El jefe de Psiquiatría de La Arrixaca, Francisco Toledo. UMU

«No se deben psiquiatrizar las emociones»

Francisco Toledo, profesor de la UMU y jefe de Psiquiatría en La Arrixaca, aporta datos reveladores acerca de problemas como la esquizofrenia y el trastorno bipolar

S. Triguero

Murcia

Jueves, 8 de junio 2023, 23:52

Francisco Toledo, jefe de sección de Psiquiatría en el Hospital Arrixaca y profesor asociado de Psiquiatría en la Universidad de Murcia (acreditación Aneca) es experto en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos depresivos y del trastorno bipolar junto con la esquizofrenia. Este investigador en Neurociencia Clínica y Experimental (NICE-Ciberned) -con la profesora Herrero- ha realizado más de una docena de estudios y ensayos clínicos, ha dirigido once Trabajos Fin de Grado y ha dirigido siete tesis doctorales sobre estos temas.

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«Me gustaría pensar que mi mayor aporte es la docencia y formación de MIR en Psiquiatría y demás médicos rotantes, siempre con el lema de que el enfermo es lo primero», señala. Toda una declaración de intenciones la de este investigador, que demuestra su implicación y la importancia de mantener viva la vocación y el deseo de transmitir todos sus conocimientos.

Desarrolla la mayor parte de su trabajo en la Unidad de Agudos de Psiquiatría junto a un equipo humano extraordinario que suma más de treinta años con un sistema de ingreso en 'Unidad abierta', lo que permite a los familiares acompañar al enfermo en el proceso de recuperación. Un modelo que se ha demostrado eficaz.

Y dado que es en la edad juvenil cuando suelen debutar la mayoría de los trastornos mentales graves, Francisco Toledo alienta a que padres, educadores y la familia en general estén bien informados, pues «una intervención precoz con absoluta certeza mejorará el pronóstico».

Apunta incluso más alto al indicar que «las políticas sanitarias deberían incidir en campañas de protección de los enfermos mentales para mejorar y ayudar a su integración social y familiar».

Ahora bien, hay que diferenciar entre un trastorno mental grave y un trastorno del comportamiento que genera malestar emocional. Se da la circunstancia de que son los más jóvenes los más permeables a una sociedad donde prima el consumo rápido, la búsqueda del estímulo inmediato o la idealización de la belleza, todo ello bajo el cóctel explosivo de las redes sociales, una tormenta perfecta para los trastornos de salud mental. «El mal uso de las tecnologías ha contribuido a presentar situaciones ideales de cánones de vida y belleza que, sin lugar a dudas, han modificado el concepto moral del esfuerzo y de la resiliencia ante las dificultades de la vida cotidiana. Son sorprendentes las motivaciones, o irónicamente diría desmotivaciones, de consultas que llegan a las urgencias de psiquiatría de los hospitales, y no solo de la Región de Murcia sino en todas partes». Francisco Toledo asegura que la respuesta está en la responsabilidad de la sociedad, padres y educadores, en establecer los límites de lo que se puede y no se puede hacer. Y advierte que es la sociedad la que debe dar el paso porque «no se deben psiquiatrizar las emociones».

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Francisco Toledo confirma que los estudios demuestran que la prevalencia de la esquizofrenia y del trastorno bipolar es estable. Por debajo del 1% para la primera y en torno al 2,5% para la segunda. «Ni tan siquiera se ha modificado en situaciones críticas como las vividas con la pandemia en los tres últimos años, en contra de lo que pudiera pensarse», explica el miembro de la Real Academia de Medicina de la Región de Murcia. Son trastornos que, aunque tienen un componente genético, no quiere decir que tengan porqué heredarse. Aunque añade un dato revelador, y es que «el uso y abuso de drogas como el cannabis, la cocaína y el alcohol son precipitantes de nuevos episodios de la enfermedad psicótica y en muchos casos agravantes».

Primeros síntomas

El jefe de sección de Psiquiatría en HCUVA indica que «los cambios en la conducta, sobre todo al final de la adolescencia, suelen ser indicadores de los primeros síntomas junto con la pérdida del sueño». Entrando en detalle, en lo que se refiere al trastorno bipolar, explica: «Debemos saber que el enfermo tiene episodios de euforia limitados en el tiempo con fases depresivas, aunque la mayor parte del tiempo se encuentre normal. El enfermo no duerme y no se cansa. Presenta conductas de riesgo que acompañan a un gasto excesivo con ideas de grandiosidad. En cambio, con el inicio de las fases depresivas, el paciente se vuelve menos comunicativo con peor ánimo por las mañanas y al despertar de madrugada, la tristeza y la desesperanza condicionan su conducta que se torna inhibida y con falta de deseo y de interés por todo».

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Francisco Toledo explica también que en la fase de 'Manía' se deben tener en cuenta los antecedentes familiares (no siempre), el consumo de drogas, los estados de euforia y exaltación del ánimo con aumento de la locuacidad y las conductas desinhibidas.

En cuanto a los primeros síntomas de la esquizofrenia, sobre todo en la adolescencia, vienen marcados por los cambios en el ritmo de sueño-vigilia, la disminución drástica del rendimiento escolar, el abandono de la higiene personal y la disminución de las relaciones sociales. «Puede encerrarse en su habitación con desinterés por los amigos, hablar solo, perder la iniciativa y tener comportamiento bizarro y extravagante. También puede ocurrir todo ello de forma brusca, entonces lo llamamos brote psicótico», explica Francisco Toledo.

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La importancia de un diagnóstico precoz es fundamental y «va ligado a la más rápida intervención terapéutica, disminuyendo así el sufrimiento de la familia y del enfermo y mejorando el pronóstico evolutivo», asegura.

La depresión mayor

La depresión es una enfermedad muy frecuente. La OMS estima que el 15 % de la población pasará de forma más o menos grave al menos un episodio en su vida. Pero no se debe confundir lo que en Medicina se entiende como depresión mayor con otros trastornos emocionales que cursan con tristeza. «Se puede decir que la depresión mayor afecta al cerebro en el sentido de que no solo el ánimo está deprimido sino todo el ser está afectado. La tristeza, la ansiedad suelen ser mayores al despertar con malestar de madrugada y con leve mejoría al anochecer. Se puede acompañar de anhedonia en los casos graves (incapacidad para sentir placer con todo)», asegura el investigador Francisco Toledo. Los sentimientos de culpabilidad por cualquier cosa, la falta de interés y desesperanza con la pérdida de peso completan el cuadro. «Es una enfermedad que conlleva gran sufrimiento. La buena noticia es que, por fortuna, tiene un buen pronóstico con los tratamientos antidepresivos adecuados a cada caso», termina diciendo el experto de HCUVA.

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