Roque Baños, en una imagen de archivo. Alfonso Durán / AGM

El peor momento del músico Roque Baños: «Me han salvado la vida»

El compositor jumillano narra su «amarga experiencia» tras dar positivo de coronavirus y confiesa su «indignación» y «perplejidad» por la gestión de la crisis y por los errores en la toma de decisiones: «Por favor, que nadie calle»

Viernes, 17 de abril 2020, 18:03

El compositor Roque Baños (Jumilla, 1968), ganador de tres premios Goya por sus composiciones para cine, ha pasado «la peor época de su vida», tal y como contó este viernes a sus amigos y seguidores en redes sociales. El músico jumillano, que ya está «prácticamente recuperado», ha decidido compartir su experiencia personal en este momento y rehusó hacerlo antes «porque no quería alarmar sobre mi estado de salud» y «porque el ámbito de la salud pertenece a mi esfera personal». Según su propio relato, se contagió de coronavirus en febrero: «Tras 14 días en casa con fiebre muy alta y disnea, llamando en varias ocasiones al 112 como era requerido, donde no me hicieron caso en absoluto, me presenté por mi cuenta en urgencias de La Paz, donde di positivo en Covid-19 y presentaba una neumonía bilateral». Estuvo ingresado dos semanas en el Hospital Carlos III de Madrid, «a cuyo personal sanitario agradezco profundamente el haberme salvado la vida».

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Roque Baños hace hincapié en su mensaje en Facebook en que su último compañero de habitación, Alfonso, «era un señor de 87 años a quien yo consolaba por las noches cuando lloraba porque sentía que se iba a morir solo, sin su familia, y se preguntaba a sí mismo que sentido había tenido luchar tanto para terminar así. No me he atrevido a preguntar por él a la doctora que me estuvo tratando aquellos días, (tristemente, a día de hoy infectada por coronavirus), ya que no dispongo del valor para querer saberlo». Esta es una de tantas «amargas experiencias» que ha vivido el autor de las bandas sonoras de películas como 'Los crímenes de Oxford', 'Las 13 rosas', 'La comunidad', 'Alatriste' y, la más reciente, 'Adú'.

En la estadística de «recuperados»

Asegura en su mensaje que estas semanas «he procurado no entrar al trapo de opiniones ni discusiones para poder centrarme en descansar, desconectar y reponerme de la neumonía, pero ahora que estoy prácticamente recuperado, me es casi imposible contener por más tiempo los pensamientos que tronan en mi cabeza producto de la indignación». Dice que aunque forma parte de la estadística de «recuperados», no las tiene todas consigo, «ya que antes de abandonar el hospital no me pudieron repetir el test para conocer si era negativo o no, y a día de hoy, tampoco hay posibilidad de que me lo hagan, por lo que todavía debo permanecer aislado sin poder acercarme a mi familia. Al parecer muy pocos, de los miles de recuperados, han podido tener acceso a ese privilegio, de manera que el resto se encontrará en la misma situación que yo».

«Atónito, paralizado»

En cuanto a la gestión de la crisis y la emergencia sanitaria, Roque Baños prefiere no hablar de partidos políticos, sino de las personas que toman decisiones. «Así, cuando escucho en una radio las declaraciones de la Ministra de Exteriores acerca de la compra de test a proveedores de 'gangas', me quedo atónito, paralizado, sin saber dónde mirar, porque no entiendo nada. Pero cuando además veo una actitud de control y censura a quién critica la gestión y actuación de este gobierno con respecto a esta crisis tan grave que estamos viviendo, me quedo todavía más perplejo. Personas en las que yo confiaba, que borran tuits, que exponen excusas sin argumento, ejemplos que no vienen al caso y que carecen de toda lógica, negando lo evidente y desviando la culpa a terceros para generar confrontación, con el fin de desacreditar opiniones críticas basadas exclusivamente en hechos objetivos». Se pregunta el músico, que cuenta con una carrera también en Hollywood y el cariño y respeto de toda la industria del cine, «¿dónde vamos a llegar a parar con todo esto? No lo sé, y sólo estamos a mitad de camino en esta crisis, pero hay algo absolutamente inadmisible. Que se pretenda que perdamos nuestro derecho a poder expresar con libertad, no solo lo que vemos o vivimos, sino además lo que sentimos o pensamos».

«Por favor, que nadie calle, que no nos hagan tragar saliva y quedarnos petrificados, con la mirada perdida, de absoluta impotencia. Hablemos todos, con coherencia y respeto siempre, pero con la verdad y con libertad»

Si ha decidido contar su experiencia personal («no es más que una de decenas de miles»), es para dejar constancia de la realidad que ha vivido. «Por favor, que nadie calle, que no nos hagan tragar saliva y quedarnos petrificados, con la mirada perdida, de absoluta impotencia. Hablemos todos, con coherencia y respeto siempre, pero con la verdad y con libertad», dice el compositor, quien, a modo de despedida, afirma: «Solo una nota para la reflexión: aunque la verdad ofenda no esclaviza, porque el ofendido tendrá libertad para ofrecer su réplica, mientras que la mentira, por muy bonita que sea o la maquillen, nos hace presos. Los mayores tesoros de nuestra vida antes de la pandemia eran la paz y la libertad. No dejemos que nadie nos los pueda arrebatar, y mientras que no recuperemos esa vida, mantengamos arriba el ánimo y la solidaridad, que es lo más necesario en este momento, para que el mundo sea mejor».

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