Luz a la visión artística de la Ilustración para entender España
Historia. La Fundación Séneca financia una investigación sobre la particular percepción de las bellas artes a finales del siglo XVIII y principios del XIX, que fue clave para conformar la identidad nacional
Mucho de lo que somos ahora (racionales, instruidos y hasta demócratas), y que nos diferencia de la visceralidad de siglos pasados, se lo debemos a la Ilustración. Ese movimiento fundamental de finales de la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX se propuso, y logró en gran medida, «disipar las tinieblas de la ignorancia de la humanidad mediante las luces del conocimiento y la razón», lo que abrió la puerta al liberalismo y su ahora arraigada doctrina de libertad individual e igualdad ante la ley, entre otros conceptos clave. Un grupo de investigadores, encabezados por el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Murcia (UMU) David García López, se ha propuesto poner más luz a ese periodo de luces en un ámbito, el de la visión del arte en España, que, curiosamente, y pese a su gran influencia, todavía no ha sido objeto de suficientes estudios.
«Es importante decir que en el siglo XVIII se van a formar lo que podríamos llamar las primeras identidades culturales nacionales de los distintos países importantes de Europa», aclara el especialista. Es decir, en ese momento se crearon los referentes culturales empleados por los sentimientos nacionalistas de los distintos países para diferenciarse de los demás. Ahí nació el mito de Cervantes en España, por ejemplo, como figura propia de nuestra identidad. Y lo mismo ocurrió con Shakespeare para Inglaterra y Molière para Francia.
Cada país fue conformando durante aquella etapa su propia identidad cultural, para lo que resultaba esencial contar con unas bellas artes distintivas. «Por lo tanto hay un sentido también nacionalista de reivindicación de esas bellas artes que se han producido en cada país». A España se le atacó durante la Ilustración, sobre todo desde Francia, por una escasa producción cultural y un bajo nivel científico, al tiempo que las críticas se extendían a las crueldades cometidas durante la conquista de América. La famosa leyenda negra.
Como respuesta ante esa mirada oscura vertida desde Europa, se abordaron iniciativas como el encargo de la corona a Antonio Pons para «que viajara por toda España y recogiera fundamentalmente lo más importante de las bellas artes que se había producido» en el país. El resultado: 'Viage de España' (sic.), publicado entre 1772 y 1992, «será un libro fundamental de reivindicación de las bellas artes españolas». Entre el último tercio del XVIII y comienzos del XIX se produjeron también «fenómenos nuevos como las exposiciones temporales de las bellas artes o la creación de los primeros museos», entre los que destaca el Prado, inaugurado en 1819.
En ese marco, se creó igualmente un nuevo tipo de literatura, con la que se enseña al público «a diferenciar qué es lo bueno de lo malo». García López explica que esa «crítica e historiografía artística del periodo ilustrado y liberal conforma uno de los episodios fundamentales de la literatura sobre bellas artes española».
Cómo nos vemos
En algunos de esos libros y autores de la época se centra la investigación liderada por David García para arrojar luz sobre estos elementos que han resultado importantes en la configuración en España de lo que ahora somos, o, mejor, de cómo nos vemos.
A lo largo de aquel periodo fundamental, resume el especialista, «se escribieron y publicaron obras que todavía son una referencia y que pusieron las bases del desarrollo moderno de la crítica y la historia del arte». Sin embargo, «a pesar de esta reconocida importancia, son muchos los aspectos que restan por abordar». El investigador se refiere a la carencia, «por un lado, de estudios monográficos actualizados de algunos de sus principales protagonistas, trabajos y temas, así como [de] análisis de conjunto del periodo». Dicho de forma muy sintética: ¿cuál era la percepción de la evolución histórica del arte español en la época? Entenderlo, nos llevará a comprender nuestra apreciación actual acerca de nuestra riqueza artística.
«Bajo el siglo de las Luces también se transformó la consideración
Las claves
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Historia del arte. La visión del país sobre sus propias creaciones artísticas resulta clave para configurar una identidad nacional.
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Respuesta. La mirada poco grata que se tenía sobre España impulsó algunas iniciativas de bellas artes para mostrar lo mejor del país.
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Mujeres. El papel de destacadas mujeres en aquel momento se muestra como otra contribución casi inédita de esta investigacion.
social predicada de la historia del arte, el lugar que ocupaba el legado artístico en el entramado cultural y político», relata García López desde Roma, donde está a punto de arrancar el '16º Congreso de la Sociedad Internacional de Estudios del Siglo XVIII'. «Todo ello hace de este momento uno de los más decisivos en la moderna conformación del conocimiento y la comprensión de lo artístico», precisa el director del trabajo, en el que también participan, junto a expertos de la Universidad de Murcia (UMU), colaboradores externos como Elena Santiago, de la Biblioteca Nacional de España; Daniel Crespo Delgado, de la Universidad Complutense de Madrid, y Joaquín Álvarez Barrientos, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La investigación, financiada por la Fundación Séneca, pretende «perfilar dos problemas esenciales». El primero consiste en dilucidar «cuáles fueron las instituciones, los resortes del poder y el funcionamiento de las redes de colaboración e influencia que estuvieron tras las aportaciones de la crítica y la historiografía artística de la Ilustración al Liberalismo». Y el segundo problema expuesto lleva al grupo de especialistas a «determinar los perfiles personales y profesionales de los escritores que se ocuparon de tales materias».
El papel de las mujeres
Básicamente, el objetivo principal es estudiar los procesos históricos artísticos de la época y los escritos sobre las bellas artes que se produjeron durante esos años de finales del XVIII y principios del XIX. La llegada de la crítica artística a la prensa periódica es un tema importante en esta área, apunta el historiador del arte.
El proyecto se completa con una cuestión adicional de gran calado: «También queremos incorporar a nuestro objeto de estudio el del papel de las mujeres y las bellas artes en este periodo histórico». David García concreta que aún «está por estudiar, por ejemplo, el tema de las mujeres en la Real Academia de San Fernando», entidad clave en las bellas artes españolas creada a mitad del siglo XVIII. «Conocemos los datos de algunas damas nobles que, cada vez con mayor frecuencia, fueron exponiendo sus pinturas en las exposiciones anuales de la institución a lo largo del siglo XIX», por ejemplo, o el «papel relevante en el Liceo Artístico y Literario» de varias mujeres. «Sin embargo», detalla el investigador, hasta ahora son pocos los estudios que se han enfocado en estos personajes femeninos», pese a que «solían ser mujeres de gran relevancia social en la época».
Mucho Salzillo y poco Musso en la Región
Los estudios de la historia del arte sobre el siglo XVIII en la Región de Murcia, explica el doctor por la Universidad Complutense de Madrid y profesor de la Universidad de Murcia David García, «se han centrado a mi parecer demasiado en la figura de Francisco Salzillo», que lo atribuye a «dar una imagen un tanto nacional-católica». Se trata, a su juicio, de una visión «y que estaba más en los ojos de los historiadores que en la época que estudiaban». García lamenta que se hayan olvidado, por ejemplo, «de figuras muy importantes, que prácticamente no se han estudiado para el caso de Murcia, como José Musso Valiente, un personaje fundamental en el periodo que estamos estudiando nacido en Lorca en 1785», que cuenta con una importante obra como humanista, historiador, poeta y productor, además de haber cultivado un notable interés por la ciencia.