Los alumnos murcianos son hijos de su tierra y de su tiempo. Para bien y para mal, están escolarizados en una Región inclusiva, solidaria, tirando ... a pobre, y en la que la cultura raramente es una prioridad. Los resultados en una evaluación educativa internacional como la de PISA son producto de múltiples factores anclados al contexto socioeconómico, y aunque duela, la modesta clasificación de los murcianos no debería echarnos las manos a la cabeza.
Publicidad
Los chicos de 15 años de Japón, Corea, Navarra o Castilla y León, en el top del ranquin, no son más capaces para las Matemáticas de forma innata. Los de Murcia estudian y viven en una autonomía que descuella también en otras estadísticas: la tasa de pobreza infantil, el modesto nivel medio de formación de las familias, la limitada inversión en investigación, la diversidad en las aulas... Los evaluadores de la OCDE valoran ese contexto a través del llamado Índice Socioeconómico y Cultural, y la Región tiene el más bajo de España. A pesar de ello, y al contrario que en otros países y regiones, los estudiantes murcianos se sobreponen a ese contexto y obtienen un resultado en Matemáticas mejor de lo esperado. Y a pesar también de padecer problemas en el transporte escolar -a estas alturas de curso quedan alumnos sin ruta- y acumular recortes que repercuten en su día a día en la escuela. Los esfuerzos del nuevo equipo de la Consejería de Educación se están focalizando en corregir esas desigualdades, pero los posibles resultados tardarán en llegar.
Las universidades públicas de la Región, la de Murcia (UMU) y la Politécnica de Cartagena (UPCT), que cierran el año a la espera de su urgente y necesario plan plurianual de financiación, saben también de equidad e inclusión: mantienen el mismo número de plazas para alumnos de nuevo ingreso desde hace años a pesar de los ajustes económicos, y destacan entre las que ofrecen soportes y recursos para atender una diversidad que hace veinte años no hubiera podido aspirar a estudiar en la universidad. Ránquines como los de PISA o Shanghái no se amoldan a las costuras de la Región, aunque saber dónde se está ayude a guiar el futuro.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión