Un libro sobre el deseo

Rosa Berbel (Estepa, 1997) nos regaló en 2018 uno de los libros de poesía más interesantes del año, 'Las niñas siempre dicen la verdad', su primer poemario. Han tenido que pasar cuatro años para que encontremos en librerías su segunda publicación, 'Los planetas fantasma', en el prestigioso sello de Tusquets, casa habitual del murciano Eloy Sánchez Rosillo.

Este nuevo poemario de Rosa Berbel plantea un universo lírico con una mitología propia que indudablemente recuerda al García Lorca de 'Bodas de Sangre' y 'La casa de Bernarda Alba'. Los poemas enfrentan paisajes desérticos con bosques y todos ellos suceden en verano, una estación que hace amarillos los versos y da claridad a sus palabras. Asimismo, hay dos tipos de composiciones en el texto, los poemas diurnos, con desiertos de calor asfixiante y una luz que oculta la belleza de las cosas, un presente apocalíptico de naturalezas muertas, y los poemas nocturnos, con bosques azules y misteriosos que abren la posibilidad a nuevos lenguajes, nuevas formas de ver el mundo.

En astrología, esta idea del planeta fantasma designa un cuerpo celeste hipotético, cuya existencia está probada científicamente, pero que no es visible mediante los instrumentos habituales de observación. A partir de este concepto surge el libro y de él brotan las reflexiones sobre el deseo y el conocimiento, sobre la contemplación y los espacios naturales.

La luz expone la realidad en decadencia, las ruinas. Mientras, la belleza se halla en lo desconocido, en el origen de las cosas, donde las formas son invisibles y las lenguas son ignotas. 'Los planetas fantasma' es un libro sobre el deseo y cómo la poesía hace perceptibles realidades propias, pero ajenas.

Igualmente, un rasgo de la poesía de Rosa Berbel que me parece sumamente interesante en este libro es su capacidad de dibujar sin nombrar. En los poemas se trazan figuras a partir de la descripción de sus entornos, de manera que no se nos describe la cosa en sí, muchas veces el elemento central del poema no aparece nombrado, sino que a partir de todo aquello que lo rodea, este objeto nuclear se dibuja en la imaginación del lector sin la necesidad de figurar explícitamente en los versos. Así pues, Rosa Berbel en 'Los planetas fantasma' rebasa las expectativas con un poemario formalmente exquisito y con ese duende que no todos los poetas tienen.