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El Mubam renueva su colección para la gran galería
El Museo de Bellas Artes de Murcia reabre la próxima semana las puertas de su edificio principal tras la reforma de sus salas y de su exposición permanente, con nuevas obras y un itinerario distinto
«Un museo, como cualquier otro centro, hay que renovarlo en periodos de tiempo no muy largos para que el público no se canse y encuentre atractiva la visita». Desde 2005, el Museo de Bellas Artes de Murcia (Mubam) no había renovado su colección permanente, aquella que habitualmente lucen sus salas sin fecha próxima de conclusión. Había acogido, sigue haciéndolo, muestras temporales, algunas de ellas con muy buenos resultados de público, como la que adentró al arte urbano en la pinacoteca, o la referente a Joaquín Sorolla, que descubrió el lado menos conocido del pintor valenciano; pero el listado de cuadros que ocupaban su pabellón central, el más antiguo y el primero con el que se encuentra el visitante una vez que pone un pie en el patio del Mubam, apenas habían abandonado sus sitios. «Desde que llegué, insistí en la renovación del interior del museo para poder ofrecer una visita diferente. Al final, este es un espacio público que muestra una colección y requiere revisiones. Si al público no le brindas nuevas formas de contemplación, se aburre», añade en su diálogo Javier Bernal, director del Mubam desde 2014, quien, no obstante, reconoce, que quizá era este, y no hace cuatro años, el momento «idóneo» para acometer esta renovación.
Las salas ubicadas en el pabellón Cerdán de la galería murciana cerraron temporalmente sus puertas el pasado diciembre para dar comienzo a los trabajos de reforma de su propuesta expositiva. Volverán a dejar transitar al visitante a través de ellas la próxima semana, cuando está previsto que se inaugure el nuevo recorrido por su amplia colección.
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Recorrido inverso Al contrario de lo que ocurría hasta ahora, la pintura más reciente (siglo XX) es la que recibe al público. El museo ha invertido la cronología de su visita para hacer esta más atractiva.
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Estreno de color Tonos pastel en verde y azul han dado nueva luz a las salas de la planta baja del Mubam. También se ha dado una capa de pintura al resto de espacios de la pinacoteca.
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Nueva enmarcación Una quincena de obras lucen con nuevos marcos, algunos de ellos creados ex profeso y otros restaurados.
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Mayor espacio Tanto la planta baja como el primer piso del museo pueden albergar a partir de ahora obras de grandes dimensiones al haberse eliminado el zócalo que recorría sus paredes.
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Intercambio de obras En torno a una veintena de piezas, ubicadas en distintas dependencias, han pasado a la colección permanente, y otras tantas se han retirado para su restauración o su conservación en los fondos de la pinacoteca.
Las tres plantas en las que se divide el edificio principal del museo exhiben en torno a 230 obras, un número elevado pero a un gran trecho de la cifra total de piezas que conforman el fondo de la pinacoteca, con más de 3.300 referencias. La mayoría son propiedad del centro, aunque entre ellas figura también un no escaso número de préstamos en depósito. Algunos de estos últimos integran la veintena de novedades en pintura expuesta que el espectador podrá encontrar ahora en el renovado Mubam.
La pinacoteca murciana no había revisado a fondo su muestra habitual desde 2005
Las reformas realizadas en el edificio, además de otorgar un nuevo discurso a la muestra permanente con la incorporación de obras y la eliminación de cuadros que, o bien han vuelto a los fondos del museo o han sido retirados para su restauración, han permitido dar una nueva imagen a la pinacoteca. «Ahora las piezas se ven mejor», asegura el director general de Bienes Culturales de la Región, Juan Antonio Lorca. Y no solo por el nuevo color que se le ha dado a las paredes, pintadas, en la planta baja, en tonos pastel, que son los que, apunta Bernal, «actualmente se están empleando en toda Europa para la pintura de los siglos XX y XIX», sino por la eliminación del zócalo de mármol que recorría los tabiques de los dos primeros pisos del museo, circunstancia que impedía, subraya Bernal, que en ellos se pudieran exponer obras de gran altura. Aprovechando esta revisión de la colección permanente, el museo ha panelado las paredes de estos espacios -en la tercera planta ya se había realizado esta acción con motivo de una exposición anterior-, recuperando toda la amplitud de sus muros.
Desde el 'hall'
El recorrido por la nueva colección del Mubam da comienzo en el mismo 'hall' del museo. En él se expone una galería de retratos, que si bien no guarda relación alguna con el itinerario cronológico de la muestra, invitan al visitante a adentrarse en ella. Son una especie de carta de presentación, de distinta época y autor, en la que se distinguen los rostros, entre otros, de Amadeo de Saboya, el poeta Vicente Medina y el de un anónimo cuyo pincel se ha atribuido a Emilio Sala.
Cruzado el vestíbulo, la propuesta con la que arranca la nueva ruta guía los pasos del espectador por el siglo XX. «El recorrido anterior se iniciaba con la muestra de las obras más antiguas y finalizaba con aquellas de época más reciente. Ahora hemos invertido esa cronología, porque lo que queremos es atraer a un público joven, y esta pintura del siglo XX es siempre más amena y agradable», explica Bernal.
La sala, coloreada de un verde claro, alberga una veintena de cuadros, entre los que destacan varias de las novedades de la colección. Por ejemplo, 'La barbería', de Luis Garay, óleo sobre lienzo fechado en 1930 y conservado hasta ahora en los fondos del museo, señala Bernal. Como él, 'Fusilamiento', de Bonafé (1937); 'La niña del molinete', de Hernández Carpe; 'Retrato de Teresa', de Gómez Cano (1948) y 'Autorretrato', de Antoni Tàpies. Este último, aunque expuesto en otras ocasiones en el museo, no pertenecía a su colección estable. La sala aglutina igualmente obras procedentes de otros espacios como 'La matrona' y 'La sagrada familia', de Pedro Flores, y 'El parque de la Moncloa', de Almela Costa; todos ubicados anteriormente en distintas dependencias del palacio de San Esteban, en Murcia. También han cambiado de emplazamiento, aunque en esta ocasión dentro de la propia pinacoteca, 'Gitana de la naranja', de Julio Romero de Torres, una de las obras, explica Bernal, por las que más pregunta el visitante, y a la cual, señala, «le hemos dado protagonismo»; y 'Desnudos', de Andrés Cornejo, cuadro de grandes dimensiones perteneciente al Museo Nacional Reina Sofía y que el Mubam custodia en depósito desde 2003. Con él, recuerda Bernal, Conejo ganó el Premio Nacional de Pintura en 1956. Hasta ahora solo podía exponerse en el tercer piso del museo debido, precisamente, a su tamaño.
Entre otras piezas, ha incorporado 'Autorretrato', de Tàpies, y cuadros de Pedro Flores, Luis Garay y Hernández Amores
La visita prosigue en la planta baja por el siglo XIX. Bañada en azul claro, el nuevo color que han adoptado sus paredes, esta segunda sala se caracteriza por una amplia representación de pintura murciana. Sobre sus muros cuelgan obras de Inocencio Medina Vera ('Un día más', depósito del Museo del Prado, datado por el pintor en 1915); Luis Ruipérez ('San Diego en oración', 1859); Obdulio Miralles ('Niña con cabritillo', 1939, hasta ahora expuesta en San Esteban); y Alejandro Séiquer ('Polluelos'), entre otros muchos. La sala también muestra tres de las once obras que posee el museo del pintor belga Carlos de Haes, donadas a la institución por Séiquer, quien a principios del siglo XX estuvo encargado de la dirección de la pinacoteca, precisa Bernal.
Dedicado a los siglos XIX, en su primera mitad, y XVIII, el primer piso del edificio da cobijo a algunas de las obras más interesantes de la colección. En él destacan dos Sorolla: 'Retrato del pintor Alfredo Carreras' y 'Estudio para el cuadro El dos de mayo', ambos de finales del XIX y las dos únicas referencias del pintor valenciano que conserva la galería. Junto a ellos, la sala ofrece también otras «joyas» como 'Magdalena en oración', de Domingo Valdivieso, ya en la colección permanente; 'La niña muerta', de Rafael Tegeo, cuya pintura ha sido reenmarcada al igual que el 'Estudio' de Sorolla; y 'San Juan' y 'San Marcos', de Germán Hernández Amores, lienzos de nueva exposición en el recorrido del museo y cedidos en depósito temporal por un particular.
También con estas características (depósito temporal), el Mubam ha incluido en su itinerario 'La partida del cruzado', del italiano Giuseppe Bezzuoli, incorporada al catálogo del Mubam el pasado año junto a 'La Virgen de la Leche con San Juanito', del murciano Pedro Camacho Felizes. Del siglo XVIII es también 'Lágrimas de San Pedro', cuadro anónimo que la pinacoteca ha rescatado de sus fondos y coloca en la tercera sala de esta planta.
Murillo y Rembrandt
El último piso del edificio es el que acoge las piezas de mayor antigüedad (siglos XVII y XVI), al tiempo que otorga al visitante la oportunidad de contemplar obra de grandes autores como Murillo y Rembrandt. Una imponente escultura elevada sobre una tarima, la correspondiente con 'San Francisco de Borja', de Nicolás de Bussy (1695), recibe al espectador nada más entrar. A su derecha se asoman imponentes el 'Cristo Crucificado', de Bartolomé Esteban Murillo, y 'Ecce homo', considerada la pieza «más viajera» de la colección -estuvo expuesta hasta hace poco menos de un año en Múnich y Berlín-, también del pintor sevillano. La sala da cobijo igualmente, entre otros cuadros, a un pequeño grabado de Rembrandt, extraído de los fondos del museo; un dibujo de la torre de la Catedral de Murcia y la pintura 'Virgen durmiendo', atribuida al taller de Zurbarán y cuya autoría está en estudio.
La visita finaliza unos metros más allá. La entrada a esta última sala está presidida por la contemplación de las cuatro tablas que se conservan del 'Retablo de Santiago' de Juan de Vitoria, dispuestas sobre la pared del modo en el que originalmente estuvieron colocadas en la ermita de Santiago de Murcia. Esta forma de exposición es otro de los cambios que podrá encontrar el público habitual del museo. Ello junto a una renovación de la cartelería e iluminación de las salas.
Aunque todavía no estarán disponibles, la pinacoteca tiene previsto editar en breve un catálogo de mano, en castellano e inglés, que recoja todas las obras de la nueva colección permanente; además de ofrecer un servicio de audioguía, «hasta ahora inexistente», afirma Juan Antonio Lorca, quien aseguró que este estará listo a lo largo del año.