El pinatarense Nacho Sánchez Carrasco, fotografiado en la Sierra Minera, con un castillete al fondo. ANTONIO GIL / AGM

Nacho Sánchez Carrasco: «Desde pequeño me he sentido atraído por la Sierra Minera»

El autor pinatarense se estrena en el mercado editorial con 'Mil mares de distancia', una historia de intriga ambientada a finales del siglo XIX

Viernes, 30 de abril 2021, 01:17

Encuadrada en 1898, la suya es, dice, una novela «de intriga», pero también una historia de amor, traición y revueltas. Arranca en La Unión, en ... el corazón de la Sierra Minera. Son tiempos convulsos. Las desigualdades entre quienes trabajan bajo tierra y quienes explotan los pozos son cada vez más insostenibles. Tanto, que las protestas se suceden y obligan a huir a patronos y empresarios. Aquí arranca la obra de Nacho Sánchez Carrasco, pinatarense afincado en Cartagena que, con 'Mil mares de distancia' (Ediciones B, 2021), se estrena, a alta escala, en el mundo editorial. Antes ya publicó un manuscrito, que, explica, autoeditó, pero solo «para tenerlo yo y mis familiares». Esta es su primera incursión ante el gran público.

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«Siempre me he sentido atraído por la Sierra Minera. De pequeño, mi madre me contaba que era como un queso gruyer, hueca por dentro, y también que dos de mis bisabuelos habían trabajado allí», narra Sánchez Carrasco de su inquietud por situar en este carismático escenario el arranque y desarrollo –en parte– de su primera novela en el mercado. No será el único, el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, a bordo de un señorial barco de vapor, y el puerto de Veracruz, en México, componen también el puzle físico de su relato.

'Mil mares de distancia', desgrana Sánchez Carrasco, empleado actualmente como ingeniero industrial y apasionado de la escritura desde que la descubrió en 2007, cuando una enfermedad le obligó a guardar cinco semanas de reposo, da comienzo con la huida de Cartagena de Elisa y Zoilo. «Él es un joven hijo de inmigrante andaluces que llegaron a la Sierra Minera atraídos por la fiebre de la plata de la segunda mitad del XIX, cuando un cambio en la legislación permitió que cualquier persona pudiera hacer calicatas [o exploraciones] en el terreno. Llegaron con la ilusión de cambiar sus vidas pero el padre muere muy joven a consecuencia de la silicosis, y Zoilo comienza a trabajar en la mina con solo ocho años. En aquella época –subraya el autor–, uno de cada tres mineros eran niños». Poco a poco, Zoilo se va abriendo camino «en ese difícil mundo» hasta conseguir ser un patrono minero. Es entonces cuando conoce a Elisa, «una mujer de clase social alta con la que se casa». La novela, precisa Sánchez Carrasco, arranca con la revuelta minera de 1898, que obliga a Zoilo y a Elisa a huir, pero en realidad narra «dos historias paralelas: una, sobre el pasado de Zoilo, desde que es un niño; y otra, sobre el viaje a Veracruz».

ACTITUD: «Escribir me relaja y me evade. Me gusta imaginar personajes y desarrollar historias»

Lugar especial

En la comarca del Mar Menor, cuenta el escritor, «quienes no trabajan en el campo o en el mar, veían una salida en la Sierra». Él mismo tenía como ejemplo a sus dos bisabuelos que «iban andando desde San Javier a la mina». El atractivo que el terreno le había despertado desde niño le llevó a investigar y documentarse sobre la vida en torno a la sierra: «Vi que aquellos años fueron muy convulsos y con muchas desigualdades, y eso me hizo ver que era un lugar especial para desarrollar una novela de intriga», a la que también ha dotado, dice, de «misterio y humor».

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Reconoce Sánchez Carrasco que ha recorrido «mucho» sendas y laderas de la Sierra Minera al tiempo que escribía. En solitario –«me gusta hacer senderismo», expone– y de la mano de la Fundación Sierra Minera, tomando parte en las visitas guiadas que esta institución organiza por el entorno de la montaña cartagenera y unionense. «También me he documentado muchísimo –añade–. Empecé a escribir esta novela en 2013 y la finalicé en octubre de 2019. Antes estudié la historia de la Sierra Minera, de Cartagena, las condiciones laborales de los trabajadores, las infraestructuras que había en la época... Me he documentado, por ejemplo, de cómo eran las calles, cómo era su alumbrado o si tenían o no alcantarillado, todo para que el resultado fuese lo más real posible».

MARÍA DUEÑAS: «Estas Navidades leyó el libro. Me dijo que le había gustado, y que lo había disfrutado mucho»

Ligado a la literatura «por afición» –«escribo porque me gusta», señala–, Sánchez Carrasco ha asistido al desarrollo de su novela con «sorpresa»: «Tú quieres contar algo, pero al final la historia se va adaptando». Ejemplo de ello, cita, es Veracruz, región minera que el autor convierte en el destino de los protagonistas de su trama, pero que, en un primer momento, no entraba en su idea inicial de la obra.

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Amadrinado por María Dueñas –la escritora y profesora de la Universidad de Murcia, en excedencia desde el éxito del superventas 'El tiempo entre costuras'– firma la banda que acompaña la portada del libro, del que, dice la autora ciudadrealeña, es «una historia de ambiciones y minas, viajes y descubrimientos, codicia y generosidad. Escrita –agrega– con precisión minuciosa, nos traslada a ambos lados del Atlántico con escenarios y personajes que harán disfrutar».

«Contacté con ella a través de mi agencia –Antonia Kerrigan, a la que también pertenece Dueñas– y estas Navidades leyó el libro. Me dijo que le había gustado, que lo había disfrutado mucho, y me dedicó esa frase. Me hizo mucha ilusión, todavía no me lo creo», detalla el autor pinatarense de la banda promocional que arropa su novela.

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No fue él, reconoce, quien buscó la editorial para su texto, sino la agencia a la que ya está ligado. A ella fue a la que le envió tres capítulos del libro una vez terminado, y poco después, sus responsables le reclamaron el manuscrito completo y se encargaron de «todo», subraya ilusionado. 'Mil mares de distancia' es, admite, «su novela más importante» por el hecho de ser la «primera que ha visto la luz» al público, pero guarda dos manuscritos anteriores que para él son «también muy especiales»: el primero que escribió, autoeditado; y un segundo que conserva archivado.

«Escribir me relaja y me evade. Me gusta imaginar personajes, escenarios, y desarrollar las historias», confiesa el autor, quien ahora solo desea que el lector «disfrute» de su trabajo, «si puede ser, tanto como lo he disfrutado yo, y que cuando lo lea diga: 'Me ha encantado'. Con eso, para mí, es suficiente».

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