Sinner supera a Djokovic ante la mirada de Federer y Alcaraz

La final del Masters 1000 de Shanghái de ayer contó con tres invitados de honor que se sentaron juntos en unos cómodos sillones rojos cerca de la pista. Se trataba nada menos que de Roger Federer, Juan Carlos Ferrero y Carlos Alcaraz, con el suizo sentado entre el entrenador valenciano y su pupilo murciano. La presencia de los tres no pasó ni mucho menos desapercibida para los finalistas Novak Djokovic y Jannik Sinner, que tuvieron palabras muy cariñosas para el extenista helvético y los españoles en la ceremonia de entrega de trofeos. Se impuso el italiano en una final de muchos quilates.

«Es bonito verte aquí, Roger», afirmó Djokovic, que añadió: «Desearía que estuvieras aquí jugando con nosotros. Probablemente sea la primera vez que juego delante tuyo, un poco de presión. Es bueno que estés aquí, como también Carlos (Alcaraz) y Juan Carlos (Ferrero)», concluyó el veterano jugador serbio.

Sinner no le fue a la zaga a la hora de tomar la palabra. «Creo que Novak ya habló al público de que tenemos aquí a tres leyendas. He jugado contra una leyenda y ahora veo leyendas por todas partes. Yo solo intento seguirles el ritmo», soltó el tenista transalpino, que hizo reír a todos los presentes con su ocurrencia.

Federer ha sido el invitado especial de un torneo que ganó en tres ocasiones, la última en 2017. En cuanto a Alcaraz, ha disputado este Masters 1000 en tierras chinas, cayendo en cuartos de final frente al checo Machac. Y se ha quedado en tierras chinas, para viajar hoy a Riad (Arabia Saudí), donde este miércoles se estrena en el torneo de exhibición Six Kings Slam. Se medirá al danés Holger Rune. Y el ganador se enfrentará el próximo viernes a Rafa Nadal.

En cuanto a la final, en un primer set muy dividido, ninguno de los dos tenistas logró romper el servicio de su rival, aunque en el 'tie-break' Sinner tomó rápidamente el control, adelantándose 5-1 y cerrando la manga con su segunda bola de set. El segundo parcial estuvo más decantado para el italiano, que se adelantó 40-15 en el cuarto juego, en el que servía Djokovic. El serbio salvó la primera bola de break con un 'ace', pero no pudo evitar la segunda, anotada con un revés de Sinner.

Por delante 3-1 en el marcador, el italiano se apoyó en su servicio para cerrar la manga y ganar el partido tras 1 hora y 37 minutos. Con este resultado, Sinner iguala el cara a cara contra Djokovic en 4-4, tras haber logrado cuatro victorias en los últimos cinco enfrentamientos entre ambos tenistas. Se asegura además acabar el año como número 1 del mundo, después de conquistar su tercer Masters 1000 del curso.

Pero no todo son buenas noticias para Sinner, todavía perseguido por dos resultados positivos al clostebol, un anabolizante derivado de la testosterona, en pruebas realizadas el pasado marzo. En agosto, la Agencia Internacional por la Integridad del Tenis (ITIA) absolvió a Sinner tras aceptar la explicación de una contaminación accidental. El italiano alegó que las pequeñas cantidades detectadas de clostebol procedían de su fisioterapeuta, quien utilizó un aerosol de venta libre para tratarse un corte en un dedo y contaminó al tenista al aplicarle masajes.

Pero en septiembre, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) anunció haber presentado un recurso a esta decisión y pidió de «uno a dos años» de suspensión. «Este año ha sido muy, muy duro para mí (...) en algunos momentos perdí un poco la sonrisa», dijo Sinner ayer tras vencer a Djokovic. «Nunca es fácil jugar en ese tipo de circunstancias», añadió.

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