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La carga de la tortuga. Frederic Volkringer

«Esa gesta que te quita tanto como te da es la maternidad»

El fotógrafo Frédéric Volkringer y la escritora Marisa López Soria exhiben en el interior de la prisión de Campos del Río la muestra 'La tos azul'

Miércoles, 2 de diciembre 2020

El proyecto 'Diálogos con fotógrafos/as', en el centro penitenciario Murcia II (Campos del Río), está dedicado este mes al fotógrafo parisino residente en ... la Región Frédéric Volkringer, que invita a los internos a reflexionar sobre la vida y sus giros inesperados en 'La toux bleue (La tos azul)', donde la maternidad es el argumento de ejemplo.

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El mundo de los otros, es curioso, no se parece al nuestro. Pero todos, cada uno a su tiempo, sin exclusión, y eso es lo asombroso, habitamos durante un tiempo en esa diminuta cavidad, hermética y membranosa, que llaman el saco amniótico. «¡Ha roto aguas!». Es la gran frase que construye la historia de la humanidad, la historia de cada uno. La tuya. La de Frédéric Volkringer. La de Marisa López Soria (pareja de Volkringer, y autora de los textos que acompañan las imágenes). La de María Ángeles Carnacea (delegada de Solidarios para el Desarrollo en la Región de Murcia). ¡La de Dylan! La de cualquiera de nosotros...

«De golpe, la niña que ocultabas como tesoro ha desaparecido bajo el espasmo en el que dijiste adelante»

En 'La toux bleue (La tos azul)' vemos cómo «aquella poca cosa» que todos hemos sido ahí, conectados con el mundo exterior apenas por un hilo, allí donde nadie nos veía, allí donde solo podíamos sentir la sensación extraña de unas manos capaces de acariciar o de golpear, tendrá que ingeniárselas para lograr su supervivencia. Al fin y al cabo, todos lo somos. Esa muñeca que observa la vida somos todos. Tantas veces incapaces de deshacer nudos. Con el reloj del tiempo siempre vigilante. Sonrisas de verdad, no siempre fingidas. Heridas. Líos y laberintos. Órdenes que no pueden entender nuestro caos. Dolores... Dolores eternos. Huecos por donde queremos huir. Respirar. Puertas cerradas. Esperanzas. Sombras que no nos abandonan. Quizás, nadie nos lo dijo, ya hemos conocido el paraíso. Sí, todos creemos que lo sabemos todo... ¡Y no sabíamos eso!

Afirma Marisa López Soria que la metáfora de estas imágenes no tiene analogía poética, «es el impuesto de la maternidad cuando te toma de las dos manos y te grita con empellón, eres mía, para siempre, el cordón no se ha cortado, no se va a cortar nunca en realidad». La maternidad es, dice la escritora murciana, «la gesta que te quita tanto como te da, pues de golpe, la niña que ocultabas como tesoro ha desaparecido tras el espasmo en el que dijiste adelante. Y estás encadenada al minúsculo y extraño ser, la poca cosa que se agita a tu lado y a la que te debes cabalmente».

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¿Estamos preparados para la maternidad? «Al lado de la maternidad la maravilla, sí, pero también la angustia, el prosaico dolor de riñones, la confusión del velar, el desasosiego cuando los caminos se bifurcan y Cancerbero tiene tres cabezas. ¿A cuál atender mientras la ropa acumulada, encogida y acuosa? ¿Cómo dar la talla de la buena madre si esta casa a la que no puedes dar calor te devora? Y una melancólica mirada al traje de novia te recuerda que la libertad está fuera de este jardín donde el musgo trepa envolviéndolo todo», expresa López Soria. «En estas fotografías solo la tos azul del hijo devuelve a la madre a la vida y la saca de su opacidad. De todos modos ella, con los ojos en sombra todavía, se atrevió a soñar varias posibilidades».

Potentes escenas en blanco y negro en las que Volkringer descarga toda su sensibilidad poética para presentar una realidad que a veces no conoce la calidez.

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