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Cuarto de tono

PPLL

Martes, 28 de junio 2016, 01:24

Zeina Abirached (Beirut, 1981) ha forjado un estilo propio a base de tratar las páginas como tapices en los que cuenta tanto el aspecto estético como la función narrativa de cada elemento. Las figuras bien definidas mediante trazo naif y rotunda mancha negra, las viñetas integradas en diagramas y arabescos que las enmarcan, los escenarios y fondos en que se reiteran motivos tan atentos al efecto visual como a su sentido temático, son algunos de los recursos con que diseña un orientalismo que le viene que ni pintado a su mundo personal.

'El piano oriental' (Ed. Salamandra) vuelve al Beirut de su niñez mediante dos historias entrecruzadas, la de su bisabuelo Abdalah, que inventó un piano capaz de producir el intervalo mínimo de un cuarto de tono, habitual en las melodías orientales pero ajeno a los instrumentos occidentales, con su intervalo de semitono; y la suya propia, emigrada de su ciudad natal a París desde 2004. Ambas historias son independientes, pero las anudan los efectos de la doble herencia cultural, francesa y libanesa, que los dos protagonistas comparten. El cuarto de tono es el símbolo de la diferencia que dicha herencia plural comporta, algo así como el acento beirutí al hablar francés o el recuerdo del mar tras los tejados de París.

Abirached dibuja con ingenua pero vigorosa ornamentación una remembranza nostálgica de ocupaciones, esfuerzos y costumbres irremediablemente pasados pero que forman parte de su paisaje personal. Al fin y al cabo, basta un lápiz para dibujar la línea del mar en el horizonte, tras la torre de Eiffel.

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