A cuatro manos. Ester Monasterio y Salvador Moreno han realizado una creación conjunta. Nacho García / AGM

Tú los pinceles y yo las letras

Los arquitectos, amigos y artistas Ester Monasterio y Salvador Moreno han trabajado juntos en 'Abstracción lírica', un proyecto de acuarelas y poesía que se puede ver en la Sala Alta del Real Casino de Murcia

Martes, 21 de mayo 2024, 00:54

La 'Abstracción lírica', nombre de la exposición de acuarelas de la pintora y arquitecta Ester Monasterio, es una serie de treinta obras que inspiraron a ... su compañero y amigo Salvador Moreno a escribir un poema por cada una de ellas. Versos que han quedado plasmados en el catálogo de esta exposición, que se puede ver hasta el 31 de mayo en la Sala Alta del Real Casino de Murcia. La mayoría de estas pinturas son fruto de un año y medio de trabajo y reflejan las emociones de Monasterio en cada estación, del otoño a la primavera.

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«Piano a cuatro manos, melodía compartida», menciona la autora de la exposición, haciendo una analogía con la música, para explicar este proyecto que nace de forma inesperada cuando Salvador Moreno le pide que le mande una foto de una acuarela. Ella le hace caso y se la envía por Whatsapp y, al poco tiempo, recibe una respuesta en forma de poema. «Ya llevábamos seis o siete acuarelas hasta que un día me encuentro con su mujer, y me dice: 'date cuenta de a qué hora le envías las fotografías porque el otro día se levantó de la cena para escribir el poema en cuanto recibió la foto. Otro día le pilló mientras viajábamos en coche a Madrid y se paró'», cuenta, entre risas, la pintora y arquitecta, para demostrar el fervor de Salvador Moreno por la poesía, una pasión que le ha acompañado desde siempre.

«Yo expreso en mis obras una emoción y él, al recibirlas, expresa con palabras lo que siente. O sea, que es todo válido», cuenta la creadora sobre esta 'Abstracción lírica' cuyo catálogo cierra un soneto de Salvador Moreno dedicado a Ester Monasterio titulado 'Mujeres en ti' y que comienza con un recuerdo a las 'Locas mujeres' de Gabriela Mistral: «Ella decide ponerlo al final y yo, que no lo sabía, me he llevado una grata sorpresa», admite el escritor y arquitecto jumillano, ganador de varios premios nacionales de poesía con obras como 'Verbos' y 'Seis cánticos'.

Ester Monasterio: «Pedro Cano me inició en la acuarela hace 25 años. A día de hoy le doy millones de gracias»

«Hasta los 18 años pinté óleo y, por el trabajo y la maternidad, no volví a tocar un pincel hasta hace 25 años, que decidí retomar la pintura y realicé un curso internacional de acuarela con Pedro Cano», explica la artista. «Yo, por entonces, no había hecho nada de acuarela pero me apunté y él fue quien me inició en la acuarela. A día de hoy le doy millones de gracias», reconoce esta mujer nacida en la Patagonia argentina, que fue reconocida con el Premio especial a la labor profesional en los Premios de Arquitectura de la Región de Murcia en 2023 junto a sus compañeras Marisa Gil y Rufina Campuzano por su contribución a la profesión. Monasterio ha desarrollado su labor, principalmente, en el Instituto de Servicios Sociales de la Región de Murcia (ISSORM) y ha sido presidenta de la Agrupación de Arquitectos Urbanistas del Coamu.

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'Otoño III'. Fragmento de la acuarela marcada por «la explosión de color de la estación», según la pintora. Ester Monasterio

«Como yo ya había contado lo que veía, ahora, como la acuarela es la técnica de los sentimientos, quería contar lo que sentía. Yo seguía mucho a un pintor italiano, Angelo Gorlini, que utilizaba unos pigmentos que yo no conocía. Hice un taller con el en Italia pero no me contó tanto como quise así que me fui a su taller de trabajo a contemplar su labor y a sacar fotos de todo. A raíz de esa experiencia empecé a jugar con diferentes pigmentos que me permiten, con la presencia del agua, trabajar varias sensaciones con un solo color», explica la acuarelista, que ha aplicado esta técnica incluso con el negro, logrando «que explosione y se descomponga» sacando así diferentes tonalidades, y que ha introducido en algunas de sus obras otros materiales como arena de la playa y minerales.

«El otoño y la primavera son las dos estaciones que más me gustan. El otoño por la explosión de color y la primavera por el renacer de la vida», dice y recuerda que viajó hasta Cuenca para inspirarse «porque el otoño de Cuenca es único, para perderte». Aparece también el verano en una acuarela donde Salvador Moreno ve «unas torres gemelas en el fondo de un mar / donde odiar no es posible». Y un invierno de frío, de nieve, pero también de Navidad y de la calidez de los abrazos.

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Pérdida de pertenencia

Incluye además, en 'Abstracción lírica', un «pequeño inciso figurativo». En algunos de esos cuadros se acerca a la ciudad, «al anonimato de la gente en la calle, a la pérdida de pertenencia al lugar. El hombre es un autómata en la ciudad. No mira hacia arriba», cuenta sobre una acuarela que a Salvador Moreno le inspira para escribir la poesía 'Lluvia y azul': «Los hombres mimetizan en objetos / que la ciudad tolera y hace suyos. / Se olvidan de los soles, como las mariposas, / porque lo creen un lujo, ¡qué ilusos! / Camuflados por la lluvia y el ruido / nunca miran al cielo, / y en ese desvarío la luz se vuelve azul / cuando le place». Un aparte en el que denuncia el urbanismo –«vamos arañando las montañas para seguir construyendo»– y las muertes en el Mediterráneo, donde «el mar se transforma y se va convirtiendo en un cementerio. Esto tiene que cambiar», concluye.

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