Carlos Alcaraz rompió a llorar al acordarse de su hermano tras la derrota en Cincinnati

Carlos Alcaraz demostró este domingo que es humano. El murciano perdió ante Novak Djokovic en la final del Masters 1000 de Cincinnati, tras casi cuatro horas de partido. Los tenistas ofrecieron un duelo apasionante, a la altura de los dos mejores del mundo, con golpes paranormales, gestos de rabia y resignación por las oportunidades perdidas y los gritos para soltar la tensión después de salvar lo que parecía imposible. Pese a la derrota, el murciano llegará como número 1 del mundo al US Open.

El partido comenzó del lado del serbio, 4-2 a favor y servicio, pero Novak no esperaba, que además de enfrentarse a Alcaraz, tuviese que combatir contra el calor. Carlitos olió la sangre y volteó el marcador ante un Djokovic malherido y desorientado. Al final, 7-5 para el murciano en el primer set.

Nole se marchó a los vestuarios en busca de una solución antes del inicio del segundo parcial. Al regresar a la pista, Djokovic seguía igual y, tras perder su servicio, volvió a requerir los servicios médicos. El serbio resurgió para apuntarse el set en el tie-break y forzar el último y definitivo. Alcaraz no pudo aprovechar una pelota de campeonato.

El tercero fue un espectáculo que, como no podía ser de otra manera, se resolvió en la muerte súbita. El murciano levantó cuatro bolas de partido para Djokovic e igualó la contienda con un 5-3 en contra. Al final, Nole consiguió batir por 7-4 a Alcaraz en el tie break y levantó su Masters 1000 número 39.

Después de una batalla infernal, Carlos Alcaraz se sentó en su banquillo, seguramente, resignado por no haber matado el partido en el segundo set. En ese momento, comenzó a llorar. Se vio a un Carlos, al que no estamos acostumbrados, es la primera final de Masters 1000 que pierde. Tras recomponerse, salió ovacionado a recoger su trofeo.

Con el galardón en la mano, le llegó el turno de dedicarle unas palabras al público de Cincinnati, a Novak Djokovic, a su equipo y a su hermano mayor Álvaro, que le acompaña a todos los torneos para estar cerca de él y apoyarle.

Carlos Alcaraz, en primer lugar, alabó a Novak y lo felicitó por su victoria para seguir dándole las gracias a su propio equipo por la ayuda que le brindan tanto dentro como fuera de la pista. En ese momento, miró a su hermano mayor y le ofrendó con un pequeño discurso, que provocó la emoción en él y la ovación generalizada del público.

«Mi hermano está aquí también, es genial tenerle aquí apoyándome cada día, haciéndome mejorar y aprendiendo de ti. Gracias por estar aquí», fue lo que le dijo Carlos a Álvaro para que los dos acabasen con lágrimas en los ojos.

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