Una piel para los dioses clásicos de Torregar
El artista y escultor de Ceutí expone en Ciudad Real 'Ágora. Dioses y mitos', un proyecto que tiene «un aire global» del trabajo que lleva realizando desde hace dos décadas
Uno de los grandes retratos de Antonio Gala que pintó el artista José Antonio Torregrosa García, conocido como Torregar (Ceutí, 1978), presidió la capilla ardiente del poeta, dramaturgo, novelista y columnista, fallecido en Córdoba a últimos de mayo de 2023, y por la que pasaron a darle su último adiós cientos de cordobeses. Torregar fue becado en el curso 2003-2004 en la segunda promoción de residencias artísticas en la Fundación Antonio Gala, un promotor del arte y la literatura, además de uno de los contadores de historias con mayor público lector en España.
Publicidad
El pintor y escultor de Ceutí, que sintió mucho la muerte del insigne autor de 'La pasión turca', 'El manuscrito carmesí' y 'Enemigo íntimo', todavía está sorprendido de que aquel retrato fuera el elegido para recordarle en su despedida. «La Fundación Gala tiene dos piezas mías, guardo un recuerdo precioso de Antonio Gala. Me fastidió no haber podido ir al funeral porque cuando sucedió estaba fuera. Ver aquel retrato que le hice junto al féretro era algo impensado. Cada vez que voy a Córdoba visito la Fundación y saludo a su gente y ahora iré también porque allí depositaron las cenizas en uno de los patios. Su obra lo supera en el tiempo, y el legado de la Fundación Antonio Gala va a dejar huella en futuras generaciones, porque ya son más de veinte ediciones de las becas. Es un proyecto superbonito».
A punto de estrenar paternidad –será padre de una niña en breve–, el artista y profesor de la Facultad de Bellas Artes de la UMU expone hasta el 19 de mayo en el Museo del Quijote de Ciudad Real 'Ágora. Dioses y mitos', una muestra en la que se expresa con una madurez que todavía no reunía en aquel tiempo que dos décadas atrás vivió en Córdoba. «Me recuerdo con cariño porque ya me gustaba viajar y tenía vida vivida en varios países. Supuso un reencuentro conmigo mismo al sentirme parte de un entorno particular, dejé de sentirme una 'rara avis' entre creadores tan jóvenes y de otras disciplinas. Estar en contacto con poetas, fotógrafos, arquitectos, coreógrafos, músicos... me dio una gran experiencia y amigos para toda la vida».
«Me impactó conocer que muchas de estas esculturas clásicas estaban policromadas»
Con Ciudad Real ya tuvo cierto vínculo Torregar, cuando expuso en la galería Aleph en varias colectivas y en un espacio alternativo, 'El Camarote'. Este proyecto para el Museo del Quijote reúne «lo último que he estado haciendo». Julián Díaz, profesor titular de Historia del Arte en la Universidad de Castilla-La Mancha, dice que Torregar aborda en estas pinturas el problema de la representación del espacio y el volumen. Representaciones de esculturas clásicas (Homero, Zeus, Fauno, Venus de Milo...) en las que lleva trabajando «muchísimos años» y que constituyen «el proyecto más grande en el que me he embarcado en mi vida». Cerca de 200 piezas, en total, rara vez mostradas todas, aunque a Ciudad Real solo viajaron 18 sobre papel y madera entelada, que dan «un aire global de lo que es la serie». «Quería que esta vez fuera una especie de ágora, de punto de encuentro después de tanto tiempo dedicado al estudio de la mitología clásica, y también a la filosofía, al origen de la cultura occidental mediterránea tal y como la entendemos nosotros».
¿Qué le está contando a Torregar el mundo clásico? «Yo lo que siento es una profunda admiración. No solo por el legado recibido, sino por el carácter atemporal. Son piezas de una potencia que parecen hechas anteayer. El paso del tiempo ha obrado también a través de ellas. Me impactó conocer que muchas de estas esculturas clásicas estaban policromadas». Torregar evita las obras inmaculadas, blancas, y devuelve una piel a los cuerpos, en una reinterpretación de las referencias y una revisitación de unos ideales que no pasan de moda.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión