'Vino' de melón y encurtidos de brócoli
Una tesis doctoral desarrollada en la UPCT junto a una empresa cartagenera ha obtenido nuevos productos comercializables, saludables, con propiedades anticancerígenas y antioxidantes a partir de desechos agrícolas
El aprovechamiento de hasta el último tallo que genera la actividad agrícola es una corriente en boga, con cada vez más investigaciones científicas para lograrlo. Una tesis industrial, realizada en la compañía agraria cartagenera Jimbofresh por el profesor del grupo de Postrecolección y Refrigeración de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) José Ángel Salas, ha logrado rizar el rizo en la explotación de los desechos de los cultivos extrayendo 'vinos' y encurtidos saludables a partir de melones y brócolis desechados.
Salas ha conseguido convertir en «espumosos y 'vinos' tranquilos» los melones que los productores desechan por las dificultades de comercialización que presentan debido a su apariencia o pequeño calibre. También ha logrado producir encurtidos con las hojas y los tallos de brócoli que, igualmente, no presentan de partida un valor comercial.
Se trata, además, de «productos saludables, con propiedades anticancerígenas y antioxidantes», según la información facilitada por la UPCT, en la que Salas forma parte del programa de doctorado en Técnicas Avanzadas de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario. El nuevo doctor explica que hasta un tercio de los productos obtenidos del campo se pierden o desperdician, «lo cual compromete la eficiencia y sostenibilidad del sistema alimentario». Y sin embargo, añade, «estos residuos pueden transformarse en valiosos recursos para crear nuevos productos con alta calidad sensorial y beneficios para la salud de los consumidores».
«Excelentes cualidades»
Esta teoría la ha transformado él mismo en evidencias al conseguir revalorizar subproductos agrícolas a través de «las estrategias innovadoras de su tesis». En el caso del melón, ha conseguido extraer de los desechados bebidas de graduación alcohólica inferior a 12 grados, con o sin gas, y a los que el director de la tesis por parte de Jimbofresh, Andrés Conesa Bueno, atribuye «excelentes cualidades visuales, olfativas y gustativas, con notas dulces y afrutadas».
Hasta un tercio de los productos del campo se pierden o desperdician, pero pueden transformarse en valiosos recursos
En cuanto a los tallos no comercializables provenientes de las cosechas de brócoli, se han obtenido «encurtidos fermentados de forma espontánea». Y a partir de las hojas la investigación ha logrado «una bebida lactofermentada, similar a la popular kombucha».
La catedrática Encarna Aguayo Giménez, directora de la tesis por la UPCT, destaca estos productos «por sus propiedades probióticas y alto contenido en compuestos bioactivos, como polifenoles e isotiocianatos», y les atribuye «funciones antioxidantes y anticancerígenas»
El desarrollo de estos 'vinos' y encurtidos ya está protegido mediante modelos de utilidad, que es un tipo de título de propiedad industrial, y mediante una patente para el caso de la bebida fermentada.
La titularidad de los productos está compartida entre la UPCT y Jimbofresh International. De este modo, explican sus desarrolladores, se están «ofreciendo oportunidades de negocio alineadas con las estrategias de desarrollo sostenible».
Salas ha demostrado que los nuevos productos ('vinos', encurtidos y bebidas) obtenidos en su tesis a partir de desechos de melones y brócoli atesoran «una bioactividad antidiabética de hasta un 40% y un alto contenido en sulforafano, una sustancia con propiedades anticancerígenas». En el proyecto se ha observado que la utilización de técnicas emergentes como la alta presión hidrostática para la conservación mejora estos atributos. Los resultados de la investigación ya se han publicado en cinco artículos científicos en revistas de alto impacto.
Investigar en Irlanda, premio en Cartagena
Con su investigación sobre la obtención de nuevos productos a partir de desechos agrícolas, el doctor del departamento de Ingeniería Agronómica de la UPCT José Ángel Salas ha completado un doctorado industrial cofinanciado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la empresa cartagenera Jimbofresh International. Su tesis también tiene un carácter internacional e incluyó una estancia en el instituto de investigación APC-Microbiome en Cork, Irlanda, «donde se implementaron nuevas metodologías para evaluar la bioactividad anticancerígena de los productos fermentados de brócoli». La explicación reducida de este trabajo en la empresa para convertir residuos agrícolas en productos saludables le valió el pasado diciembre el premio de la convocatoria de Tesis en 3 Minutos de la UPCT.