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Un arrocero enun campo del cereal en Calasparra. Ayto. Calasparra

Sin miedo al arroz perenne

Calasparra ensayó una variedad similar al revolucionario cereal P23 que ha logrado China, pero no tuvo éxito y su apuesta sigue siendo por la calidad

Martes, 29 de octubre 2024, 00:11

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China logró hace unos meses un hito que puede revolucionar el sector arrocero mundial. Por primera vez se ha conseguido una variedad de arroz perenne, el 'P23'. Es un cereal que no necesita ser plantado en cada campaña, con el consiguiente esfuerzo y desgaste de suelo que supone, sino que la misma planta sigue dando producción durante varios años. Su desarrollo tiene tanto calado que la prestigiosa revista Sciencie lo situó como el segundo avance o descubrimiento científico más destacado de 2022, solo superado por la puesta en marcha del telescopio espacial James Webb, de la NASA. En la otra punta del globo, otros pioneros del arroz, los de Calasparra, que en 1974 convirtieron su producto en el primer cultivo ecológico certificado del país, llegaron a ensayar una solución similar, sin éxito. La Denominación de Origen Protegida (DOP) del Arroz de Calasparra sigue centrando su actividad en torno a dos taxones únicos: 'Bomba' y 'Balilla x Solana'. «Hemos hecho alguna prueba de otras variedades, pero no nos aportan las calidades de las que utilizamos ni desde el punto de vista agronómico ni culinario», explica su presidente, José Martínez Núñez.

Preguntado por la influencia que puede acabar teniendo para el sector el adelanto conseguido con el 'P23', Martínez advierte de la necesidad de regular la procedencia y variedad del producto en el mercado, «sobre todo para que el consumidor tuviera certeza de la procedencia del arroz que está comiendo». En la actualidad, recuerda, solo los arroces con DOP están obligados a identificar su origen y variedad en los lineales de los establecimientos.

Martínez basa la fortaleza del arroz autóctono, frente a las novedades que puedan llegar, en su alta calidad. «Lo primordial para nosotros es mejorar el cultivo y rendimientos de nuestras dos variedades y que ampara nuestro pliego. Por otra parte», añade, «si recientemente la OCU a través de un estudio de consumidores consideraba el arroz DOP Calasparra como el mejor de España, creemos que lo debemos hacer es poner el valor el mismo, preservarlo y cuidarlo».

La revista 'Sciencie' situó el desarrollo del taxón chino como el segundo mayor avance científico de 2022, solo superado por el telescopio James Webb de la NASA

La DOP Calasparra es la zona arrocera más pequeña de todo el país, explica su presidente al tiempo que reivindica su condición de pioneros en el estatus de Denominación de Origen de un cereal. Con esta premisa del tamaño «para nosotros sería muy difícil aumentar la superficie de cultivo y equipararnos a otras zonas de España». De ahí que el margen de mejora que les queda difícilmente se puede encontrar en la obtención de grandes volúmenes. «La calidad de nuestro arroz es lo que siempre hemos querido poner en valor». La campaña de este 2024 se estimó en la siembra de algo más de medio millar de hectáreas para la obtención de en torno a 2,5 millones de kilos.

El futuro de la actividad, que lleva en estos campos de Calasparra y Moratalla más de 400 años, explica, resulta «incierto». Martínez Núñez apunta a la existencia de «muchos factores que no dependen del agricultor» como el origen de esa inquietud sobre lo que va a venir, propia al mismo tiempo de todo el sector agrario. La falta de agua, las inclemencias meteorológicas y la escasez de productos fitosanitarios para luchar contra plagas y enfermedades son algunos de las dificultades a las que tienen que enfrentarse, precisa. En este marco, «sería bueno que las administraciones despejaran algunas de estas incertidumbres y con ello defendieran nuestra soberanía alimentaria», reclama.

Un estudio reciente de la OCU sitúa al arroz de Calasparra como el mejor de España, recuerda el presidente de su denominación de origen

Los arrozales de la Región de Murcia, concluye Martínez, «ocupan el humedal de aguas dulces de mayor extensión de nuestro territorio, aportando a la sociedad una biodiversidad única donde la convivencia de agricultor, flora y fauna está más que asentada a lo largo de siglos».

El arroz de Calasparra tiene la singularidad de que no se cultiva en aguas estancadas, sino sobre «el agua fluye en todo el ciclo de cultivo, desde los canales y acequias hasta el río», como apuntó la consejera de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Sara Rubira en una visita oficial a estos campos el pasado mayo. Por esta circunstancia, destacó, «es uno de los productos que menos agua consume».

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