Un sueño cumplido en memoria de Paco Rabal

Tras mucho tiempo de investigación y consultas a responsables de estos otros centros –concebidos para mostrar didácticamente los perfiles sociales, humanos y, en este caso, artísticos de una persona ya inmortal por su trabajo–, Milana Bonita tuvo que explicar, por activa y por pasiva, qué era aquello y exponer el objetivo de que se convirtiera en el eje de su «universo rabaliano».

No pudo ser. El estado de la mar, con los vientos no precisamente en popa, impidió que aquel barco surcara los mares hasta llegar al puerto deseado; pero aquel desapacible temporal tampoco lo dejó anclado ni fondeado. Y lejos de plegar velas, siguió manteniéndolas extendidas y esperando mejores vientos. Entendía Milana Bonita que la figura de Paco Rabal merecía este foco de atención y centro de atracción y divulgación.

La insistencia, aunque paciente en su perseverancia, casi siempre acaba insuflando a las velas el viento que favorezca su navegación. Y aquel cambio en el estado de la mar llegó, en 2015, con la incorporación a la marinería de Mari Carmen Moreno y Lucía Hernández, alcaldesa y concejala de Cultura, respectivamente. A partir de entonces se calafateó la embarcación, se tensaron las velas y comenzó una travesía, a la que posteriormente, en 2019, se unió Maido Simó al hacerse cargo del timón cultural. El Ayuntamiento de Águilas tomó posiciones en el puente de mando y ha conseguido llevar a buen puerto aquella nave que, en constante remodelación durante la travesía, ha terminado siendo –con el concurso de la EDUSI y la consecución básica de los fondos europeos FEDER– un extraordinario buque insignia en el, también, océano rabaliano.

Pero para ser honestos con la historia y trayectoria de la travesía de este barco, a la tripulación del Centro de Interpretación Francisco Rabal, compuesta por el proyecto y empeño iniciales de Milana Bonita, por el posterior compromiso de Lucía Hernández y por la extraordinaria y trepidante labor final de Mari Carmen Moreno y Maido Simó, también hay que unir la importantísima e imprescindible aportación personal y material (la práctica totalidad del archivo de su padre) de Benito Rabal.

También iban a bordo quienes han dado espectacularidad a la forma y diseño del contenido gráfico, material y audiovisual: Javier Esquiva, en colaboración con Santa-Cruz Arquitectura, y Diana Jusdado aportaron, en cuanto se les propuso su rol, un más que loable empeño; insistentes solicitudes y peticiones, también a Milana Bonita, de información, material, detalles que no dieran pie a equívocos,... E incluso recabaron declaraciones sobre Paco Rabal a amigos, familiares y hasta a actores, actrices y cineastas como Ginés García Millán, Pepe Sacristán, Eulàlia Ramon –'Rabalianos' todos ellos, el principal galardón de Milana Bonita– y Carlos Saura.

Horas, tiempo, años, reuniones (muchas en videoconferencia por el tiempo de pandemia) para intercambiar ideas, analizar posibilidades de ubicación, contabilizar y analizar el material del que se pudiera disponer,... Todo ha merecido la pena. El barco ha llegado a su puerto. Y menudo puerto, didáctico y coqueto donde los haya.

Con este centro de interpretación para que se le conozca en todas sus facetas, Paco Rabal ha quedado inmortalizado, si es que ya no lo estaba, y no solamente en su pueblo; se ha asegurado una vía para su permanente recuerdo; y va a engrosar la nómina y el inventario de museos y centros de interpretación...

Y con esta equipación, también Águilas ha ganado enteros al adquirir la posibilidad de trabajar por un atractivo reclamo para el turismo cultural.