Un nuevo Foenkinos

Las historias de David Foenkinos siempre enganchan y ello no tiene nada absolutamente que ver con un don para acertar con el gusto mayoritario de los lectores. Tiene que ver con el arte de la levedad y la enorme capacidad para mezclar este arte con la vida, las emociones y los sentimientos de la vida contemporánea. Foenkinos hace arte con lo inmediato de la existencia, extrayendo de esa operación una representación universal y duradera. A todos nos puede pasar lo que les pasa a sus personajes, a todos nos pueden doler sus mismos dolores, absurdos o expectativas. Sigo sin saber explicar cómo lo logra. Supongo, que es un don que no se aprende en ningún taller de escritura (con todos mis respetos). Lo tienes o no lo tienes.

¿De qué trata 'La familia Martin'? Un día su autor descubre que está atravesando por una crisis de creatividad. No sale nada. La imaginación no le funciona, su gran capacidad inventiva brilla por su ausencia. Entonces tiene una milagrosa idea, tal vez un poquito descabellada. Decide salir a la calle y parar a la primera persona que se cruce en su camino y proponerle que le cuente su vida para registrarla en una novela, la novela que es incapaz de escribir de la nada.

Así se encuentra con Madelaine, una anciana que lo conduce hasta su casa para que le ayude a llevar el carrito de la compra. Ya instalado allí, Madelaine se pone a su disposición. Luego entra en este juego casi extravagante su hija, una mujer de 45 años que está casada con un vendedor de seguros y que tiene con él dos hijos adolescentes. La hija acepta a regañadientes acompañar a su madre como personaje de la novela de Foenkinos. Con más reticencias lo hacen al final su marido y sus hijos.

En esta brillantísima novela, llena de humor y no pocos dolores del corazón, Foenkinos nos traza la vida de una familia corriente, con esperanzas, miedos, sinsabores y momentos de intensa felicidad. Nunca fue su propósito, pero el autor no puede evitar terminar como personaje en su propia novela. Tampoco puede evitar, como sus personajes de carne y hueso, tener él también la posibilidad de ser feliz.