David Cano: «El primer futbolista de Primera División que salga del armario va a sufrir mucho»

En '11' David Cano no cuenta esta historia, sino la de un joven futbolista, Héctor Matías, que cumple su sueño de ser fichado por un gran equipo de Primera División, «el mirlo blanco del Atlético Capital», y decide hacer pública su orientación sexual. «En el momento de la publicación de esta novela, –hace saber el autor– ningún jugador en activo de la Primera División de la La Liga ha salido aún del armario».

No olvidemos la historia de la velocista Dutee Chand, la mujer más rápida de India, suspendida por androgenismo (exceso de andrógenos u hormonas sexuales masculinas), y abiertamente declarada lesbiana, una confesión que le llevó a pasar de ser amada a ser odiada por su pueblo. '11' no es una novela para lectores trogloditas, sino para aquellos –está por ver si son mayoría– que aceptan la diversidad con normalidad.

Lo ocurrido con Justinus Soni Fashanu, no obstante, influye en la trama. «Hace unos ocho o nueve años vi un documental basado en esta historia, y entonces pensé que podría escribir una novela actual, de un equipo de Primera División español, siendo España como es, y así empecé». Durante la pandemia buscó en el cajón la obra, la revisó a fondo, la dio a leer a su hermano –Leonardo Cano, escritor y profesor de escritura creativa de Club Renacimiento–, «que la vistió para poder salir», y acabó reduciéndola «en 70 páginas». La novela se estructura como un partido de fútbol: hay una primera parte, una segunda parte y una prórroga, y los capítulos corresponden con los minutos de juego. En el arranque aparecen tres citas de gente del fútbol que han realizado declaraciones homófobas: el delantero italiano Antonio Cassano, el expresidente de Federación Croata de Fútbol Vlatko Marković y el exdefensa central italiano Nicola Legrottaglie («aconsejo a los gays, como heterosexual y cristiano, que lean la Biblia. Allí se dice alto y claro que la homosexualidad es pecado»). Visiones trasnochadas y condenadas por el propio Papa Francisco, que esta semana ha dado su aprobación a bendecir a parejas del mismo sexo.

¿Sigue siendo la homosexualidad un tabú en el deporte masculino? Sí. ¿Y en el fútbol? Todavía más. «He sido muy futbolero –comparte Cano con LA VERDAD en el café Moderno de Murcia– y ya no veo casi fútbol. Mi mujer lo odia, y lo cierto es que ya llegó un momento en que a mí tampoco me divertía. Puedo ver al año cinco partidos, algún día al Murcia, la final de Champions...».

Dice que siempre tuvo en mente escribir una novela de fútbol desde que leyó 'Saber perder' (2008), de David Trueba, que trataba este mundo de manera tangencial. A los padres de Héctor Matías no les preocupa tanto que su hijo sea gay sino las consecuencias que esto pueda traerle en el mundo laboral. «Lleva cuidado, cuídate, le repiten a lo largo de la novela. Sus padres son campesinos, él es hijo único, un niño deseado y criado en un entorno rural [se parece mucho a Barbolla, en Segovia]. Quería contar una historia de alguien que llega a lo máximo saliendo del pueblo».

Héctor Matías es un tipo racional y tiene muy claro cuál es su objetivo: ser el mejor jugador de fútbol. Para ello, tendrá que callarse muchas veces. Lo demás, para él, no es tan importante o, quizás, sea menos importante. «Ha nacido con ese talento, y todo lo demás es relegado. Pero su conflicto es decirlo o no decirlo, y en los flashbacks se ven muy bien otros momentos de su vida, con Nico, con el presidente del anterior equipo, el llamado Real Levante, cuando le dice: '¿Por qué cojones tú vas a ese bar de maricones?'».

Cano cita el caso del guardameta del Marbella F.C., Alberto Lejárraga, que celebró el ascenso de su equipo a cuarta división subiendo a Instagram una foto en la que besaba a su novio. Un gesto con el que defendía los derechos LGTBIQ+ y trataba de romper tabúes.

«Los pasos se están dando, y tarde o temprano habrá un jugador de Primera División que saldrá del armario. Si eso pasara sufriría la presión social en cada estadio al que fuese y la presión en las redes sociales. Solo hay que ver lo que se dice cuando se habla de la selección femenina de fútbol. España no deja de ser un país conservador y ha cambiado muy poco desde 1975. Ha habido progresos, pero el fútbol es muy machista y muy homófobo. Ahora que he sido padre, tendré que pensarme muy mucho cuando mi hijo tenga 6 o 7 años si llevarlo a un campo de fútbol. No quiero que mi hijo escuche ese teatro de los gritos». A Héctor Matías también le insultan por decir que es gay. Y sufre, como sufrió Fashanu, la furia de los homófobos. Y ha de afrontar sus vaivenes emocionales con ayuda. «El primer futbolista que salga del armario en la Primera División española va a sufrir mucho y llevará una mochila grande. Pero tiene que haber gente que abra el camino. '11' aborda un tema que tenía que ser tratado».