Una mirada fotoperiodística de Rubén Juan Serna a las medinas de Marruecos
El fotógrafo murciano e historiador de arte expone en la UMU imágenes del cotidiano latir de mitificados lugares como Tánger, Tetuán o Chaouen
Rubén Juan Serna hace mucho tiempo que no ejerce la política. En el pasado fue concejal de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) en el ... Ayuntamiento de Murcia, una etapa de compromiso social que no ha abandonado, en cierto modo, gracias al fotoperiodismo. El periodista e historiador de arte, director de la agencia de comunicación Bien Dicho, ofrece hasta finales de noviembre una muestra de fotografías en las que su mirada se apropia de la vida interior de las medinas del norte de Marruecos. Un retrato del cotidiano latir de ciudades que han fascinado a artistas y mitómanos –de los miembros de la 'beat generation' a Capote, Tennessee Williams– como Tánger, Tetuán o Chaouen. Lugares que en nada se diferencian de lo que debieron ser los zocos medievales en los tiempos de Al-Andalus.
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'Medinas' es un proyecto fotográfico surgido en un viaje con la voluntad de abarcarlo con una intención fotoperiodística. Es así como Serna se interna en esas tramas urbanas laberínticas y se deja llevar por la vida que sale a su encuentro en antiguos barrios empedrados –en el mejor de los casos–. El ojo del espectador funciona con el resto de sentidos y es posible sentir el alboroto mañanero entre la multitud abigarrada, percibir olores que traen recuerdos, y comportarse con desconcierto ante el caracter peculiar de las cosas, colores impensados y palabras intraducibles.
Decía el escritor Juan Goytisolo, muy ligado a Marruecos, donde vivió y murió en 2017, que la atracción de lo vedado es «un ingrediente esencial del mito tangerino creado en primer lugar por el cine y luego por la literatura». Y quizás atraído por estas mismas posibilidades, Rubén Juan Serna apunta en esa dirección, pero no con la intención de retratar escenas mitificadas, sino las más agarradas a la realidad.
Por primera vez el fotoperiodista murciano descubre estos archivos para el gran público. «Visitar una medina marroquí y perderse por sus callejuelas, sin rumbo fijo, es viajar al pasado, trasladarse cientos de años atrás y sentir y conocer oficios, sonidos, olores y escenas que han permanecido inalterables con el paso de los siglos», asegura el autor.
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La muestra puede visitarse en La Convalecencia, sede del Rectorado de la Universidad de Murcia. Vidas sin glamur en alcazabas que todavía guardan ecos y leyendas.
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