Los Mateo, fotógrafos todoterreno
El Archivo General de la Región de Murcia acoge una exquisita y completa muestra comisariada por José Fernando Vázquez Casillas sobre esta saga que dio los primeros pasos en el ámbito del fotoperiodismo
Porque no solo eran fotógrafos de estudio, «sino que además comenzaron a configurar lo que más adelante sería el fotoperiodismo en Murcia», la saga de ... los Mateo merecía ser conocida y reconocida. Esa es la labor de la exposición 'Entre la tradición y la modernidad. La saga fotográfica de los Mateo. 1907-1946' que se puede visitar en el Archivo General de la Región de Murcia hasta el 23 de febrero y que se completa con la edición de una monografía con el mismo título. Una exposición comisariada por José Fernando Vázquez Casillas, profesor de la Universidad de Murcia y director del Laboratorio de Investigación Fotográfica de la UMU.
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«Además de a la docencia, nos dedicamos, entre otras cosas, a la recuperación de patrimonio. Realizamos numerosas exposiciones, de diferentes temáticas y nos propusimos hace tiempo recuperar a unos fotógrafos de los que no teníamos ninguna información: los Mateo. Habíamos visto algunas imágenes suyas de los años 20 y 30 principalmente, pero no había nada de información», explica el responsable de este proyecto. Así comenzó una búsqueda y adquisición de imágenes sueltas a través de internet. «Y una vez que recolectamos las suficientes, como para empezar a hacer un estudio crítico reconstruimos la biografía de estas personas». Una saga que comienza con Juan Mateo Fernández (1860-1916), muleño que se traslada a Murcia, donde abre una galería fotográfica, concretamente en la calle Cartagena número 27, hacia el año 1907. En un primer periodo conforma su equipo de trabajo con su hijo Hermógenes Mateo López (1888-1918). Dúo al que se incorpora, hacia 1913, otro de sus hijos, Eliseo (1896-1957).
«Carlos será el gran protagonista de esta saga, especialmente por su faceta documentalista», explica el comisario
En 1915 amplían su empresa y abren el estudio en la calle Rambla 14, «siendo esta la emblemática galería que adquiere fama en la ciudad, bajo la denominación de Hermanos Mateo. Todo ello gracias al ejercicio que efectúan en ella Eliseo y, su hermano menor, Carlos (1902-1946), que será el gran protagonista de esta saga, especialmente por su faceta documentalista que lo diferencia de los demás», explica.
Un estudio con una amplia actividad que se ve truncada por la llegada de la Guerra Civil. «En nuestro caso específico, este panorama adverso tiene como consecuencia que Eliseo deje la profesión, a lo que sumamos el cierre temporal del comercio hasta 1940; instante en el que se traslada a la calle Alfaro número 1, siendo este el último lugar en el que desarrollan su trabajo, hasta 1946».
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No obstante, según cuenta el experto, es el local de Rambla 14 «el que marca una época importantísima y característica del retrato en la ciudad de Murcia, al igual que en su aspecto de reportaje gráfico». Y es que, según el análisis del archivo fotográfico, «tuvieron el beneplácito de la sociedad murciana».
Por otra parte, se puede comprobar, gracias a la hemeroteca, la fructífera labor que efectúan como corresponsales tanto de medios locales, como de diarios y semanarios nacionales. Es larga la lista de publicaciones en las que aparecen sus instantáneas. Además de en periódicos regionales, como LA VERDAD, es destacable que sus fotografías fueran portada, en más de una ocasión, del diario ABC. Así, los lectores nacionales pudieron conocer, a través de las fotografías, tradiciones murcianas como las Fiestas de Primavera y la Semana Santa. «Ellos construyen en los medios de comunicación la imagen que de Murcia que se tiene hoy en día», explica el comisario.
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Blanco y Negro, Crónica, El Heraldo de Madrid, El Imparcial, El Liberal de Murcia, Espuña, La Vanguardia, Mundo Gráfico, Murcia Deportiva, Murcia Gráfica y Nuevo Mundo son algunas de las publicaciones que incluyeron la firma Mateo. Figuran también en la exposición documentos de Turismo realizados por el gobierno de la República, en español y en francés, lo que indica que sus fotografías traspasaron fronteras.
Entre otras cualidades que marcaron la diferencia, «el fotógrafo reportero de la época era un tipo que hacía su trabajo, pero necesitaba también unas cualidades técnicas como un equipo fotográfico ligero que pudiera sacar a la calle con el que hacer fotografías rápidas y Carlos lo tenía», sostiene Vázquez Casillas.
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Moderno
Un centenar de fotografías se han seleccionado para esta muestra del total de casi 250 imágenes recopiladas por el profesor Vázquez Casillas, y donadas al Archivo, así como imágenes del propio Archivo procedentes de fondos históricos como el de la Diputación Provincial, el Hospital de San Juan de Dios y el Museo de Bellas Artes, asÍ como del álbum familiar de la propia familia Mateo, que generosamente las han cedido para la exposición. De hecho, el comisario ha podido ponerse en contacto con la hija de Carlos, Antonia Mateo, de 85 años, «que aportó su visión humana y nos ayudó a comprender muchas cosas que no llegábamos a descodificar».
Sus fotografías fueron portada, en más de una ocasión, del diario ABC
La exposición, dividida por temáticas, se inicia con una serie de retratos familiares e individuales, «casi siempre muy jerárquicos, pues trabajaron para la alta sociedad, no fueron como otros fotógrafos que atendieron más a clases más populares». Ellos, aunque no contaban con una formación académica arreglada, sí se interesaron mucho por la cultura: «Viajaban mucho a Madrid, asistían al Museo del Prado, a las conferencias del Círculo de Bellas Artes... y se nota que sus retratos tienen una calidad que no tenían otros estudios. De hecho, se puede ver que hacían composiciones más o menos creativas y atendían muy bien a todos los procesos químicos y todas las imágenes tienen muchísima calidad», indica el comisario.
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Al construir este puzle, además, se descubre que Eliseo «es más bien el tipo sensible, que hace las adaptaciones iconográficas a las mujeres, y Carlos es el reportero, el que está en la calle, y juntos forman una buena mezcla». No obstante, la carrera de Eliseo es corta, pues fallece a los 43 años de leucemia. Además, Carlos «tenía carné de conducir y coche», algo anómalo en la época: «Era moderno y dinámico». Es más, Carlos «ya viaja en avión y está interesado en aprender alemán e inglés. Además, veía qué máquinas estaban funcionando en Europa y las traía a Murcia para poder hacer el trabajo. Un tipo con muchos intereses. Entendíamos que eran buenos reporteros, que eran buenos fotógrafos, pero luego vimos que la pasión que este hombre tenía por la cultura le lleva a otros caminos». Por ejemplo, jugaban con colores en las imágenes: «Por darle un toque creativo, sacaban el magenta». Y, entre otras habilidades plásticas, pintaban fotografías que vendían en postales: «Se suman a una oleada de coleccionismo».
Y es que «este caso es algo excepcional porque ellos son el paradigma, ese ejemplo que se dio en todas las grandes ciudades. Eran unos tipos inteligentes, formados culturalmente, que entendían hacia dónde iba el lenguaje fotográfico y no solo se quedaron en el retrato, sino que se acercaron a los nuevos oficios, por ejemplo el fotoperiodismo. Algo que se daba principalmente en Madrid y en Barcelona».
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El comisario de la muestra ha podido ponerse en contacto con la hija de Carlos, Antonia Mateo, de 85 años
Dentro del oficio, fueron los Mateo unos privilegiados «porque, aparte de que la alta sociedad visitaba habitualmente su estudio, estos fotógrafos que provenían de una familia humilde, conectan con toda la alta sociedad a través del grupo scout Exploradores de Murcia, una experiencia que también queda retratatada en algunas de las imágenes que componen esta muestra. Allí coincidieron, entre otros, con la familia De la Cierva. De hecho, fue portada de ABC también el banquete que Murcia dedicó al inventor del autogiro en 1930. «Algo nos hace pensar que tenían buenos contactos pues, por ejemplo, se le dedica una portada también a contar que Sierra Espuña se había convertido en uno de los campamentos más importantes de los Exploradores a nivel nacional. Es normal que se hiciera alguna noticia sobre ello, pero que fuera portada el tema, ya era demasiado, ¿no?», plantea el comisario.
Sin duda, los Mateo ayudaron a ampliar el retrato de la sociedad, e incluso, dieron un paso más en el mundo audiovisual: «Sabemos que hicieron cine, pero no hemos encontrado nada», afirma el comisario, que ofrecerá una visita guiada a la muestra el próximo lunes, 22 de enero, a las 17.30 horas -no es necesaria la inscripción- sobre unos fotógrafos que retrataron el divertimento de la época y que permiten ampliar más la radiografía de la Murcia de hace un siglo. Algo a lo que contribuyen también los visitantes de la exposición. «Muchos de ellos reconocen a familiares en las fotografías. En algunos casos es emocionante», concluye el experto en fotografía y profesor de la UMU.
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