especial
Durante el proceso de trabajo de 'Enjambre' se construyó un estudio de grabación especialmente diseñado para recopilar el zumbido de las abejas mientras se alimentaban dentro. Fue un proceso colaborativo con abejas de la colonia del apicultor Dominique Hardouin.
«Hicimos una caja suficientemente grande para que pudieran volar pero lo bastante pequeña para mantenerlas cerca del micrófono, con soportes con flores, agua azucarada o miel para provocar ese movimiento de búsqueda», cuenta Blume. «El objetivo era registrar el zumbido único de cada abeja en ese pequeño viaje, evitando grabar a aquellas que estaban demasiado quietas o, al contrario, demasiado inquietas y estresadas», explica la comisaria sobre un proceso al que le dedicaron varias sesiones en las que se grabaron a unas 600 abejas para después seleccionar alrededor de 250 registros. «No hubo una selección estética, no era escoger el zumbido más bonito, sino más bien una escucha atenta para entender sus ánimos, sus comportamientos, y decidir si grabarlas o no», dice el creador, que notó, durante el proceso, la conexión existente entre este grupo de insectos. «Había momentos en que parecía que el humor del enjambre pasaba de una abeja a otra. Si una pasaba cinco o seis minutos alimentándose tranquila, muchas veces la siguiente hacía lo mismo. Si una estaba nerviosa, la que venía detrás también. Como si existiera un estado de ánimo colectivo», asegura el artista sonoro e ingeniero de sonido.
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El resultado de su proceso es una instalación donde el público puede moverse y aproximarse a cada uno de estos altavoces para descubrir la singularidad de las diferentes abejas, deteniéndose en cada individuo, así como percibirlas como una multitud. «Quizá la escucha pueda ser un primer paso para considerar al otro, para comprender y cuidar», reflexiona el creador, ya que «muchas veces tenemos miedo de lo que no conocemos, y detenernos a escuchar puede ayudarnos a perder ese miedo».
Una instalación que invita «a repensar nuestra relación con quienes compartimos el mundo, sean humanos o no humanos», concluye la comisaria del proyecto.
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