Manuel Ureste: «El crimen organizado ya tiene en México sus propios cementerios clandestinos»
Audiolibro. El reportero murciano, galardonado con el Ortega y Gasset de Periodismo en 2018, publica 'Narcopandemia', un valiente relato en primera persona de 13 historias de terror y extorsión de los cárteles mexicanos
YOUSRA TAKAROUMT
Martes, 6 de diciembre 2022, 01:42
«Pues verás, en la calle la maña [la mafia] no perdona su mordida ni por el coronavirus, ni por la pandemia, ni por su ... chingada madre». Así comienza una de las trece crónicas que recoge el audiolibro 'Narcopandemia' (Penguin Random House, 2022), que dura una hora y 51 minutos. Una obra del periodista Manuel Ureste (Murcia, 1982), ganador del premio Ortega y Gasset 2018, y del Premio Nacional de Periodismo en México por la investigación periodística 'La estafa maestra, y finalista del Premio García Márquez como coautor de la investigación 'Aprender a vivir con el narco', que vive en México desde 2008 y trabaja en el medio digital Animal Político.
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–¿Cómo surgió el audiolibro?
–Al comienzo de la pandemia me encontré con un bolero [un lustrabotas], un hombre que tenía más de 60 años y seguía limpiando zapatos en la calle. Me dijo que lo que más le preocupaba no era no poder comer, lo más urgente era pagar la extorsión del narco, [del grupo criminal] La Unión Tepito. Sabiendo que si no pagaba tenía el riesgo de ser torturado, secuestrado o matado. Todos estábamos inmersos en la pandemia sanitaria, pero nadie estaba pensando que el crimen organizado iba a saber aprovechar muy bien la situación para continuar su negocio, fue algo que me llamó mucho la atención.
«El Estado no quiere que las mujeres busquen en la tierra con una pala a desaparecidos porque eso molesta a los cárteles»
–¿Todas estas historias tienen como protagonistas a la gente de la calle y el miedo al crimen?
–El libro trata de la gente de a pie. Una de las historias es de un agente, de la Guardia Nacional, que no tenía mascarillas para protegerse. El Estado no facilitaba nada, entonces tenía que bajar el nivel de controles porque no podía protegerse ni él ni la ciudadanía. El crimen organizado aprovechó para utilizar más estas rutas de la frontera norte de México, para traficar con personas inmigrantes indocumentadas y con mujeres secuestradas. Entonces esto te da otra visión, de cómo también el crimen organizado aprovechó esta debilidad institucional para hacer todas sus actividades ilegales.
–Entonces, ¿las propias autoridades temían a los cárteles?
–No del todo. Hay que protegerse de la Guardia también, en muchos casos estorban las investigaciones, porque tienen nexos con el crimen organizado o los mismos policías forman parte del cártel. Por ejemplo, en el estado de Guanajuato, la Fiscalía le decía a las mujeres que salían a buscar a sus familiares desaparecidos que dejaran de hacerlo. El Estado no quiere que estas mujeres sigan buscando en la tierra con una pala en la mano, porque eso molesta mucho al crimen organizado.
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–¿Dónde las buscaban?
–Son numerosas las desapariciones forzadas a manos del ejército, de la policía y del crimen organizado, que ya tiene sus propios cementerios clandestinos. Estuve en un 'narcorancho' en Veracruz, donde el Cártel Jalisco tenía una casa y un rancho en la sierra y ahí pude atestiguar cómo las madres que tienen a sus hijos desaparecidos encontraron al menos 18 cuerpos en fosas de esta casa. Son historias de terror continuas, todos los días.
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–Pero esta situación se vive en el país día a día, antes de la pandemia y después también.
–El narcotráfico en México puede que exista desde que nació el país, porque es una zona de paso hacia Estados Unidos, que es el mayor consumidor mundial de drogas. Pero es cierto que a partir de que el Gobierno declaró la guerra contra el narcotráfico, el país se descontroló. Desde entonces la violencia es generalizada en todas partes. Ahora prácticamente hay que contar qué zonas no están afectadas por el crimen organizado, porque hay muy pocas.
«Fui a Chihuahua, una zona llamada el triángulo dorado de las drogas, para ver cómo los niños son utilizados para cultivar la marihuana. Y si me preguntas si tengo miedo, sí, es obvio»
–¿El crimen organizado solo extorsiona a los mexicanos?
–A todo quien puede, sin importar de dónde es. Una de las crónicas del audiolibro es de una mujer de El Salvador que ha venido a México huyendo de la organización criminal Mara Salvatrucha. Es trabajadora sexual de la tercera edad, las más vulnerables. Y su hija, que es transexual, también trabaja de prostituta. Me dijo: «No voy a poder pagar la renta de mi casa y me van a echar, pero lo que más me preocupa es cómo pagar la extorsión a La Unión Tepito, ¿quién nos va a proteger de eso?».
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–¿La gente en México ya se enfrenta a esto como algo normal o se vive con miedo siempre?
–Es algo tan cotidiano, que ya es muy difícil como periodista decirle a la gente esto es importante y que como sociedad no podemos permitirlo y quedarnos callados. Pero la gente ya solamente quiere intentar vivir su vida lo mejor posible, estamos sobrepasados de tanta violencia y anestesiados.
–¿Y cómo sobrelleva esto un periodista español en estas circunstancias rodeado de tanto peligro?
–Hay que trabajar tomando muchas precauciones porque hago muchas coberturas de riesgo, como las crónicas sobre las fosas de muertos. Y hace un tiempo fui a Chihuahua, una zona llamada el triángulo dorado de las drogas, para ver cómo los niños son utilizados para cultivar la marihuana. Y si me preguntas si tengo miedo, sí, es obvio. Eso también es una parte fundamental de este trabajo, porque es el que te va a dar la pauta de esto sí se puede o esto no se puede.
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Medidas de protección
–¿Qué precauciones toman desde Animal Político?
–Siempre tratamos de organizarnos bien, tener contacto con alguna organización civil o con alguna ONG y vamos con ellos. Decimos la matrícula del taxi en el que viajamos, el contacto de las personas con quien estamos. Animal Político es un medio nacional, conocido y reconocido, y eso da un cierto nivel de protección.
–¿Ha recibido amenazas?
–No he recibido ninguna amenaza directa, toco madera. Al Gobierno actual, que dice que es de izquierda, no le gusta nada la crítica. Entonces, lo que hay mucho es hostigamiento en redes sociales, insultos y mensajes tipo «y por qué no críticas al Rey de España».
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«Al Gobierno actual, que dice que es de izquierda, no le gusta nada la crítica. Entonces, lo que hay mucho es hostigamiento en redes sociales, insultos»
–¿Hay otra vida en México?
–Ciudad de México es muy rica en cultura, con una gran vida de restaurantes y discotecas. Complicada de vivir, pero tiene una localización muy bonita y mucha historia. El Palacio Nacional, la Catedral, la zona prehispánica es maravillosa. Amo su clima porque en verano es raro que lleguemos a los 30 grados y en invierno se llega hasta los 18 y 20 grados.
–¿Qué está investigando ahora?
–Sobre cómo el Gobierno mexicano está reportando en masa niños que vienen de Centroamérica para que no lleguen a Estados Unidos. Entonces no se están cumpliendo las leyes de protección de los menores. Para este trabajo hemos tenido que entrar con gente de la ONU para hacer las entrevistas.
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