La existencia de un compositor dentro de la telaraña de un régimen totalitario se complica ante la subjetividad y severidad de los gobernantes.
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Dmitri Shostakovich (1906-1975) fue uno de tantos creadores que sufrieron la dura represión soviética de la era estalinista. Su música fue etiquetada de distorsionada y antidemocrática y el gobierno le obligó a disculparse en público y retornar a la senda musical progresista siguiendo los ideales marcados por la Revolución.
El programa que propone mañana domingo el Cuarteto Saravasti nos trasladará a la Guerra Fría con la interpretación del Cuarto Cuarteto para cuerdas del compositor soviético. Es conocido el carácter enigmático y codificado de las composiciones de cámara de Shostakovich en las que el compositor lograba expresarse de una manera íntima y personal.
Para sobrevivir en tiempos de Stalin, el compositor de San Petersburgo se vio obligado a adoptar una doble actitud. Por un lado compuso música del gusto del régimen soviético que reflejaba su pureza ideológica. Por otro, hay que considerar a Shostakovich en estado puro, el que denotaba su personalidad a través de comprometidas composiciones que quedaban en un cajón esperando una oportunidad para ver la luz.
Precisamente el Cuarto Cuarteto de cuerda en en mayor opus 83, finalizado en diciembre de 1949, no fue estrenado hasta 1953, unos meses después de la muerte de Stalin. La obra es muy interesante por su fuerza emotiva dentro de un clima de moderación. Sus cuatros movimientos simbolizan la melancolía del compositor, que un año antes fue despedido de los Conservatorios de Moscú y Leningrado al tiempo que su música fue prohibida. Esto lo puso en una terrible situación económica que le obligó a aceptar encargos del gobierno en busca de la redención y la supervivencia.
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El acercamiento al régimen soviético se consolidó en «La canción de los bosques», obra en sintonía con el proyecto defendido por Stalin para replantar árboles. Pero el realismo socialista exigía además que la música folclórica tan cercana y melódica, estuviese presente en la composiciones. El astuto Shostakovich optó por utilizar la música popular judía tan del gusto de la época porque su enigmática entonación se estructuraba en dos capas: la de su inherente belleza, por un lado, y la de la profunda desesperación, por otro. Esa ambigüedad cautivó a un Shostakovich que necesitaba un doble lenguaje para transmitir de forma codificada y encriptada sus sentimientos de rebeldía. El maestro tenía mucho interés en que se representara su cuarteto de cuerda por lo que en pleno deshielo político, le ofrece la partitura al Cuarteto Beethoven para su estreno en Moscú el 3 de diciembre de 1953.
Formado por cuatro movimientos (tres Allegrettos y un Andantino), la obra contiene temas de un bello lirismo repartidos en los dos primeros. El tercer movimiento, ejecutado con sordina, es más rápido y animado, mientras que el cuarto está dominado por temas del folklore judío que permitían a Shostakovich el transmitir su lamento de desaprobación al régimen soviético.
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En resumen, el Cuarto Cuarteto de Shostakovich es una obra tan inquietante y desoladora que el propio compositor la escondió hasta la muerte de Stalin, pero que el Cuarteto Saravasti transporta a nuestros días.
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Domingo 30 de septiembre de 2022, 12 horas AM. Auditorio Víctor Villegas. Cuarto Cuarteto de Shostakovich, Segundo Cuarteto de Medina y Cavatina del Cuarteto opus 130 de Beethoven. Cuarteto Saravasti. Organiza Promúsica.
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