Una antológica recupera en el Almudí la obra esencial de Mariano Ballester
Darío Vigueras, comisario de la exposición, recuerda que muchas de las 144 obras no habían sido mostradas antes: «Ahora salen a la luz para rendirle merecido homenaje»
El Centro de Arte Palacio Almudí recupera a partir de este viernes la figura esencial de Mariano Ballester (Alcantarilla, 1916-Murcia, 1981), en la muestra ' ... El pintor está pintando'. «Un proyecto realizado con mucho cariño y en un entorno especial», asegura el comisario, Darío Vigueras Marín-Baldo. Es la primera vez que el Almudí, espacio dependiente de la Concejalía de Cultura de Murcia, acoge una exposición individual del artista. La antológica, que podrá verse hasta el 10 de octubre, reúne 144 obras de Ballester, en un recorrido cronológico por toda su producción.
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La obra pictórica de Ballester es una de las más valoradas en la Región de Murcia, según el galerista y comisario. Fue «un artista de gran talento», enfatiza Villegas, «que encontró un estilo pictórico muy personal y que se vio influenciado directamente por el 'dripping', o como lo llaman sus admiradores: confeti. Sus escenas que tienen a niños como protagonistas o los magníficos retratos que realizó utilizando esta técnica son obras que una vez vistas no se olvidan». En la muestra del Almudí se pone de manifiesto la variedad de los registros, los formatos y los materiales con los que trabajó Ballester. La propuesta está organizada en cuatro etapas: de 1939 a 1950: Madrid, época de estudio y formación; de 1950 a 1959: París, los descubrimientos pictóricos, 'Bizcas y Negras'; de 1959 a 1970: el grupo 'Puente Nuevo', nuevos materiales; y de 1970 a 1981: la plenitud, la reaparición de un artista completo.
Esa miscelánea es fruto de la experimentación que caracterizó a Mariano Ballester a lo largo de toda su trayectoria, entiende Vigueras. Así, por ejemplo, se recogen obras sobre nuevos soportes como táblex y aglomerado, y pinturas industriales. El 'dripping', también conocida o renombrada entre su público como «el confeti», es su técnica fetiche. Consiste, explica Vigueras, en estrellar gotas de pintura contra el lienzo o la tabla. Ballester la abordó ampliamente. También trabajó la cerámica, la acuarela y el grabado y, de hecho, su colección de antigüedades daría origen al Museo Etnológico de Alcantarilla.
Pone de manifiesto la variedad de registros, formatos y materiales con los que trabajó uno de los artistas de la Región más buscados por los coleccionistas
«Ballester trató aspectos cotidianos: la serie de niños que hablan de la juventud; la Murcia nazarena; desnudos femeninos; paisajes de sus estancias en Mojácar, París, Suiza o Murcia; retratos; y la muerte», anota Vigueras, que agradece al Ayuntamiento de Murcia esta posibilidad de mostrar al gran artista en su complejidad. «Su manera de trabajar era distante de las tendencias del momento y lo aleja de otros artistas de su generación». Sus inicios en el arte fraguaron en parte gracias a la pintora aficionada Anna Gloor, de nacionalidad suiza y esposa del dueño de la fábrica de conservas 'Tell' (que luego pasaría a llamarse Hero). «Tenía Gloor una gran formación cultural y abrió un pequeño taller de pintura para algunos niños del pueblo, entre ellos un joven y curioso Ballester», recuerda Vigueras. Esta ocasión «nos permite acercarnos de una forma íntima y muy personal a la figura de Ballester. Es una aproximación a su familia, a sus amigos, a su trabajo… a su vida».
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Muchos de los cuadros expuestos en el Palacio Almudí no habían sido mostrados antes. «Ahora salen a la luz para rendirle merecido homenaje a Ballester, un pintor que a día de hoy es muy buscado por los coleccionistas y los amantes del arte», certifica el comisario. Hijo de Mariano Ballester es otro de los grandes artistas del momento en la Región de Murcia, Antonio Ballester Les Ventes, pintor, diseñador, escultor y fotógrafo, un creador de imágenes que ha recurrido a soportes muy diferentes en torno a un mismo tema.
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