Una hembra con su camada en una edición del certamen lorquino Sepor antes de la pandemia. PACO ALONSO

El origen del chato murciano: la mejor raza porcina de la Región que volvió a hacerse carne

Un ganadero lorquino se empeñó hace ahora 25 años en recuperar la raza que sus padres criaban

GINÉS S. FORTE

Martes, 28 de diciembre 2021, 02:04

El chato murciano, cuyas carnes porcinas criadas bajo su característico pelaje negro se consumen ahora en buenos restaurantes, no fue hasta hace no mucho más de un siglo ni tan chato, ni tan negro ni tan rico, porque a finales del XIX, de hecho, ni existía. Y más recientemente, a mediados del siglo XX, casi deja igualmente de existir después de haberse erigido como protagonista de las reservas proteínicas de los huertanos, ya que en ese momento comenzó un declive que casi le hace desaparecer. Hasta que ahora va a hacer 25 años el ganadero lorquino José Reverte Navarro se propuso recuperar aquella raza que décadas antes criaban sus padres.

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Volviendo a su origen, hace más de 120 años, lo que entonces enriquecía la dieta cárnica eran unos ejemplares negros que crecían demasiado despacio y apenas tenían crías, lo que lógicamente no resultaba muy rentables. Aquellos animales se cruzaron ya entrado el siglo XX con otras variedades más productivas, como la York o la Berkshire, y dieron origen a unos nuevos ejemplares identificados a simple vista por su hocico hundido hacia dentro por la parte central. Estos sí, ya fueron conocidos como 'chatos' precisamente por este motivo. El color, en aquel entonces, podía ser oscuro o bien claro, en función de qué genes de sus antepasados de distintas razas resultaba predominante. El nuevo animal, cuyo origen los expertos sitúan en el área de Lorca, alimentó durante décadas a los murcianos hasta que en los señalados años 50 llegaron las nuevas razas americanas que, como una alegoría de la geopolítica de la época, se hicieron con el mando y casi acaban con nuestros chatos murcianos. Los Landrace, Large o White, entre otras de estas razas, resultaban más provechosas, y los productores tomaron buena cuenta.

El Imida guarda muestras de una veintena de chatos para asegurar su supervivencia

Nuestro gorrino autóctono estaba condenado a la extinción, hasta que en los últimos años, y con el papel destacado de Reverte Navarro, se ha rescatado por sus cualidades culinarias de alta calidad. No todo es ya alta producción, ahora también son interesantes otras cosas, como su particular sabor suave y fuerte al mismo tiempo. Y esas cosas son las que la Consejería de Ganadería ha trasladado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para que sea protegido bajo la calificación de 'Raza autóctona en Peligro de Extinción'. En su catálogo oficial de razas, la Administración central apunta que más del 98% de los ejemplares de chatos murcianos se encuentran en la actualidad «en su Comunidad de origen, Murcia», si bien, se ha «localizado la existencia de dos pequeños lotes de hembras en Andalucía y en Cataluña.

Centenares de ejemplares

Ahora se sigue trabajando para sacar adelante una raza que todavía representa apenas unos centenares de ejemplares delicados y no demasiado productivos (un chato murciana tarda el triple en crecer que el típico cerdo blanco que ahora abunda). El Equipo de Mejora Genética Animal del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario (Imida) se ha volcado en garantizar la recuperación y supervivencia del animal, que ahora se cría en apenas un puñado de granjas.

La llegada de razas americanas en los cincuenta estuvo a punto de acabar con este animal

Si todo sale mal, el banco de germoplasma del Imida (conocido por el acrónimo Bagerim), conserva las muestras de más de una veintena de verracos para asegurar que no se pierde y evitar problemas de consanguinidad. El futuro del chato murciano parece asegurado.

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