Historias olvidadas de las revolucionarias de la literatura de miedo
'Reinas del abismo'. Impedimenta reúne relatos de dieciséis escritoras de los siglos XIX y XX que ayudaron a moldear y popularizar el relato de terror
ELENA DE LARA GIL
Lunes, 25 de enero 2021, 21:18
Estamos acostumbrados a la lectura de cuentos de fantasmas. ¿Quién no ha reparado alguna vez en una historia de miedo? Casi todas parecen haber sido ... escritas por autores masculinos: Edgar Allan Poe, Howard Philipps, Lovecraft o Stephen King se han erigido como los escritores de mayor renombre en el campo de la literatura de terror. Pero no es así. Las mujeres también han contribuido en buena medida a enriquecer la literatura de miedo. 'Reinas del abismo' (Impedimenta, 2020) reúne a dieciséis de estas autoras, desde Mary Elizabeth Braddon a la carismática Leonora Carrington.
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Los orígenes
El nacimiento de la novela gótica se remonta a 'El castillo de Otranto' (Horace Walpole, 1764), novela sobre una fortaleza encantada. Esta historia, distinguible por un acusado acento dramático, marcó un precedente. Así, escritores posteriores imitarían de cierta manera los recursos empleados por Walpole en 'Otranto'. Sin embargo, la también escritora en la época Clara Reeve señaló la falta de credibilidad que denotaba esta obra ante la exageración de las situaciones que describía. De este modo, sin saberlo, Reeve también marcó su propio precedente. Mientras que la mayoría de autores hombres se centraban en una ambientación demasiado intensa y casi histriónica del relato, escritoras como Clara Reeve, Ann Radcliffe, Elisabeth Gaskell y Catherine Crowe encauzaron sus escritos hacia la sencillez y la credibilidad, haciendo de sus cuentos unas vivencias más que factibles.
«No debemos subestimar el poder de las escritoras para moldear y popularizar el relato de terror», arguye el historiador y escritor Mike Ashley (Reino Unido, 1948), quien firma la introducción de la antología 'Reinas del abismo. Cuentos fantasmales de las maestras de lo inquietante'. En este volumen aparecido a finales de 2020, gracias a la editorial Impedimenta, Ashley compila historias de miedo poco conocidas de dieciséis autoras diferentes provenientes de finales del siglo XIX y principios del XX. Un lugar
Entre las narradoras más celebres que se citan, encontramos los nombres de Mary E. Braddon, Marie Corelli y Edith Nesbit. También hallamos relatos de mujeres menos conocidas, como Greye La Spina, G. G. Pendarves, Margaret St. Clair y Mary Elisabeth Counselman. Asimismo, se cita a autoras que si bien en su tiempo lograron ocupar un lugar importante en el conocimiento popular, acabaron por ser olvidadas: Marie Belloc Lowndes, May Sinclair, lady Eleanor Smith y Leonora Carrington. A las dieciséis les unen sus historias de terror, pero también los contratiempos que sufrieron durante sus vidas: desde superar situaciones de pobreza extrema hasta sobreponerse ante traumas infantiles o matrimoniales. Todas ellas logran, de una u otra manera, reflejar esos padecimientos en sus tramas literarias.
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«Estas 'Reinas del abismo' traspasaron los límites para mantener el relato de terror vivo, fresco y fortalecido para el comienzo de siglo», asegura Mike Ashley. Y no podemos negar que esta antología ha sabido sacar a la luz los escritos más oscuros y renovadores de unas mujeres que en su momento apostaron por la literatura de terror ante la realidad de un mundo que las presuponía dóciles y sumisas casaderas.
Cuenta el compilador que para esta selección ha escogido «deliberadamente» historias menos conocidas, «incluso de las autoras más populares». «Todas ellas muestran cómo las escritoras continuaron experimentando y evolucionando el cuento de terror desde sus inicios góticos y el apogeo victoriano hasta el siglo XX. No son solo historietas de apariciones fantasmales. Podemos encontrar un elemento psicológico en el relato de Marie Lowndes, una alegoría religiosa en el de Marie Corelli, un drama histórico en el de Marjorie Bowen y un amor fantasmagórico, algo subido de tono, en el de May Sinclair». Ashley, por ejemplo, cuenta de la pintora surrealista Leonora Carrington, autora del relato 'El séptimo caballo', que su obra escrita es traviesa, variopinta e imaginativa, como ya se pudo constatar en el volumen recientemente publicado 'The complete stories of Leonora Carrington' (2007, inédito en español). «Escritos un tanto más fantásticos que sobrenaturales, pero como nunca se sabe el giro que va a dar la historia, siempre resultan sorprendentes». La biografía de Carrington es verdaderamente interesante, ya que quedó fascinada por el movimiento surrealista y pronto se unió a Max Ernst, al que conoció en 1937. Recuerda el compilador que a Ernst lo detuvieron los franceses y alemanes por su «arte degenerado», y escapó de forma clandestina a Estados Unidos, si bien Leonora acabó huyendo a Portugal a través de España y de allí partió a México, donde vivió casi toda su vida.
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Todos los relatos, advierte Impedimenta, que aparecen en este libro se encuentran en dominio público, «a no ser que se indique lo contrario». En todo caso, indican que se ha hecho «todo lo posible» por hallar a los titulares de los derechos de autor, que en muchos casos han sido ilocalizables. Por ejemplo, 'El obispo del infierno', de Marjorie Bowen, fue publicado por vez primera en 1925 y recopilado en 'The gorgeous lovers and other stories' (Londres, 1929). 'Una revelación', de Mary E. Braddon, se publicó en la Navidad de 1888 y fue recopilado en Canadá en 2000. 'Una circe moderna', de Alicia Ramsey, fue publicado en 'The novel magazine', en 1919...
Sin duda, un libro enigmático.
(1835-1915)
Mary Elizabeth Braddon
La escritora femenina más afamada de la época victoriana fue criada por su madre tras abandonar a su marido ante un engaño brutal. No era una extraña a la falta de dinero en el hogar. Braddon se hizo actriz en su veintena, pero más tarde comprendió que lo que le llenaba -y lo que posteriormente le serviría como su sustento- era la literatura. Dio rienda suelta a la mayoría de relatos de forma anónima o bajo pseudónimo, por lo que probablemente existan muchas de sus historias sin serles asignadas. Mike Ashley destaca 'Una revelación', un cuento de fantasmas sobre un hombre al que comienza a aparecérsele un difunto amigo.
(1868-1947)
Marie Adelaide Belloc
Muy arraigada al género periodístico y consecuentemente popular por la serie de entrevistas que publicó en la década de 1890, también firmó cuentos de interés psicológico y misterio, como es el caso de 'El huésped' (1913), obra que tuvo tal impacto que hasta fue llevada al cine por Hitchcock. El cuento que hallamos en 'Reinas del abismo' recibe el título de 'El piso encantado' (1920) y narra la historia de una mujer que decide romper una relación tóxica con su pareja para mudarse sola a un nuevo apartamento que resultará no tan nuevo y donde le ocurrirán distintos sucesos paranormales.
(1855-1924)
Marie Corelli
Fue una notoria sucesora de Mary Elisabeth Braddon. De un estilo más espiritualista y algo sensacionalista para su época, Corelli nació como hija ilegítima de su padre y la sirvienta del hogar familiar. Sus comienzos profesionales se orientaron hacia la música, tocando el piano, y tiempo después supo encauzarse hacia la escritura para convertirse, según se afirma, en la novelista favorita de la Reina Victoria. En la antología se recoge su relato 'El ángel del escultor' (1913), donde podremos admirar cómo la figura que moldea un escultor a encargo de un clérigo es capaz de cobrar vida propia por sí misma.
(1864-1933)
Alicia Ramsey
Destacó en el terreno del teatro y en el génesis del cine, aunque apenas deslumbró si la comparamos con otras autoras, como Braddon o Belloc. No obstante, la dramaturga luchó por hacerse un hueco entre los escritores de la época y participó en revistas 'pulp' -publicaciones seriadas de principios del siglo XX sobre relatos ficticios-, como 'Weird Tales'. Así, el cuento ambientado en Italia de 'Una circe moderna' (1919) fue extraído de la revista 'Novel Magazine' y viene en forma de relato con aires teatrales. El cuento versa sobre una mujer que aposenta unos poderes que logran que los hombres de su pueblo actúen a su antojo.
(1858-1924)
Edith Nesbit
Conocida por sus libros infantiles, como 'Los chicos del ferrocarril', aparece como la tercera 'Reina del abismo' con su historia 'De entre los muertos' (1893). En cuanto a su vida privada, Nesbit fue víctima de descubrir que su marido llevaba una vida oculta con otra familia. En el terreno profesional, subsistía como una destacada conferenciante y articulista, lo que le hizo desarrollar su talento literario. La compleja situación de pareja de Nesbit la inspiró para crear el relato 'De entre los muertos', una alusión a la antigua leyenda del Don Juan que trata sobre un desengaño amoroso que incluirá un enterramiento en vida.
(1863-1946)
May Sinclair
Dedicaba su vida a los movimientos sociales y a escribir. Esta sugrafista activa supo dar en vida un claro ejemplo de feminismo, en buena parte como consecuencia de su traumática situación monetaria en la niñez sumada al grave alcoholismo de su padre. Acabó ganándose la vida por medio de una escritura bastante atrevida para la época y especializada en el campo de la psicología y el espiritismo. Aparece en la antología su relato 'La naturaleza de las pruebas' (1923), en el que un hombre intenta rehacer su vida, sobre todo la amorosa, tras la extraña desaparición de su mujer, quien, desde la misma tumba no se lo pondrá nada fácil.
(1849-1924)
Frances Hodgson Burnett
Al igual que ocurría con Edith Nesbit, Hodgson Burnett es recordada por sus cuentos para niños. No obstante, también escribió relatos de misterio (por ejemplo 'El jardín secreto', 1911). Ashley presenta el relato 'Una Navidad en la niebla' (1915), que Burnett concibió en forma de ensayo novelado para denunciar la desiguladad social como algo terrorífico tras la experiencia que tuvo en su niñez rozando la pobreza. «Qué bonito y qué alentador sería poner algo en cada una de esas manos... algo, no tiene que ser mucho... simplemente se trata de que no entren completamente vacías. Y puestos a hacer algo así, ¿por qué no el día de Navidad?».
(1885-1952)
Marjorie Bowen
Ella fue otra escritora que padeció las angustias que acarrea la pobreza y la adicción a la bebida por parte del progenitor. Asimismo, su madre la repudiaba, mientras que veneraba a su hermano pequeño. Bowen creció para redactar obras que combinaban dos géneros: el histórico y el sobrenatural. Un ejemplo se da en 'Black Magic: A Tale of the Rise and Fall of the Antichrist' (1909). Sin embargo, Mike Ashley apuesta por poner el acento en el cuento de 'El obispo del infierno' (1949), donde dos hombres se enfrentan entre sí ante los terribles pecados de uno, que le propiciarán un castigo en el inframundo.
(1880-1969)
Greye La Spina
Aprendió a lidiar con la muerte de personas de su entorno desde los pocos años de edad y también tuvo que superar más de un matrimonio fracasado. Greye La Spina mantuvo a su familia trabajando como tejedora, fotógrafa y mecanógrafa, lo que le abrió la senda para redactar sus primeras historias para algunas revistas 'pulp'. El relato que aparece en libro, 'El tapete' (1949), denota los conocimientos de La Spina en el mundo de la costura, combinado con un toque de misterio que narra el caso de una muchacha que acude a hospedarse a una casa en la que ya vive otra mujer que está endemoniada y que, en realidad, es un vampiro.
1884-1949
Jessie Douglas Kerruish
El cuento que porta su nombre en esta recopilación de Impedimenta puede recordar a las típicas películas de miedo de la actualidad, pues en 'La melodía maravillosa' (1931), Kerruish nos adentra en una fiesta localizada en un lugar repleto de nieve en el que se comienza a entonar una melodía maldita que despierta a los seres que yacen bajo el hielo. «Es la composición cumbre de la música Huldra. Asociado a ella hay un hechizo. Un encantamiento, mademoiselle». Kerruish, sorda de nacimiento, también se cruzó con la entredicha de perder progresivamente la vista y su salud en general, lo que truncó su carrera como escritora.
(1893-1984)
Sophie Wenzel Ellis
Ella también difundió buena parte de sus escritos por medio de revistas 'pulp'. Ellis se decantó por los cuentos de amor, de ciencia ficción y, cómo no, de misterio y fantasmas. Apenas se conoce de su producción porque la escritora fue olvidada demasiado pronto, pero en 'Reinas del abismo' podemos deleitarnos con 'Dama Blanca' (1933), la historia de una chica que ha de enfrentarse a una especie de planta perteneciente a su novio que alberga vida propia. «'Dama Blanca' es el resultado de una hibridación cuidadosa llevada a cabo para reunir y desarrollar los rasgos más humanos de toda la vida vegetal».
(1911-1995)
Margaret St. Clair
Si hablamos de fantasía, 'La isla de las manos' (1952) de Margaret St. Clair merece la mención de honor. La habitual colaboradora de las revistas 'pulp' más consultadas del momento, desprendía una imaginación sorprendente para idear cuentos de aventura y ficción, como es el caso del ya citado, que trata de un hombre que emprende un viaje en búsqueda de su mujer perdida, yendo a acabar en una isla donde descubre unas manos gigantescas que cumplen todos sus deseos. Este relato recuerda mucho al mito griego de Eurídice y Orfeo, en el que un hombre haría cuanto pudiese por recuperar a su amada.
(1885-1938)
G ladys Gordon Pendarves
Poco se conoce sobre ella. Se sabe que trabajó como periodista y pasaba su tiempo libre escribiendo ficción y aludiendo en sus historias de forma recurrente a la posesión fantasmal. Esto mismo ocurre en el cuento titulado 'La risa' (1939), en el que un espíritu se le aparece a un infante que tratará de vengar a su padre. «No soy un hombre supersticioso, y nadie que me conozca, ni amigo ni enemigo, podrá decir de mí que soy un incauto. Pero aquí había algo inexplicable y maligno que sobrevolaba los bosques solitarios de Tareytown, como un espectro de alas oscuras (...). A medida que la noche avanzaba, la oscuridad invadía la casa».
(1911-1995)
Mary Elizabeth Counselman
Era conocida como 'La reina del Weird Tales' por su paulatina participación en dicha publicación, entre otras. La poeta y escritora de cuentos breves Counselman escribió para 'Weird Tales' el relato de 'Los indeseados' (1951), que narra la historia de una inspectora de servicios sociales que acude a una casa en la que los hijos no son realmente los hijos de la familia que reside allí. «Solo me giré una vez para mirar por encima del hombro la humilde cabañita que dejaba atrás (...). Lo que aquella mujer acunaba con dulzura en sus brazos no era más que un puñado de trapos vacíos».
(1902-1945)
Lady Eleanor Smith
Esta escritora que creció en una familia acomodada estaba convencida de portar sangre romaní. Así, se obsesionó con la cultura gitana hasta acabar investigando sobre la vida circense. De este modo, Smith se convirtió en la primera presidenta de la Asociación de Aficionados del Circo y ella misma llegó a realizar actuaciones en carpas. En 'A la luz de las velas' podemos apreciar una conjunción de las aficiones de Smith, donde relata una reunión entre amigos en la que irrumpe intempestivamente una enigmática señora gitana: «Una jovencilla enclenque envuelta en un remendado manto rojo».
(1835-1915)
Leonora Carrington
La historia que cierra la antología fue escrita por una fémina que desarrolló un carácter rebelde en su juventud frente a la estricta actitud de su padre. Carrington, ensimismada con el movimiento surrealista, vivió con el artista Max Ernst, quien sería detenido durante la guerra, lo que llevaría a Carrington a huir a diferentes sitios hasta desembocar en México. Pasó sus días pintando y escribiendo, pero sus relatos, de temática fantástica, resultan de difícil acceso. 'El séptimo caballo' (1943) es del todo surrealista, pues el hilo conductor fluye en torno a la sexualidad ligada entre el mundo de los animales y de los humanos.
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