San Antonio acerca sus tesoros
Una muestra repasa, a través de obras de arte y objetos litúrgicos, la historia del templo que el marqués de los Vélez levantó en Mazarrón
A la espera de que la iglesia de San Antonio de Padua, en Mazarrón, reabra al culto, tras someterse a una restauración integral, una exposición ofrece la oportunidad de conocer de cerca el patrimonio artístico que atesora. La muestra 'Sagrados' repasa más de 400 años de historia del templo que mandó levantar la familia Fajardo, que ostentaría el Marquesado de los Vélez, con motivo de su llegada a este rincón del reino para explotar las canteras de alumbre a finales del siglo XV. El recorrido por ese legado se realiza a través de una cuidada selección de obras de arte, objetos litúrgicos, textiles y documentos antiguos. Ocupan las diferentes estancias del Casino, que acoge la exposición hasta el 12 de enero de 2025.
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La saga Fajardo erigió el edificio religioso dedicado al santo franciscano a escasos metros de su casa-fuerte, como símbolos del inmenso poder que amasó. Pero la actual planta de la iglesia parroquial responde en realidad a la ampliación acometida entre finales del siglo XVII y principios del XVIII. Por entonces, los Velez ya casi se habían desentendido del templo y fueron otras familias nobles de la villa, como los Alemán Peregrín, los Jorquera, los Zamora o los Carvajal, las que destinaron fondos para ensanchar la construcción. También el cardenal Belluga hizo una donación económica.
'Sagrados. Historia de un templo. La iglesia de San Antonio de Padua de Mazarrón'.
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Cuándo: Hasta el 12 de enero de 2025.
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Dónde: Casino de Mazarrón, plaza del Ayuntamiento.
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Horario: De lunes a sábado de 10 a 14 horas. Jueves y viernes también de 17 a 20 horas.
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Organizan: Concejalía de Cultura y Parroquia de San Antonio de Padua y San Andrés Apóstol.
La contribución de estos vecinos, antepasados de los actuales pobladores de Mazarrón, al engrandecimiento del templo es uno de los detalles que desvela la exposición y que da cuenta de la enorme labor de investigación realizada por sus comisarios: la archivera municipal Magdalena Campillo y el restaurador Alfonso Hernández. Ambos bucearon en varios archivos de la Región y dedicaron muchas horas de trabajo a la búsqueda de información de primera mano para armar el discurso expositivo.
El rito de la velación
El resultado, con el título de 'Sagrados', se plantea a partir de una colección de objetos que guían al público en un recorrido cronológico. Algunas de las piezas eran desconocidas para muchos parroquianos, como el relicario de San Antonio o un copón de plata cordobesa ricamente decorado.
La exposición se inicia en la planta baja del Casino con los documentos más antiguos conservados sobre la parroquia: un libro de matrimonios (donde se detalla el rito judío de la velación) y otro de bautismos, del siglo XVI. Del Archivo Municipal se muestran una provisión real y un memorial en los que se plasman los litigios entre las familias preeminentes de la villa y el Concejo.
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En esta sala también se reserva un espacio para hablar del conjunto de campanas, que ahora se están restaurando en un taller de Puente Tocinos. El más antiguo de los bronces data de 1609 y fue un encargado de Luis Fajardo. Además, el público puede admirar de cerca la maquinaria del reloj de la villa (siglo XVIII), que aunque pertenecía al Consistorio se alojaba en el campanario del templo, lo que originó algún que otro conflicto de competencias.
Detrás de la propuesta cultural hay una profunda labor de investigación en archivos de los comisarios, Magdalena Campillo y Alfonso Hernández
En la primera planta, la muestra se detiene en los cambios decorativos llevados a cabo para adaptar el templo al barroco. Destacan los cuadros de grandes dimensiones de los cuatro santos cartageneros que decoran las pechinas, atribuidos al círculo de los hermanos Gilarte, y una talla de la Inmaculada Concepción, del entorno del imaginero Pedro de Mena y restaurada por Sánchez Lozano, además de otras piezas como el lienzo del Señor de a Penitencia. También se reserva un lugar para las cofradías que tenían su sede en la parroquia. La joya es un documento de 1672 con el contrato sobre la realización de la urna procesional del Santo Sepulcro.
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La última parte de la exposición recuerda los enormes daños que sufrió el templo durante la Guerra Civil, cuando se perdió la mayoría de sus cuadros y de su imaginería religiosa, y la renovación que vino después de la mano de artistas como el pintor Muñoz Barberán y el orfebre Vicente Segura, de cuyo taller salió en los años 50 una custodia labrada con la plata que donaron los mazarroneros con un enorme esfuerzo.
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