En este tríptico Revuelta muestra «el proceso de destrucción del espíritu, y del alma y el cuerpo, de un preso cuando es gaseado». JUAN PEDRO REVUELTA

Cuando la muerte está en el aire

El fotógrafo Juan Pedro Revuelta inaugura el martes en el Palacio Almudí de Murcia 'Lo que queda de Auschwitz', un proyecto sobre el Holocausto, «aunque tremendamente autobiográfico»

Sábado, 18 de diciembre 2021, 07:32

Tras ver 'Shoah' (1985), el documental de diez horas del realizador, periodista y guionista francés Claude Lanzmann, una película sin fin sobre el Holocausto, Juan ... Pedro Revuelta (Madrid, 1967) [principal exponente en España de la fotografía con técnicas nobles, según Pedro Alberto Cruz] quedó tan impactado que decidió ir a conocer los lugares que habían servido de prisión para los judíos deportados durante la Segunda Guerra Mundial. En principio, la idea del fotógrafo era recorrer todos los campos de concentración de Polonia, pero al final solo obtuvo permisos para fotografiar el campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, donde Ana Frank fue enviada con su familia en 1944 desde Ámsterdam, aunque moriría de tifus en Bergen-Belsen en febrero de 1945.

Publicidad

Revuelta realizó las tomas fotográficas en diciembre de 2009, y dedicó un año entero al concepto visual y al tratamiento de las imágenes. Y otros dos años más al proceso de elaboración de las platinotipias. «La obra -cuenta a LA VERDAD con motivo de la exposición 'Lo que queda de Auschwitz', que se inaugura el 21 de diciembre en la sala alta del Palacio Almudí de Murcia- no se quedó perfectamente armada hasta que no se pudo escribir con esa técnica, era lo que necesitaba porque el aspecto del platino es muy mate, y la cualidad que daba a las imágenes era un poco como escrito con ceniza humana». Este trabajo estuvo un tiempo guardado en un cajón, hasta que, por fin, surgió la oportunidad de retomarlo y exponerlo. Pudo verse por vez primera en el Centro Sefarad de Madrid, antes de la pandemia, donde Revuelta conoció al propio Claude Lanzmann.

Imagen de la liberación de Auschwitz revelada con daguerrotipo de Becquerel. JUAN PEDRO REVUELTA

A la presentación, de hecho, acudió Annette Cabelli, una judía griega, una de las últimas supervivientes de Auschwitz, que murió en enero pasado. El proyecto fue incorporando piezas nuevas, como un tríptico de colodión húmedo, que es otra técnica del siglo XIX, homenajeando a uno de los fotógrafos de Auschwitz, que era un prisionero, el polaco Wilhelm Brasse. «En ese tríptico -explica Revuelta- muestro el proceso de destrucción del espíritu, y del alma y el cuerpo, de un preso cuando es gaseado por el Zyklon B. En ese propio proceso yo empleo los componentes aislados que se utilizaban en el Zyklon B, que es cianuro potásico y un ácido. De hecho, si yo en la mezcla, por lo que fuera, no lavaba bien después el revelador que contiene ácido acético la muestra producía, pequeñas dosis lógicamente, de gases de Zyklon B».

«Ante la ley del miedo, el sentimiento más poderoso que existe, se puede permitir cualquier cosa», afirma el artista

Revuelta, además, quiso revelar un daguerrotipo con el método de Becquerel de un fotograma de la película que rodaron los rusos cuando entraron por primera vez en el campo que habían abandonado los alemanes, y para esta exposición en Murcia ha incluido otra pieza más, otro colodión húmedo, que es una de las imágenes que tomó en 2009 de la horca donde ejecutaron a uno de los comandantes de Auschwitz, Rudolf Hoss. Además de un mural que muestra al espectador lo que puede verse en el museo de Auschwitz, «con esas vitrinas llenas de zapatos, pues es muy importante la escala».

Publicidad

Esa obra de los zapatos es, en realidad, un juego de pseudoabstracción de formas, y está construida con una superposición de dos tipos de imágenes: unas de vitrinas con pelo humano de mujer, «que los alemanes cortaban para hacer tejidos y zapatos para las tropas que pilotaban los submarinos», y las de los zapatos. «Una superposición de imágenes -incide el fotógrafo- que lo que me estaba dando era un océano de cuerpos y formas en movimiento. Aunque aparentemente son muy parecidas, en realidad son totalmente distintas. Esas imágenes exigen una mirada muy pausada y de mucho tiempo. Hay gente que me dice que en esas imágenes incluso ven el aire caliente de los hornos».

Traumas emocionales

Juan Pedro Revuelta ya conocía desde mediados de los 90 la técnica de la platinotipia, pero nunca se planteó hacerla. «Pero el documental fue muy revelador. Con el tiempo he descubierto que esa película, 'Shoah', conectó con mi inconsciente. Este trabajo no ha sido un trabajo de un desarrollo racional de investigación. Ha conectado con muchos fantasmas de mi pasado, con el papel de las víctimas, y esos cadáveres y esos cuerpos, porque yo mismo los viví. Mi primera experiencia con el otro lado, entre comillas, o con la otra dimensión, fue a los 13 años, con un accidente de tráfico. Hubo muertos, familiares, yo sobreviví, y a partir de ahí tuve una conciencia de que el espacio-tiempo no es como vemos realmente».

Publicidad

Colodión húmedo de la horca donde ejecutaron a uno de los comandantes de Auschwitz, Rudolf Hoss. JUAN PEDRO REVUELTA

También marcó a Revuelta que un familiar suyo muriera en un accidente aéreo en monte Oiz, cerca de Bilbao [Vuelo 610 de Iberia, 19 de febrero de 1985, 148 fallecidos]. «Las imágenes que se publicaron en los medios, especialmente las de revistas como 'Interviú', eran tan desgarradoras que me marcaron, ver que el final de un ser querido había sido así se me quedó grabado a fuego». Esa estética, el tempo interno de estas obras, es algo que, según afirma Revuelta, ha vivido a través de traumas físicos y emocionales. Otra imagen icónica, la del vagón entre la niebla, le recuerda el día del accidente de tráfico, «porque había niebla». De modo que esta exposición él la visualiza desde otro plano. El Holocausto y la 'Shoah', sin embargo también -desde el punto de vista del fotógrafo- «es tremendamente autobiográfico, eso es algo que te marca de por vida». Recientemente vio un documental. Una escultora que hacía máscaras para excombatientes de la Primera Guerra Mundial con rostros desfigurados, «y aquello me volvió a recordar lo que yo viví en ese coche».

«Puede suceder»

Dice Revuelta que este trabajo «me lo han susurrado, no me considero autor al 100%». Una obra detenida en el tiempo que representa «cómo la muerte se puede absorber por el aire. Da igual que sea un veneno fabricado por el hombre o un virus: la muerte está en el aire. Es una metáfora. No es solo el envenenamiento, sino el declive de la sociedad, como lo estamos viviendo ahora. Cómo nos está afectado a nivel psicológico el miedo a morir, a contagiarte, a respirar... Por esto también es un símbolo».

Publicidad

La imagen principal de los zapatos exige, dice el fotógrafo, «una mirada pausada y de mucho tiempo». JUAN PEDRO REVUELTA

Murcia es la segunda oportunidad de contemplar este proyecto, tras suspenderse por la pandemia el calendario de exhibiciones. Revuelta desea atraer principalmente a los jóvenes visitantes para que tomen conciencia de lo sucedido en el siglo XX. «Ante la ley del miedo, el sentimiento más poderoso que existe, se puede permitir cualquier cosa. No estamos exentos de que vuelva a ocurrir algo así, en este siglo XXI puede suceder cualquier cosa. Y eso empieza con el silencio de la sociedad, cuando se permite».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad