Una Sissí distinta
Aproximación novelesca a la figura de la emperatriz de Austria con un enfoque histórico y casi sociológico
J. ERNESTO AYALA-DIP
Martes, 11 de mayo 2021, 21:18
Me llega un libro de la escritora catalana Ana María Moix (1947-2014) que no había leído en el momento de su publicación, 1995. Se ... trata de 'Vals negro', una recreación novelesca de la vida de la princesa de Baviera, o también Elísabeth, Emperatriz de Austria. Un personaje que en el imaginario de mucha gente es conocida sobre todo como Sissí (en especial a partir de la versión cinematográfica sobre su vida, encarnada por la entonces muy joven actriz Rommy Schneider).
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En primer lugar me llamó la atención que la escritora tratara la vida de esta célebre princesa, aunque luego, viendo el tratamiento que hace en su novela de la protagonista, lo entendí perfectamente. Intentó Ana María Moix apartar a la emperatriz de su aureola entre romántica y mitificada. 'Vals negro' no repite el esquema cinematográfico que le dio la gran pantalla. En segundo lugar la autora da a la heroína un encuadre histórico y casi sociológico.
La corte vienesa tiene su importancia en la vida de una joven princesa bávara que llega a una corte llena de prejuicios, maledicencia, con individuos que son como sombras ociosas que nunca ven con buenos ojos a la recién llegada. En realidad, Sissí proviene de una familia patricia y con mucho poder en su territorio, pero a la vez con un padre y una madre bastante alejados del estereotipo con que se suele identificar a estas familias reales.
Hay en el ambiente en que se cría la futura emperatriz de Austria y reina de Hungría, libros, amor por la naturaleza, inclinación por la belleza, amor por la poesía (la poesía de cabecera de Sissí es nada menos que la obra de Heine, poeta alemán y judío). Es Sissí liberal, comprensiva con las ansias de independencia del reino de Hungría, empática con las clases no pudientes, casi hasta el extremo en que se la suele considerar en la corte como una 'granjera bávara'.
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La novela apenas toca la forma en que muere la emperatriz. Se centra en su vida en la corte, en su sentimiento de extrañeza, de desubicación, en su afición a la soledad, a los viajes, a su sentimiento de culpabilidad por la muerte de una de sus hijas cuando solo tenía dos años, en un viaje a Budapest que ella decidió hacer con las niñas. Ese luctuoso hecho la hunde en un abismo sempiterno que nunca desaparecerá hasta su trágica muerte en 1898, cuando estaba a punto de emprender un viaje en barco.
Recomiendo mucho esta novela de Ana María Moix. La escritura se desliza por la narración con acertadísima precisión descriptiva y connotativa. De pronto, al acabarla, es como si hubiéramos entrado en una vida diferente de la que conocíamos de esta mujer llena de enigmas, de obsesiones también y no todas resueltas.
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