Canco Rodríguez: «Me prometí que no volvería al 'show' pero es adictivo, todos volvemos»

–¿Qué va a encontrar el público en 'The Hole X'?

–Un espectáculo con el sello de 'The Hole'. En este décimo aniversario se está haciendo un homenaje, un regalo para todo el público que ha estado siguiendo los tres espectáculos de la saga: 'The Hole', 'The Hole 2' y 'The Hole 0'. En esta década, 'The Hole' solo ha parado por la pandemia. Aunque tenga referencias a los otros 'shows', este nuevo espectáculo no es un refrito. El primer 'The Hole' es la presentación del maestro de ceremonias con su amor, una rata. En el segundo, se casaban. 'The Hole 0' era el origen de todo. Ahora se repasan diez años de relación con una pandemia entre medias. Todos los que convivan con parejas desde hace tiempo se van a sentir identificados. Y, como siempre, habrá números de acrobacia, telas, danza, eróticos... es muy picante.

–Ya había sido maestro de ceremonias. ¿Cómo ha sido la vuelta?

–Lo fui en 'The Hole 2' y en 'The Hole 0'. Es un trabajo muy gratificante porque se disfruta mucho con el público, pero es también muy agotador. Me prometí que no volvería a hacerlo pero, como dice el lema, hay que entrar en el agujero, para salir del agujero. Al final todos volvemos porque tiene algo adictivo. Es lo más parecido al rock and roll. El espectador sufre miedo, emoción, se excita, se ríe mucho y acaba vulnerable.

–Además, 'The Hole' envía un mensaje de 'carpe diem'.

–Todos los espectáculos han enviado mensajes, siempre positivos y esperanzadores. En esta ocasión, el mensaje es: deja de planificar y empieza a vivir hoy. Deja de planificar porque, después de lo que hemos vivido, no sabes lo que va a pasar mañana. Todo se puede ir a la mierda. Si quieres hacer algo, hazlo hoy, no esperes.

–Y usted, ¿tiene ese mensaje interiorizado?

–Si, pero hay que repetirlo constantemente. Uno se motiva pero pasa el tiempo y volvemos a caer en la desesperanza y el agotamiento. El día a día es duro. La situación social no está construida para que disfrutemos sino para que nos deslomemos a cambio de un mes de vacaciones. Un mes al que llegas con tal estrés que ni lo disfrutas. Ojalá que la vida estuviera construida de otra forma. Ojalá seis meses productivos y seis de vacaciones. Ojalá vivir sin necesitar todo lo que nos dicen: esa casa, ese coche, esa ropa... Igual si no te compras todo eso tienes que trabajar menos y, si trabajas menos, tienes más tiempo para tu familia, para tu pareja, para tu descanso...

–¿Cuáles son las cualidades que debe tener un buen maestro de ceremonias?

–Hay que empatizar con el público y hacerlo disfrutar. Por supuesto hay que cantar, bailar... pero lo más importante es conseguir que el público se vaya replanteándose preguntas. Si están viviendo con la persona que quieren, si están cumpliendo sus sueños y objetivos, si van a dejar de planificar para cumplir sus deseos.

–¿Ha visto actuar a los otros maestros de ceremonias?

–Cuesta, porque no coincidimos, pero he visto a Alex O'Dogherty y a Eva Isanta. A Edgar y Víctor los veré en cuanto pueda. Es interesante porque cada uno le da su personalidad al espectáculo.

–Se le nota muy apasionado con su oficio de actor.

–Intento no caer en la desidia, ficcionar mi vida y darle un poco de emoción. Realmente la vida tiene chispa y nos tenemos que obligar a encontrarla. Cuando más dormido estés, más fácil es moverte como un títere. Esto lo sabemos desde que con 14 años somos unos rebeldes sin causa. Depende de ti mantener ese espíritu joven.

–Va a estar varios días por Murcia. ¿Tiene algún plan especial?

–He ido mucho a Murcia y he actuado en el Teatro Circo. Me encanta comer por allí. Les he dicho a mis buenos amigos de Viva Suecia [el actor aparece en el último videoclip de la banda, 'No hemos aprendido nada'] que no pueden faltar a la cita y ya me han confirmado. Voy a hacer que disfruten del espectáculo y que estén nerviosos por si les saco al escenario.