José Miguel Rodilla, confesiones de un director de orquesta

Hoy, día 21 de julio, festividad de San Luis (Ludwig, en alemán) es el Día Europeo de la Música en homenaje a Beethoven y, desde el punto de vista personal, un momento para recordar la mañana que asistí a los ensayos de la Sinfonía Coral desde una posición tan privilegiada. He tenido la oportunidad de preguntarle al Profesor José Miguel Rodilla Tortajada sobre por qué aceptó a un invitado tan particular. Catedrático del Conservatorio Superior de Música de Murcia, director de la orquesta sinfónica de la institución desde hace 33 años y director artístico de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia (1996-2012), José Miguel acaba de dar su último concierto con la Orquesta del Conservatorio Superior, aunque seguirá en activo como profesor de la Academia de Dirección de Orquesta y Banda DIESIS, de la que es miembro fundador.

-Aceptar a un invitado dentro de la orquesta al que no se le puede hacer indicaciones como director no deja de ser una situación insólita.

-A pesar de que fue una petición inusual para una vivencia tan concreta, concedí este deseo sin tomármelo como un compromiso. Todo lo contrario, para mí fue un halago que alguien quisiera venir a la orquesta a vivir esta experiencia.

-Nacido en Lliria (Valencia), con sólo cinco años, ya movía los brazos al son de la música de la banda del pueblo.

-Mi padre me llevaba a conciertos antes de que empezase a estudiar música. Siempre quise dirigir y mis primeras batutas las fabriqué de niño con las cañas que caían de los cohetes de fuegos artificiales. Luego, como clarinetista de la banda, siempre estaba más pendiente de lo que hacía el director que de mi propia partitura. Recuerdo que con 15 años compré mi primera edición de la Cuarta Sinfonía de Brahms.

-Si para José Miguel Rodilla hay un lugar con especial vinculación con la música es Salzburgo, donde asistió a un curso de dirección del Mozarteum, coincidiendo con el prestigioso festival de verano de la ciudad.

-Hacía 15 días que había fallecido Herbert von Karajan, pero la ciudad vivía la música y el hecho de respirar ese ambiente fue increíble.

-A lo largo de una carrera tan fructífera que ha llevado al profesor Rodilla a salas de conciertos y a impartir 'master classes' por Alemania, Italia, Portugal, República Checa, Polonia, Bulgaria, Israel, Turquía, Canadá, Argentina, Venezuela, México, China y Corea, entre otros, son muchas las personas que le han influido positivamente. Entre ellas, lógicamente, figura su primer profesor de Dirección de Orquesta, José Collado.

-Me descubrió la música que hay más allá de las bandas y me hizo profundizar en ella para entenderla mejor.

-En cuanto a las personas que destacaría, además de los músicos de las orquestas que ha dirigido como titular, Rodilla tiene especiales palabras de elogio hacia la violonchelista Sol Gabetta, el pianista Joaquín Achúcarro y el violinista Sergey Leslya.

-Con Sol preparamos las 'Variaciones rococó' de Chaikovski y ya se intuía que iba a destacar en su carrera por su exigencia y perfección como solista. Achúcarro siempre ha demostrado ser un músico humilde, a pesar de su nivel profesional, y aunque hubiese tocado una pieza muchas veces siempre reservaba un momento para ensayar con el director sin la presencia de la orquesta. En cuanto al ruso Sergey Teslya, es un violinista con una gran personalidad y experiencia. Cuando estuvo con nosotros como concertino invitado, hablaba poco, pero sus indicaciones al resto de músicos eran muy precisas. Incluso me aportó ideas musicales relacionadas con la concepción que los músicos rusos tienen sobre las obras escritas por los compositores de allí.

-En cuanto a la impresión que tiene nuestro invitado sobre las orquestas que ha dirigido, destaca sus experiencias en Aachen (Aquisgrán) y Praga.

-En Aachen dirigí 'El sombrero de tres picos' y la Tercera Sinfonía de Brahms y me impresionó la sonoridad densa de los instrumentos de cuerda. Pero si tengo que destacar una orquesta extranjera, me decantaría por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Praga. Fue invitado a dirigir el concierto de clausura del Festival de la 19ª edición del Festival Cesky Krumlov, localidad de la República Checa muy cercana a donde Dvorak compuso la Octava Sinfonía, que era la obra programada en esa ocasión. Fue admirable la humildad con la que sus músicos aceptaron todas las indicaciones que les di. El concierto fue un éxito y, días después, recibí una carta de felicitación del propio festival.

-Los catedráticos siempre suelen recomendar buenos libros y grabaciones. El maestro Rodilla no es una excepción.

-'Poética musical' de Igor Stravinsky es una interesante recopilación de seis de sus conferencias. Las grabaciones que me gustan son las realizadas en directo, a pesar de sus imperfecciones, ya que aportan la verdadera vivencia de la obra. Me quedaría con la grabación de audio de 'Cavalleria rusticana' dirigida por el propio Mascagni, ópera que he tenido la suerte de dirigir y prepararla, en cierto modo, junto al compositor.

-Son muchas las partituras que han pasado por las manos y la cabeza de este director de orquesta. El legado de Beethoven en la edición enciclopédica de las nueve sinfonías analizadas por Igor Markevitch, ocupan un lugar destacado de su biblioteca, pero la partitura de 'El amor brujo' de Falla tiene connotaciones especiales para él.

-He dirigido muchas veces esta obra y para mi cada vez ha sido diferente, no sólo porque inevitablemente, uno cambia con los años o porque hay continuas aportaciones del flamenco y cante jondo, sino por las variedad de las orquestas con las que la he trabajado, cada una con su cultura y tradiciones. Cuando se prepara la obra con una orquesta extranjera o con cantantes de otros ámbitos como el operístico, tienes ante ti el reto pedagógico de explicar la música de forma que el resultado se asemeje a la idea original.

-En la vida de un director de orquesta no todos las propuestas de preparar un programa surgen de una manera planificada. ¿Recuerda alguna anécdota en este sentido?

-Recibí la llamada de un compañero y director de orquesta para hacerme cargo de un programa del Grupo Enigma, que es la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza. El concierto era en diez días y el estaba enfermo y le dije que sí. Mi colega, se sorprendió que no le hubiese preguntado por la obra a dirigir, que era la Novena Sinfonía de Mahler. Cuando me lo dijo, me desmontó todo el plan, ya que preparar esta obra con tan poco tiempo, era una osadía. La orquesta tampoco la había tocado nunca. Tuve que encerrarme en mi estudio a trabajar, estudiar, recopilar información y analizar cada detalle de la partitura. Sin duda, fui atrevido, pero resultó muy bien, afortunadamente.

José Miguel Rodilla se jubila de su cometido como catedrático del Conservatorio Superior de Murcia el próximo mes de noviembre. Afortunadamente, continúa con su actividad profesional y docente en la academia DIESIS, en la que cada año imparte clases a cerca de 50 alumnos repartidos en las sedes de Murcia, Valencia, Almería y Sevilla. Hablar de música y de músicos con él es una experiencia fantástica, lo que hace más afortunados a sus actuales y futuros alumnos.