'Nuestra ciudad', desde la mirada de César Oliva
Teatro Circo Murcia ·
Estreno de la adaptación del clásico de T. Wilder con una veintena de actores, entre ellos Juan Meseguer«Es una obra que siempre me ha gustado y he tenido en mente», cuenta César Oliva sobre 'Nuestra ciudad', un texto del dramaturgo estadounidense ... Thornton Wilder, ganador de tres premios Pulitzer. Una obra que el director, dramaturgo y catedrático emérito de Teatro de la Universidad de Murcia ha decidido adaptar, a la vez que homenajea a su ciudad, para subir a los escenarios 'Nuestra ciudad. Murcia 1933'. «La obra original ocurre en un pueblo de New Hampshire que tiene muy poco que ver con nosotros. Por ello me animé», cuenta el adaptador sobre su proceso de reescritura, donde «la trama argumental y la filosofía de la obra es la de Wilder», pero que ahora cuenta con nuevos personajes en sustitución de otros «para hacerla más próxima a nuestro público».
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Un montaje que se estrenará este jueves a las 20.00 horas en el Teatro Circo Murcia, y que ofrece un preestreno hoy, a la misma hora –entradas agotadas para ambas funciones–. Mientras que la obra original, que explora la esencia del carácter y la idiosincrasia de los habitantes de una ciudad, comienza antes de la I Guerra Mundial, «algo que no influye para nada en la trama, sino que está ahí como telón de fondo», en esta adaptación César Oliva ha querido avanzar en el tiempo para comenzar en el año 1933, en plena República, «porque en ese periodo hay un avance en el crecimiento de la ciudad», situando el segundo acto en 1936, antes del inicio de la guerra civil española, y el tercer y último acto en 1945, periodo de postguerra.
«El texto da pie a que se pueda ver en otros pueblos, de otros países, de otros mundos»
César Oliva
Y es que, «el texto da pie a que se pueda ver en otros pueblos, de otros países, de otros mundos. Sus historias son parecidas a las de cualquier lugar en donde la gente nace, crece, madura y muere. El ciclo eterno. Por eso el pequeño pueblo americano se transforma hoy en nuestra Murcia, con sus gentes, sus calles, sus edificios emblemáticos y su cementerio», comenta el director. «Así nuestros personajes son más reconocibles, con apellidos habituales en estas tierras, costumbres cercanas, y diría que hasta con anhelos personales casi idénticos. Esto tienen las grandes obras clásicas que, con algunos retoques, se prestan a reescrituras que nos hagan cercanos los avatares que viven (y mueren) estos pequeños héroes cotidianos».
Para llevar a cabo este montaje con un gran número de personajes se ha elegido el formato de teatro no profesional, siendo la mayoría de los actores integrantes del Aula de Teatro de la UMU, miembros de los grupos de teatro de las Asociaciones del Aula Senior, también de la Universidad, estudiantes de la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Murcia y la Coral Universitaria, así como profesionales veteranos. Destaca entre el reparto el murciano Juan Meseguer. «Juan y yo somos amigos desde que él tenía 15 o 16 años y seguimos teniendo relación. Yo le conté el proyecto y le mandé mi versión de este texto que él ya conocía, y le gustó mucho. Ha hecho encaje de bolillos para poder venir a hacer esta obra», comenta el vicepresidente segundo de la Academia de las Artes Escénicas.
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«Le conté el proyecto a Juan Meseguer y le gustó mucho. Ha hecho encaje de bolillos para estar»
César Oliva
«La reacción del público siempre es un misterio, nunca sabes cuando van a reír ni cuando van a llorar», cuenta, antes del estreno sobre un montaje en el que los actores, de forma intermitente, llevan trabajando desde hace meses.
Ana Belén García, Raquel Garod, Juan Meseguer, Paco Navarrete y Manuel Ortín han formado parte del equipo de dirección del montaje, con Nieves Pérez-Abad como coordinadora de producción de una obra que, como el mismo autor indicó en su momento, es un drama en el que el público encuentra «un valor por encima de cualquier precio para los acontecimientos más pequeños de nuestra vida diaria». Una producción «que no sería posible sin no creyéramos que merecía la pena descubrir un clásico de la empatía y ternura de esta ciudad nuestra», dice César Oliva.
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