Elisa Matilla: «Según cumples años, disminuyen los papeles en los que encajas»
«No dejo de hacer cursos para crecer», dice la artista, que este viernes en el Teatro Romea de Murcia interpretará la comedia 'Inmaduros'
«Hace falta reírse», tiene claro la actriz Elisa Matilla (Madrid, 1966) cara más que familiar de la ficción española cuyo currículum teatral no deja ... de engordar. Tras pisar este verano el Teatro Romano de Mérida para interpretar a Clitemnestra, madre de Electra en la obra que lleva su nombre, con la llegada de septiembre vuelve a encontrarse en escena con Carlos Sobera, Ángel Pardo, Lara Dibildos, Silvia Vacas y Arianna Aragón para interpretar 'Inmaduros', este viernes a las 18.00 y 21.00 horas en el Teatro Romea de Murcia –entradas: 18, 20 y 25 euros–. La obra forma parte del ciclo Teatro en Feria. Para su director, Juan Luis Iborra, el montaje es «un retrato vodevilesco sobre la masculinidad en su estado más primitivo» en el que «dos hombres inmaduros que no saben vivir sin una mujer a la que poder picotear, seducir e incluso exhibir como si fuera un trofeo» se encuentran con «cuatro mujeres distintas que no encajan en ese mundo de hombres» que les plantarán cara.
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–¿Qué le espera al público en 'Inmaduros'?
–El público se va a reír muchísimo con 'Inmaduros', es una es comedia por la comedia, que también hacen mucha falta. Habla de las relaciones humanas, de dos tipos que no han madurado y que no se saben relacionar con las mujeres y de la necesidad de no estar solo, de sentirse vivo y joven. Habla de todo esto pero 'Inmaduros' no tiene moralina. Es comedia por la comedia, para que la gente se ría y pase un buen rato. Están divertidísimos Ángel Pardo y Carlos Sobera y, como en Murcia hay un público estupendo, estamos felices de actuar aquí.
–Con Ángel Pardo y Carlos Sobera ya ha compartido escenario en otras ocasiones.
–Con Carlos Sobera hice en el 2000, 'Palabras encadenadas' y los tres juntos hemos hecho 'Asesinos todos' y 'Miles Gloriosus'. Pero Ángel Pardo ha sido el compañero de profesión con el que he pasado más tiempo. Hemos hecho ocho o nueve montajes juntos y una serie, 'La noche más larga', en la que éramos matrimonio. Yo ya estaba en el proyecto y el director vino a verme al teatro y dijo: «me parece estupendo que tu marido sea Ángel Pardo en la serie». Hemos convivido muchísimo en esta profesión.
«La obra no tiene moralina, es comedia por la comedia, para que la gente se ría»
–¿Es su personaje en escena inmaduro?
–Mi personaje es Valeria, una mujer que está de vuelta de todo. Está a punto de cumplir los 60 y lo que quiere es divertirse y disfrutar, pero no está en ese punto de inmadurez en el que se encuentran los hombres. Es un terremoto.
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–¿Hoy en día sigue funcionando igual de bien la comedia centrada en los estereotipos de género?
–La gente se ríe de todo muchísimo. Muchos de los que están en el público, incluso tú como actor cuando lo trabajas, reconoces a estos tipos entre tu entorno. Mientras que conozcamos a gente que son como ellos, nos va a seguir haciendo gracia. La función les da mucha cera porque ellos son incapaces de relacionarse con las mujeres, son un desastre.
–A finales de los años 90 interpretó a Susana en la serie 'Todos los hombres sois iguales'. ¿Ha cambiado la sociedad con respecto a lo que se reflejaba en esa comedia?
–Yo creo que sí que ha cambiado mucho, y todavía nos queda muchísimo camino por recorrer. Ahora tenemos una alerta con determinados comportamientos que antes no existía. Y esto ya es un cambio. En esta función también queda muy claro el cambio. No obstante, 'Todos los hombres sois iguales' es una serie que ha envejecido bastante bien. De hecho Juan Luis Iborra, el director de esta función, escribía guiones para 'Todos los hombres sois iguales'. El tema de la guerra de sexos creo que siempre va a estar vigente.
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Suerte
–Por otra parte, ¿cree que está cambiando el sector y ahora se ofrecen más personajes y más variados a las actrices de más de cincuenta años?
–Yo he tenido bastante suerte porque en el teatro siempre ha habido grandes heroínas o grandes mujeres con cierta edad a las que la gente quiere seguir viendo. Ahora, que la industria tiene que crecer en ese sentido, desde luego. Esto es un embudo, como decía la gran Concha Velasco. Tú vas cumpliendo años y los papeles en los que encajas van disminuyendo. Si con 30 tienes acceso a 15 personajes, con 55 o 60 tienes acceso a cinco, y hay mucha gente que se va quedando por el camino. Y es que cuanta más edad tenemos más interesantes somos todos, ¿no? creo que la industria también tendría que pensar que la edad siempre suma.
«Verónica Echegui era magia, una actriz tremenda a la que he admirado desde la primera vez que la vi en una película»
–Ejemplo de lo que comenta es Clitemnestra, personaje que interpreta en la obra 'Electra', con la que ha estado este verano en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.
–Así es. Hemos hecho una 'Electra' preciosa que está protagonizada por María León. Nos ha ido muy bien en el festival, era un texto estupendo de Eduardo Galán dirigido por Lautaro [Perotti] y ha sido un montaje bastante bonito del que he disfrutado. Clitemnestra es la madre de Electra y tiene muchísimo que contar. Todos los griegos como Agamenón, que gobernó durante 10 años, pasaban a la historia, mientras que las mujeres, si lo habían hecho bien, pasaban a la historia como manipuladoras; si vivían su sexualidad, no eran mujeres de bien. Reivindicar ese tipo de personajes con la mirada de Lautaro está muy bien, porque él no juzga a los personajes, cuenta sus motivos y deja que el público decida.
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–¿Qué consejo le da a las jóvenes actrices?
–Que estén preparadas siempre, y lo máximo posible. Yo creo que la fama confunde mucho a la gente. No se trata de tener fama sino de estar preparado para lo que te ofrezcan. Ya sea cine, teatro o televisión, tú tienes que estar al día. Yo no dejo de hacer cursos para crecer como actriz. No puedes vivir de las rentas. Y hay que adaptarse a los nuevos medios, a los nuevos directores y al diferente lenguaje.
–Hace unos días se despidió de la actriz Verónica Echegui. ¿Cómo la definiría?
–Ella era magia, una sonrisa constante. Era una actriz tremenda a la que he admirado desde la primera vez que la vi en una película. Verónica me parecía una de las personas que más cosas tenían que contar en esta profesión. Por otra parte, han sido muy virales en redes sus intervenciones en muchas entrevistas. Siempre estaba acertadísima en sus declaraciones. Es una gran pérdida.
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