Aníbal e Himilce se unen junto al mar

Aníbal e Himilce sellaron anoche la alianza de los pueblos íberos con los carthagineses, al mismo tiempo que se juraban amor eterno en los esponsales representados en el escenario del auditorio del puerto ante unas dos mil personas sentadas y casi 200 de pie. El espectáculo reunión a un centenar de participantes con bailes rituales y acompañamiento de fuegos artificiales y bellas escenas recreadas por tres pantallas digitales junto al mar. La vuelta de la representación al Muelle, tras dos años de paréntesis por la pandemia, fue la principal novedad.

El guion fue el mismo de 2019, ultima representación celebrada en la explanada entre la antigua Cámara de Comercio y el edificio Espacio Alviento. Pero los organizadores agradecieron poder volver a la zona de la Escala Real, frente a Héroes de Cavite, para dar realce a la obra.

El primer encuentro entre Aníbal e Himilce y la elección del primero como líder carthaginés conformaron el primer acto de la acción. Después, los espectadores conocieron los planes para buscar la amistad del rey íbero Mucro, padre de ella, de forma que pudieran hacer frente juntos a los romanos.

Tras el éxito de las negociaciones políticas, el drama entró en un apartado más sentimental, con los diálogos entre los dos enamorados.

Las evoluciones de dos bailarines permitieron dar continuidad a la acción durante la pausa que aprovecharon los intérpretes para cambiar de vestuario. Así pudieron aparecer en el acto final de las bodas con unas galas muy ornamentadas. Además, la princesa ibera llegó a los esponsales en un trono o palanquín precedida por un nutrido cortejo. Flanquearon la ceremonia mercenarios, honderos, navegantes y otros guerreros. Los temores de que el viento pusiera en aprietos la representación se vieron despejados. La noche fue apacible y permitió ver la obra sin sobresaltos. También hizo posible disfrutar de los fuegos artificiales que estallaron en lo alto justo antes del último acto y cuando se consumó la boda.

Tras cien minutos de espectáculo y con el firmamento aún iluminado y los ecos de la partitura musical resonando en el ambiente, los contrayentes y sus acompañantes marcharon hacia el campamento. Recorrieron el eje de las calles Mayor, Puerta de Murcia y Carmen de camino a la Alameda den San Antón y el puente del Cartagonova.

A la llegada de los recién casados al recinto, la calle cartaginesa acogió la degustación de una tarta de bodas de gran tamaño. Aníbal e Himilce la probaron y después ayudaron a repartir las porciones entre los asistentes.

A continuación, como es ya tradicional, empezaron los casamientos en todas las tropas, cada una con sus ritos. También las legiones llevaron a cabo sus propias ceremonias. En ninguna hubo trabas por razón de sexo, edad. Lo realmente importante fueron las ganas de transmitir buenos sentimientos y ganas de pasarlo bien.

La fiesta continuó hasta bien entrada la madrugada, antes del cierre del campamento, a las cuatro de la madrugada. Este régimen de funcionamiento se sucederá mañana martes y el miércoles. A partir del jueves y durante el fin de semana habrá dos horas más de actividad en el recinto de Benipila.

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