Hay momentos decisivos que marcan un hito y suponen un antes y un después en la historia de un municipio, que sirven para cerrar heridas ... y con los que se hace justicia. La llegada del AVE a nuestra ciudad, a Murcia, es uno de ellos. Por fin, tras décadas de promesas incumplidas por parte del Gobierno regional del Partido Popular y de los gobiernos centrales del mismo partido, el tren de alta velocidad llegará a la estación El Carmen-Ramón Gaya y nos conectará con Madrid en menos de tres horas.
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Y no solo eso, el AVE llegará a Murcia soterrado, gracias a la lucha de los vecinos y a pesar de que algunos intentaron impedir el progreso de esta ciudad. Se ha abierto una nueva etapa de esperanza y ya no hay vuelta atrás. Murcia crecerá, y lo hará sin las vías del tren que la ahogaban y separaban. La política debe servir para ofrecer soluciones a los ciudadanos, no para crear problemas. En este sentido, es de agradecer que el Gobierno de Pedro Sánchez haya impulsado una obra que no hubiese sido posible sin los 617,25 millones de euros que se están invirtiendo, de los cuales 49,38 los está aportando el Ayuntamiento de Murcia. Estos son cifras y hechos, que cada cual saque sus conclusiones.
El 8 de enero de 2001, en el Palacio de San Esteban, el que fuera presidente de la Comunidad de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, cerraba el pacto de la vergüenza
Pero no quiero olvidarme de un acontecimiento trascendental. El 8 de enero de 2001, en el Palacio de San Esteban, el que fuera presidente de la Comunidad de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, cerraba el pacto de la vergüenza, sellando el trazado del AVE por Cuenca y Orihuela y obviando el trazado natural por Albacete. Se nos negó a todos los murcianos y murcianas la posibilidad de llegar a Madrid en mucho menos tiempo. Algún día los herederos de ese presidente deberán ofrecer explicaciones a los ciudadanos de esta Región y pedir perdón. Aún estamos esperando, me temo que lo seguiremos haciendo eternamente. También deberán explicarnos sus herederos, López Miras y Ballesta, por qué querían que el tren llegara en superficie. Temporalmente, decían. Ya sabemos hasta qué punto se demoran y enquistan sus decisiones temporales.
Murcia, el séptimo municipio de España, se merecía la alta velocidad y se merecía el soterramiento. No hay prosperidad sin decisiones valientes y desde el Gobierno de la nación se ha apostado fuerte por nuestro municipio y por nuestra Región. Es una buena noticia, y vendrán más, la revolución en el modelo de transporte y de movilidad va a seguir haciendo crecer a nuestro municipio. Vamos a vertebrar Murcia y todas las pedanías, vamos a avanzar hacia el futuro creando una ciudad más próspera, menos contaminada y más amable.
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Es lo que queremos y lo que quieren los murcianos y murcianas.
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