Cien años del nacimiento de Ruiz de Elvira

Permaneció aquí durante ocho años, que dejaron una gran huella, como entonces mostraba la prensa murciana en escritos de colegas que elogiaban su seriedad intelectual o en lamentos de alumnos por la marcha de un profesor que hacía mejor la Universidad.

Aquí tradujo gran parte de las 'Metamorfosis' de Ovidio (su primer volumen apareció estando él en Murcia). En Murcia escribió y publicó páginas espléndidas sobre 'Don Marcelino y la Filología clásica', sobre 'Erictonio', 'Anquises', 'Mitografía', 'Tragedia como Mitografía' (anuncio de su magnífica, indispensable y reeditada 'Mitología clásica'). En esta Universidad pronunció el discurso de apertura del curso 1964-65, 'Introducción a la poesía clásica'. En Murcia, gracias a Antonio Ruiz de Elvira, resurgió Ovidio, que permanecía bastante olvidado; aquí empezaron los estudios mitográficos y el amor por la mitología y su pervivencia; el maestro sacó del ostracismo a Séneca trágico, o nos descubrió la necesidad de conocer la obra de los humanistas.

Sus conocimientos infinitos beneficiaban a los alumnos y alimentaban su curiositas. En las clases disfrutábamos con sus magníficas traducciones y exhaustivos comentarios, que abarcaban lengua, cultura clásica, historia y literatura españolas y universales, astronomía, matemáticas, música, filosofía, teología, etc. Nada le era ajeno. Ha cumplido cien años y sigue vivo aquí, donde pasó una parte importante de su vida. Vino con 3 años (su padre, ayudante de montes, 'sacó plaza' en Murcia) y se marchó con 18, habiendo superado con Premio Extraordinario el Examen de Estado. Vivió en el Paseo de Floridablanca; fue alumno del Colegio Cierva Peñafiel y del Instituto Alfonso X; siempre recordaba la excelencia y nivel de la enseñanza y sus magníficos profesores, que acompasaban el papel formador de su padre, que le enseñó a amar la lectura y que, pese a dificultades económicas, le compraba los libros que le recomendaban sus profesores; con 8 años había leído el 'Quijote' y aprendido a leer periódicos. En Murcia aprendió música con su madre, y a tocar el piano y a apreciar el órgano, que escuchaba en la Iglesia del Carmen, instrumento que también tocaría. A Murcia volvió casado y con tres hijos; aquí nacería el cuarto, su hija Isa.

Aunque marchó a Madrid, siempre estuvo ligado al Seminario –y luego Departamento– de Filología Clásica. Fue miembro y autor en la revista 'Myrtia'. El Servicio de Publicaciones, del que fue director, le publicó su preciosísima 'Silva de temas clásicos'.

Don Antonio está ligado a Murcia en aquellos alumnos de los años 1958-1966, a los que su magisterio aportó novedades imprevisibles. Gracias a él, pasados unos años, se implantaron los estudios de Filología Clásica. En los cientos de magníficos profesores que han salido de estas aulas y transmiten conocimientos y valores está don Antonio.

El profesor Ruiz de Elvira está en Murcia en su «escuela», de la que estaba orgulloso. Mi trabajo ha estado siempre guiado por él, y agradezco, repitiendo sus palabras, «casi una vida entera de comunicación científica y calor humano». En Murcia las profesoras Iglesias Montiel y Álvarez Morán, discípulas suyas, han seguido brillantemente su escuela; especialistas reconocidas en Ovidio, Mitología y Mitografía, sus investigaciones han llevado unidos el nombre de Ruiz de Elvira y de Murcia por toda España y fuera de ella. Gracias, don Antonio, por seguir en nuestra Murcia. Feliz centenario.