«Arrancarme a dar una 'patá' por bulerías me da mucha vergüenza»

Ganadora de la Lámpara Minera 2016 en la 56 edición del Festival Internacional del Cante de Las Minas de La Unión, abrirá mañana la Cumbre Flamenca de Murcia 2022, que se celebrará hasta el 27 de febrero en los escenarios del Romea, el TCM, el Teatro Bernal y el Auditorio de Guadalupe, y en la Sala de Columnas del Palacio Almudí, que será precisamente donde la cantaora, acompañada a la guitarra por Juan Ramón Caro, también su compañero de vida, presentará los temas de su nuevo trabajo. «¿Cómo se puede cantar tan bien, con tanto lirismo, y al tiempo con tanta flamencura?», se pregunta Antonio Parra, flamencólogo, poeta y director artístico de la Cumbre –Montoya Musical se encarga de la producción–, a propósito de la presencia de la artista en un trabajo discográfico que define como «un homenaje a la hermosura».

Antonia Contreras habla con una dulzura que sienta bien a quien la escucha. Acaba de llegar a su casa, ha dejado las bolsas de la compra en la cocina, se ha instalado en el salón y, tras descalzarse, se ha acomodado para la entrevista.

–¿Dónde tiene puesta la Lámpara Minera?

–Aquí, en el salón, bien a la vista de todo el mundo que venga a nuestra casa, de Juan Ramón y mía, porque yo siempre digo que la Lámpara la ganamos los dos.

Antonia Contreras se sigue poniendo nerviosa de alegría cuando recuerda «las noches de concurso en La Unión, porque lo que allí viví fue muy especial y muy importante para mí».

–¿Por qué fue tan especial?

–Yo estaba en un momento de mi vida, en lo que a lo profesional se refiere, de parón, estaba en 'stand-by'. Y necesitaba mucho una motivación para seguir...; tenía tantas ganas de grabar un disco en solitario, algo que pude hacer gracias al premio ['La voz dormida' se tituló]. Llevaba muchos años sin presentarme a ningún concurso, porque los concursos siempre me han puesto especialmente nerviosa. Pero, precisamente por ese momento que estaba viviendo me planteé: 'Si tengo que ir de nuevo a un concurso, tendré que ir al mejor, ¡al del Cante de las Minas! Juan Ramón me animó muchísimo a que participase y eso fue ya definitivo. Y con él me preparé a conciencia y allí que fui. Nosotros no sabíamos ni quién estaba en el jurado, ni yo quise saberlo hasta que ya gané. Y tampoco conocía ese escenario [el del Antiguo Mercado Público], del que todo el mundo me decía que es muy especial y que lo que allí se vive es distinto a lo que se puede vivir en cualquier otro sitio.

–¿Y una vez que cantó allí?

–Me encontré con un público, mucho del cual no sabía quién era yo, que conforme iba ejecutando mis cantes me iba animando más y más hasta que vi a todo el mundo aplaudiendo de pie...; todavía me emociono. El Festival de La Unión hizo que recuperase la fe en mí misma porque me dio justamente la motivación que necesitaba para seguir por el camino del flamenco. Mis ilusiones estaban por entonces de capa caída, todo lo contrario que ahora.

–¿Qué necesita?

–Yo no entiendo mi vida sin cantar, lo necesito como el aire que respiro. Cantar es lo que me mueve. De hecho, ahora que estamos atravesando por el tema de la pandemia, que yo quiero pensar que ya está próxima a acabar, durante el confinamiento y todo ese tantísimo tiempo que hemos estado metidos en las casas, a mí cantar me ha ayudado mucho a sobrellevar toda esta situación. Cada tarde nos reuníamos Juan Ramón y yo en el salón de casa y lo convertíamos en nuestro escenario particular. Ha sido duro, porque teníamos muchas actuaciones contratadas y todas se anularon, pero el cante y el ensayar juntos, el arte, nos hacía no perder la esperanza, ni la ilusión.

–¿Usted cómo es?

–Yo soy muy tímida, y eso hace que sea una cantaora un poco especial, en el sentido de que, aunque a mí me gustan todos los estilos de cante y disfruto escuchándolos todos, es verdad que a la hora de ejecutarlos se me dan mejor unos que otros, y estoy segura de que es por mi forma de ser. Ya le digo, bastante tímida, y la timidez, todavía a la edad que ya tengo, no me ha dejado mostrar todo lo que a mí me hubiese gustado sacar de dentro. Hay cantes que a lo mejor no abundan en mi repertorio y eso tiene que ver, ya le digo, con la timidez. Hablo de los cantes más festeros. Como me exijo mucho y cada vez más, y al mismo tiempo me conozco bien, sé que en determinados cantes no voy a poder dar todo lo que me gustaría. Soy menos festera porque arrancarme a dar una 'patá' por bulerías me da mucha vergüenza, por ejemplo. Eso es una asignatura pendiente que tengo, una espinita clavada. Se lo decía el otro día a una amiga: 'Como no me dé prisa, voy a a ir ya mismo con bastón y no me va a dar tiempo a formar un día una revolera en el escenario [risas]'.

Se encuentra más cómoda Antonia Contreras «en los cantes por soleá, por malagueña, en los cantes de Levante, y por tangos, o abandolaos, y en los de ida y vuelta...». Mañana, ante el público de la Cumbre, al que le ofrecerá recitado el poema 'Adolescencia' de la cartagenera Carmen Conde, que en el disco recita la actriz Adelfa Calvo, nieta de la Niña de la Puebla, interpretará un despliegue de aciertos en el fondo –la palabra– y la forma –ese cantar suyo que parece saludar a la vez a todas las mañanas del mundo.

Temas como 'Tiempo' –soleá–, de la cubana, y Premio Cervantes 1992, Dulce María Loynaz: «El beso que no te di, / se me ha vuelto estrella dentro... / ¡Quién lo pudiera tornar, /—y en tu boca...—otra vez beso!»; 'A la luz del sol' –rondeña y fandango abandolao–, de la escritora malagueña del siglo XVIII María Rosa Galvez de Cabrera; 'Recuerda el trinar del ave' y 'Negra sombra' –zambra–, de Rosalía de Castro; 'Hombres necios que acusáis' –petenera–, de Sor Juana Inés de la Cruz (siglo XVII); 'Apegado a mí' –nana–, de Gabriela Mistral. Y 'Búscame en ti', un soneto de Ernestina de Champourcín al que, explica Contreras, «Juan Ramón le ha puesto música, y no sé decirle, porque no lo sabemos, qué es lo que hemos hecho...; una cosa muy bonita, eso sí».

El disco es fruto de un proyecto elaborado para la Bienal de Málaga 2019. «Llevaba mucho tiempo queriendo musicar poemas de mujeres», cuenta la cantaora, porque ha habido muchos artistas que han grabado a poetas, pero en su gran mayoría hombres: Machado, Lorca, Miguel Hernández...». «Quise hacer un proyecto que tuviera que ver con mujeres poetas, y a ser posible a las que no se les hubiera nunca llevado al flamenco. Y me puse a buscar...», prosigue. Y encontró maravillas. Y les regaló su voz como añadidura.

–¿Qué le parece el Premio Matriarca del Cante a Carmen Linares que este año entregará la Cumbre Flamenca de Murcia?

–Merecidísimo. Es una mujer a la que admiro muchísimo, una gran maestra en la que creo que muchas mujeres y también hombres nos reflejamos y la tenemos de referencia. Yo la he escuchado muchísimo...; todos los premios que se le otorguen son pocos para lo que se merece.