Francisco Javier Díez de Revenga: «He visto salir todos los años 'los Salzillos'»
El experto en Literatura Española presentó ayer en la Iglesia de Jesús su libro 'Salzillo, la procesión y los escritores'
«¡Ángel divino y, a la vez, humano! / Tú simbolizas el constante anhelo / de este pueblo español, bravo y cristiano!», se lee en 'El Ángel ... de Salzillo', el soneto de Enrique Soriano, narrador y poeta murciano de principios del siglo XX, incluido en el libro 'Salzillo, la procesión y los escritores', obra de Francisco Javier Díez de Revenga (Murcia, 1946), catedrático emérito de Literatura Española de la UMU, cronista oficial de Murcia y experto en la obra de algunas de las más célebres voces poéticas en castellano. Su nuevo libro, publicado por la Real Academia Alfonso X el Sabio, y cuya ilustración de portada, 'Nazarenos' (2022), es original de Tomás Díez de Revenga, fue presentado ayer en la murciana Iglesia de Jesús.
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–¿Cuándo comienzan sus recuerdos de 'los Salzillos' en Viernes Santo?
–Guardo recuerdos de verlos salir en procesión desde mi más tierna infancia, y puedo decirle que desde entonces no he dejado de ver salir a 'los Salzillos' en Viernes Santo nunca, ni un solo año. Incluso en mi época universitaria más genial, en la que viajaba muchísimo, jamás me perdí ni un Viernes Santo, ni tampoco un Miércoles Santo. Más de una vez he salido hacia Estados Unidos, por ejemplo, al finalizar la procesión de 'los Salzillos'.
«Tantas burradas y tantas tonterías se han declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, que no tendría sentido que la Unesco no reconociese el valor de algo tan excepcional, tan extraordinario»
–Que merecería sin duda, 'La Mañana de Salzillo', ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
–Sin duda ninguna. Tantas burradas y tantas tonterías se han declarado Patrimonio [Inmaterial de la Humanidad], que no tendría sentido que la Unesco no reconociese el valor de algo tan excepcional, tan extraordinario como esta colección de pasos única en el mundo, a la que una cofradía saca a la calle, desde el siglo XVIII, el mismo día y con iguales características.
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Díez de Revenga explica que 'Salzillo, la procesión y los escritores' reúne «una serie de artículos muy entrañables, que fui publicando cada Semana Santa en la revista 'Nazarenos' de la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, entre 1998 y 2022».
En casi todos ellos fue «dando a conocer textos escritos por un buen número de escritores españoles contemporáneos, la mayor parte de ellos murcianos, aunque también obra de algunos visitantes ilustres como Emilia Pardo Bazán, Salvador Rueda, Gabriel Miró, Gerardo Diego..., o incluso extranjeros como Giovanni Grande».
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El profesor, y estudioso de cimas literarias como la de la Generación del 27, deja claro que «el protagonista máximo de este libro, después siempre de la impresionante figura de Nuestro Padre Jesús Nazareno, objeto secular de la devoción de las gentes de Murcia, es Francisco Salzillo, nuestro gran escultor, cuya obra maestra, la colección de los pasos que realizó para la cofradía, sigue asombrando, en la calle, a propios y extraños, la luminosa mañana de Viernes Santo murciano».
El artículo con el que se abre el libro, 'Escritores contemporáneos ante Salzillo (Gabriel Miró, Gerardo Diego)', recoge, por ejemplo, referencias a Salzillo en Gabriel Miró, «que sentía una obsesiva admiración por el Ángel de 'La Oración del Huerto», al que en alguna novela lo hizo aparecer como objeto de enfermiza y desenfrenada admiración de una de las protagonistas de 'El obispo leproso' (1962)». En ella se lee: «Bien sé que esa imagen del Ángel es la que debemos amar entre todas las imágenes de todos los ángeles. Los que entienden de belleza dicen que el imaginero tuvo inspiración divina labrando un cuerpo hermoso que no fuese de hombre ni de mujer. No participa de nosotros y pertenece a todos nosotros».
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En cuanto a Gerardo Diego, Díez de Revenga destaca su poema 'Nave de Getsemaní (Procesión)', que aparece en su libro 'Versos divinos' (1971). Inicialmente lo llamó 'El paso de la Oración en el Huerto', que escribió con recuerdos de 1926, cuando presenció la procesión de Viernes Santo. Un poema en el que se visualiza «el paso como nave, que va abriéndose camino entre el mar de las calles y la gente».
–¿Qué visitante de 'los Salzillos' le resultara curioso al lector?
–Curiosa y de las menos conocidas es la visita que realizó la gran novelista gallega del siglo XIX, doña Emilia Pardo Bazán. Visitó Murcia, en el otoño de 1989, con el fin de acudir a la Iglesia de Jesús para ver los pasos de Salzillo, algo que le había recomendado en Roma, tiempo atras, otra distinguida señora, su amiga la murciana marquesa de Salinas. Y así fue, visitó las instalaciones de la Iglesia de Jesús, que entonces debían de ser muy precarias, algo que dio lugar a que se entusiasmara ante el arte de nuestro escultor y, también, a que se marchara algo enfadada, sobre todo porque no pudo admirar como le hubiese gustado la belleza de la 'Dolorosa'.
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De Revenga cuenta que, impresionada con el 'Prendimiento', aseguró: «No concibo cosa más bella que aquel Jesús, que presenta la mejilla al beso de Judas. El dolor; la resignación; el 'desdén' y la 'piedad' juntos; la repulsa que la traición infunde y la amargura que la decepción engendra; las dos naturalezas de Cristo, la humana que protesta y sufre, la divina que desde lo alto perdona, jamás las habrá sorprendido el arte con mejor acierto que en la cabeza morena, de delicadas facciones, de modelado viril, que respira, llora y padece, del Jesús de Salzillo. La autora de 'Los pazos de Ulloa' reconoció que «hay quien prefiere otra maravillosa escultura, la 'Oración del Huerto'; a mí, el 'Prendimiento' me impresiona más».
También dejó la autora constancia en su texto 'En Murcia. Una cautiva', de que lo peor es que algunas esculturas «están encerradas no ya en hornacinas, sino en armarios, cuyos vidrios y barrotes estorban del todo a la vista». Díez de Revenga destaca está descripción de la escritora: «Y la más encerrada, cautiva, oculta de todas las efigies, es la que la voz pública declara la más bella: la Virgen Madre». Tal fue el disgusto de Emilia Pardo Bazán que dejó escrito en el libro de firmas, según ella misma recordaba, «algo semejante a lo siguiente: 'Esta raza mítica, celosa, no puede ya emparedar a la mujer; pero todavía esconde y encierra bajo llave a la Virgen Santísima».
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Por otro lado, «entre las figuras del periodismo que surgieron y sobresalieron en la Murcia del siglo XX», precisa De Revenga, «José Ballester Nicolás (Murcia, 1892-Yecla, 1978) se distinguió en efecto por el cultivo de la prosa literaria con un estilo muy singular y original, pero también sobresalió por su honradez, hombría de bien, sentido de la amistad y de la convivencia, tolerancia y buen hacer».
Personalidad artística
Al frente del diario LA VERDAD, Ballester «fue durante muchos años el mecenas y promotor de las nuevas generaciones de escritores, a los que ayudaba desde las páginas de su periódico».
Señala Díez de Revenga un discurso suyo de 1943, titulado 'Personalidad artística de Murcia dentro de la variedad nacional', «en la que Salzillo protagoniza uno de los tres ejemplos que ha buscado el autor para mostrar nuestra personalidad artística, tras la Capilla de los Vélez y la Torre de la Catedral». En este texto, precisa, José Ballester deja claro que «junto a la admiración por la obra del artista», su fe «surge a la hora de evocar con emoción y entusiasmo la imagen de la procesión [de 'los Salzillos'] que más le eleva y que más le integra en su lectura evangélica: San Juan». Evocando «la salida del Evangelista a las calles de Murcia la mañana de Viernes Santo», así la narró: «Y nos lo muestra Salzillo viril y tierno a la vez; enérgico y dulce, poderoso y fuerte; lleva un volcán en la cabeza y un manantial cristalino de amor en el corazón».
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'Salzillo, la procesión y los escritores' encierra, según su autor, «gratas sorpresas que nos descubren a escritores que se convertirían en políticos muy destacados, de facciones teóricamente alejadas de la cofradía, escribiendo en su primera juventud artículos sobre la procesión, Salzillo o Nuestro Padre Jesús Nazareno, como son los casos de los catedráticos Mariano Ruiz-Funes y Fernando Piñuela». Piñuela (1897-1939), quien, tras el triunfo del Frente Popular, en mayo de 1936 año fue elegido alcalde de Murcia, fue ejecutado –el propio obispo de Cartagena, Miguel de los Santos, pidió por carta que no fuera condenado– el 7 de noviembre de 1939 cerca del cementerio de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
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